XXIII

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11/Agosto/22

Que necesario es un diario

Carta al dolor

Cómo dejarte atrás si me has ayudado de más

Me has dado suficientes caídas, me has dado suficientes mareas, me has dado suficientes piedras, me has dado suficientes peleas, me has dado suficientes luchas, me has dado suficientes problemas, me has dado suficientes cortadas.

Ojos llenos de dolor, semilla que crece después del dolor, que florece después del dolor y se transforma en amor. Algunas heridas sólo sanan si las tapas con más dolor.

Hay dolor que te escondiste por temor necesitas valor, llenarte de amor y darte calor. El odio y el dolor van de la mano del temor.

En cada palabra hay una lágrima, en cada pecera hay una lágrima, me quema y me renueva, duele y sangra, cura y restaura, sonríe por fuera y carga una guerra.

Un momento que se desvanece, un latido
que se pierde, me envuelve y me consume,
no dude y me quedé, me abrace por ser tan fuerte. El reflejo de mi propio deseo me lanzo sin miedo.

Páginas que han sido arrancadas, páginas que han sido olvidadas, detrás de las sonrisas hay batallas, sana tus heridas a través de otras personas.

Huella en el alma tan sólo marcada por la vida, de frente no se rompe, no intentes mirar dónde dolió, de tu sonrisa brota la vida, cambio las cadenas por alas.

Tanto tiempo dañado ahora no sé que ha pasado, me he asustado y me he animado tan sólo a una persona acercado. Aliento y sufrimiento, me pierdo y me encuentro, me ahogo y me salvo, me disolvió y me reconstruyó.

Recuerda pensar antes de hablar podrías lastimar al que sólo te ha enseñado a amar, con un comentario puedes sanar como tanto lastimar.

Las heridas del cuerpo duelen menos que
las heridas del alma, puede que la cicatriz nunca desaparezca pero el corazón puede sanar.



























¿Tiene miedo quién no tiene heridas?
























Escribiré cada vez que de nuevo pase.

Predestinada a sufrir. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora