Cuando llegó el momento de que Bambam dejara el hospital, Jaebeom, llamó a Hyungwon para que los recogiera. La razón por la que Jaebeom eligió a Hyungwon era porque el hombre no hablaba mucho ni hacía muchas preguntas. Lo que era bueno para Jaebeom. Así podría concentrase en Bambam.
Los dos se habían besado mucho el día anterior, pero no había sido ni de cerca, suficiente para Jaebeom. Quería tener al Petauro a solas y en su cama tan pronto como fuera posible. No es que Jaebeom tuviera un simple picor que rascar, tampoco. Por alguna razón, la atracción de Jaebeom por el Petauro se había vuelto una obsesión. Algo que Jaebeom no había imaginado que su mitad Leopardo permitiría alguna vez, aun sabiendo que otros Leopardos tenían parejas.
Jaebeom sabía que en lo más hondo eso hacía a Bambam su pareja. Por supuesto, podía ser que se conocieran desde hacía poco, pero no había otra explicación posible. En el pasado, Jaebeom no hubiera soportado que alguien estuviera en su habitación, mucho menos en su cama. Jaebeom no sólo quería que eso pasara con Bambam, sino que quería que el Petauro del Azúcar se quedara para siempre.
Estaban de pie afuera del edificio de la Coalición, Bambam no hablaba mucho, Jaebeom tampoco. Sin embargo no se sentían incómodos. Jaebeom pensó que daría cualquier cosa por saber qué pasaba por la cabeza de Bambam.
—Allí está su carro —dijo Jaebeom señalando un brillante SUV rojo.
Aunque Hyungwon no hablara con frecuencia, siempre lo compensaba siendo diferente al resto. La mayoría de ellos conducían autos negros para pasar desapercibidos. Hyungwon no, sin embargo, él siempre escogía los colores más fuertes y chillones. Todo lo que le faltaba eran los aros de lujo y las luces intermitentes arriba.
Hyungwon se detuvo, Jaebeom se metió al asiento trasero con Bambam. Si Hyungwon pensó algo por esa movida, no dijo nada.
—¿Alguna cosa sobre Ride? —Jaebeom preguntó una vez que entraron a la carretera.
—No, es como si se hubiera esfumado —Hyungwon respondió.
—Vaya si no eres una cucharada colmada de sabiduría —Bambam soltó sarcástico—. ¿Quizás quieras entrar en detalles?
Jaebeom se mordió la lengua para no reírse. Tal como estaban las cosas, Hyungwon ya los estaba fulminando con la mirada. Si lo presionaban demasiado era posible que se detuviera y los hiciera caminar a casa.
No sería la primera vez que hacía esa jugada. Tan sólo el mes anterior, había botado a Seungkwan de su auto y había hecho que el sabelotodo caminara por más de una hora.
—¿Y esos que estuvieron trabajando con él? —Jaebeom preguntó.
—Minghao mató a Alvin, uno de los principales asistentes de Ride.
—¡No es justo! —Bambam exclamó—. Yo pedí ser el primero y Minghao lo sabía. Siempre me está robando el protagonismo.
—No te preocupes. Puedes destripar al siguiente cazador que atrapemos.
Bambam sonrió.
—Eres tan bueno conmigo.
Hyungwon soltó un largo suspiro.
—¡Oh, Dios! No tú también. Ya tengo bastante lidiando con la cursilería de Hyungdon. ¿Ahora lo vas a hacer tú?
—Déjalo en paz —Jaebeom le advirtió.
Bambam le dio un sonoro beso en la mejilla a Jaebeom.
—No te preocupes masita de miel. Simplemente está celoso de lo que tenemos.
Jaebeom lo miró dos veces. ¿Masita de miel? Ni siquiera cuando estaban profundamente metidos en sus sesiones de besuqueo, Bambam había dicho algo tan cursi. Realmente ya la estaba exagerando. Jaebeom sospechaba que Bambam lo estaba haciendo para sacar de quicio a Hyungwon.
ESTÁS LEYENDO
Serie de la HdA 02 - Jaebeom Tiene una Golosina
FanfictionSerie de la Hermandad de Asesinos 02 - Jaebeom Tiene una Golosina RESUMEN Los Leopardos no son conocidos por ser amables, cariñosos o generosos. Así que no debía sorprender que el cambiaforma Leopardo, Jaebeom, no quisiera encontrar pareja. Es uno d...