Capítulo 3

29 5 0
                                    

Jaebeom entró como una tromba al edificio de la Hermandad. Aunque todavía se veía como un hotel envejecido por fuera, el anuncio de Está Lleno estaba permanentemente puesto. El sitio no estaba abierto más para huéspedes humanos. Los únicos que vivían ahí eran cambiaformas. Y no de cualquier tipo, sino Asesinos.

Todos habían sido agentes libres. Hasta que Jaebeom y sus amigos Hyungdon, Seunghyun, Hyungwon y Hongseok habían decidido unirse. Compraron el hotel y tantearon el terreno por otros Asesinos que quisieran unirse al grupo.

Al principio, Jaebeom tuvo dudas de que pudieran sacar adelante toda la operación, pero había estado equivocado. Al poco tiempo tuvieron cambiaformas tocando a la puerta pidiendo unirse. Pronto, tuvieron su propio grupo. Había sido Hyungwon quien decidió el nombre oficial de Hermandad de Asesinos. Sin embargo, aún tenían que idear un logo que fuera con el nombre. Algo que realmente necesitaban hacer ya que por fin habían sido reconocidos por el líder de la coalición de felinos de Flint.

Por supuesto, Seungkwan tenía que ser uno de los Asesinos que estaba pasando el rato en el vestíbulo. Seungkwan era un Tigre sabelotodo que nunca podía mantener el hocico cerrado. Como siempre, Seungkwan estaba vestido para matar. Aunque llevaba puesto el mismo negro que todos ellos, vestía un jean negro apretado y una camiseta aún

más apretada. Cómo diablos el tipo lograba pelear con ese atuendo era milagroso.

Tan pronto como Jaebeom lo pasó, Seungkwan olisqueó el aire.

—¿En dónde mierda conociste a un Petauro del Azúcar?

Jaebeom se quedó congelado a la mitad de un paso. ¿Qué carajo?

—Tu olfato debe estar desconectado. Estuve peleando con un Ratel, no un Petauro del Azúcar —Jaebeom afirmó.

Seungkwan se rió.

—Honestamente no caíste en eso, ¿o sí?

Ahora Jaebeom estaba confundido y enojado. No sabía si alejarse o quedarse el tiempo suficiente para darle un puñetazo a Seungkwan. Al final, Jaebeom decidió picar.

—¿De qué estás hablando? —Preguntó, sin hacer ningún intento por ocultar la irritación en su voz.

—Un Petauro nunca confesaría qué tipo de cambiaforma es. Son poco comunes y los persiguen aún más que a los Koalas. La primera cosa que hacen cuando se chocan con otro cambiaforma es mentir sobre su especie.

—Eso sería estúpido. Tienen que saber que cabrones como tú pueden oler la diferencia.

Jaebeom se juró a sí mismo que si Seungkwan no dejaba de sonreírle, el Tigre iba a terminar de patitas en la calle. Jaebeom estaba cansado, sucio y con hambre. No estaba de humor para la mierda de Seungkwan. Jaebeom tan sólo quería ir a lamerse las heridas y descansar.

Seungkwan sonrió con suficiencia.

—Eso es porque la mayoría de los cambiaforma nunca han visto a un Petauro, muchos menos estar lo bastante cerca para olerlo.

—Y supongo que tú sabes esa información porque vas a afirmar que follaste a uno.

La sonrisa abandonó el rostro de Seungkwan.

—No. Mi madrina era uno. Pensé que ella era la última de su especie y que se habían extinguido cuando ella falleció. Pero, parece que estaba equivocado.

Maravilloso, ahora Jaebeom se sentía como un culo por ser tan rudo con Seungkwan. ¿Se le podían poner las cosas peor? Acababa de descubrir que alguien había puesto precio a su cabeza. El primer tipo en el que Jaebeom se había interesado en mucho tiempo, daba la casualidad que era el Asesino que pretendía dar el golpe. Además, era evidente que no podía diferenciar entre un Ratel y un Petauro.

Serie de la HdA 02 - Jaebeom Tiene una GolosinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora