Capítulo 12

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Bambam se despertó y se estiró hasta más no poder. Dado que estaba en un hospital, se sorprendió un poco de que la cama fuera en verdad cómoda. Era como que lo envolvía en un cálido abrazo que no quería que acabara. Aun así, abrió los ojos, más que nada porque tenía hambre y no quería perderse el desayuno.

Cuando vio a Jaebeom sentado en la silla al lado de la cama, Bambam sonrió.

Había estado en el hospital por un par de días, y Jaebeom no se había alejado de su lado ni una vez. Bueno, excepto para ir al baño.

Jaebeom parecía estar dormido en lo que debía ser la posición más incómoda del mundo. Su largo cuerpo no estaba hecho para entrar en la pequeña silla de plástico, para empezar. Su posición encorvada empeoraba todo. Estaba usando la pared como almohada, lo que le torcía el cuello en un ángulo extraño, y su culo estaba como a una pulgada de deslizarse del asiento.

Jaebeom debió sentir que estaba siendo observado, porque abrió los ojos lentamente y miró a Bambam. Bambam sintió como si hubieran absorbido el aire de la habitación, y se encontró a sí mismo inmovilizado en donde estaba.

La intensidad con que Jaebeom miró a Bambam, fue algo que él nunca había experimentado antes. Por supuesto, hubo un montón de tipos que habían deseado a Bambam, pero en la expresión de Jaebeom había algo más. Era como si tuviera un ansia que sólo Bambam podía saciar. Como si Jaebeom quisiera más que sólo una follada y una nota de agradecimiento. Ambas cosas excitaban y asustaban a Bambam.

—Hey, todavía estás aquí —Bambam dijo.

—¿Molesto? Si es así, me voy.

Bambam dudaba que Jaebeom se fuera muy lejos si fuera expulsado. No es que Bambam fuera a hacerlo. Disfrutaba de su tiempo a solas con Jaebeom.

—¿Pensarías que estoy actuando como una damisela en apuros si digo que quiero que te quedes? —Bambam preguntó.

—En lo absoluto.

Jaebeom todavía le estaba dando a Bambam esa mirada.

A pesar de que estaban en medio del hospital, y había una tonelada de espectadores, Bambam sintió que se estaba excitando. Lo que sólo demostraba lo puto y retorcido que era.

—Podría besarte por todo lo que has hecho por Minghao y por mí — Bambam dijo.

Jaebeom le sonrió con sensualidad.

—¿Qué te hace pensar que no voy a aceptar tu oferta? El corazón de Bambam latió con fuerza en su pecho.

—Me encantaría que lo hicieras. El único problema es que tengo mal aliento, así que no creo que quieras acercarte mucho.

—¿Qué tal si soy yo, el que juzga eso?

Jaebeom se inclinó tanto que sus rostros estuvieron a solo pulgadas de distancia. Bambam se encontró sin saber qué decir mientras quedaba atrapado en el momento. Lo único en lo que podía pensar era que los labios de Jaebeom se iban a juntar con los suyos.

—Está bien, puedes intentarlo. Pero no digas que no te advertí — Bambam contestó.

—Me gusta vivir al límite.

Jaebeom se movió y capturó la boca de Bambam para un beso. Al principio Bambam se puso tenso pensando que Jaebeom se alejaría disgustado. Pero el Leopardo hizo exactamente lo contrario. Tomó la parte posterior de la cabeza de Bambam con una mano. Bambam soltó un jadeo justo antes de que Jaebeom deslizara su lengua dentro de la boca de Bambam.

Jaebeom podía haber estado durmiendo, también, pero sabía a menta y a limpio. Lo que hacía que Bambam quisiera saborearlo más. Agregó su lengua al juego. Incluso soltó un pequeño sonido de ansiedad, pero Bambam moriría antes de admitirlo.

Serie de la HdA 02 - Jaebeom Tiene una GolosinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora