Capítulo 7

26 5 0
                                    

Aunque Jaebeom llevaba más de tres horas echado en su cama, estaba lejos de quedarse dormido. Todo porque cierto mocoso estaba justo cruzando el pasillo. Jaebeom tiró su brazo sobre sus ojos y dejó salir un gemido. ¿Qué diablos le estaba pasando?

Bambam no era del tipo de Jaebeom en lo absoluto. Sin embargo, desde que puso sus ojos en el Petauro por primera vez, Jaebeom estuvo perdido. La ironía se le escapaba. Jaebeom era un Leopardo, y se suponía que él no se llevaba bien con otros cambiaformas. Pero Jaebeom no podía negar su incontrolable atracción por Bambam.

Entonces Jaebeom pensó en ello. ¿Cómo podía decir que era un solitario cuando vivía en un hotel lleno de cambiaformas? Claro que algunos de ellos fastidiaban a Jaebeom a veces, pero eso pasaba porque eran unos babosos.

La única ocasión que Jaebeom se volvía territorial o feroz era cuando otro Leopardo se acercaba demasiado. Jaebeom tampoco era el único Leopardo en Flint, estaba Xiumin. El gran y malvado Xiumin de la coalición felina. El que se creía el soberano del mundo.

¡Xiumin! Cómo deseaba Jaebeom, estrangular al tipo con su propia cola.

No es que Xiumin le hubiera hecho algo a Jaebeom alguna vez, tampoco. De hecho, los dos habían trabajado juntos en algunas misiones. Era solo que el Leopardo en Jaebeom no le permitía trabar amistad con los de su propia especie.

Pero tal vez, solo tal vez, eso significaba que Jaebeom era un poquito más como Xiumin para comodidad del propio Jaebeom. Claro, ser el mejor amigo de otro Leopardo no estaba en las cartas, PERO era muy buen amigo de otros cambiaformas. Xiumin había encontrado un compañero, así que quizás él también podría encontrar a su compañero. Tan pronto como su Leopardo vio a Bambam, hizo de todo menos reclamarlo.

Esa idea debería haberle dado un gran susto a Jaebeom. Sin embargo, por alguna razón, lo hacía sentir cálido. También lo hacía sentir, si se atrevía a decirlo, feliz.

Entonces, con la misma rapidez, Jaebeom frunció el ceño. El nuevo descubrimiento de Jaebeom podía ser por nada. Aparte de la erección de los dioses que Bambam había lucido la noche que se conocieron, se había mostrado distante.

Aunque cuando Jaebeom lo había tocado en el vestíbulo, Bambam no se había alejado. De hecho, pareció disfrutar de las manos de Jaebeom sobre él. No tenía dudas de la necesidad, la pasión, que había ardido en la mirada de Bambam.

Jaebeom finalmente se dio por vencido de su intento de dormir. Se levantó y dejó su habitación, enfilando hacia la cocina. No tuvo que pararse a ponerse ropa, ya que dormía con el uniforme puesto. De esa manera estaría listo para luchar si el lugar era atacado. Jaebeom no había agarrado el hábito por Ride. Sino que era algo que Jaebeom había hecho por años.

Olió a Bambam aun antes de verlo. Jaebeom apoyó su mano contra la pared justo afuera de la cocina e inhaló profundamente, saboreando el dulce aroma. Sin embargo, tan deseable como el olor era, Jaebeom no podía esperar a cubrir a Bambam en eau de Léopard.

Una vez que Jaebeom "marcara" a Bambam como suyo, no habría más coqueteos. Todo el mundo sabría que, aunque Bambam pudiera ser una follable fantasía, estaba fuera de los límites. Jaebeom tenía la sensación de que si estaban en una relación estable, Bambam no se descarriaría. La prueba estaba en la lealtad que Bambam le tenía a Minghao. A pesar de que Minghao era un perfecto imbécil, estaba claro que Bambam haría cualquier cosa por protegerlo.

Finalmente, Jaebeom cruzó las puertas corredizas. Esta vez era Bambam quien estaba sentado en la encimera. Debía haber pedido prestado el iPhone a alguien, tenía los audífonos en las orejas mientras comía un pedazo de torta tan grande como su cabeza. La manera en que se las arreglaba para comer mientras cantaba suavemente en voz baja, era increíble.

Serie de la HdA 02 - Jaebeom Tiene una GolosinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora