Capítulo 9

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Un grupo de Asesinos con la ropa toda negra y con armas ajustadas por todos lados, con seguridad resaltaría en el vestíbulo del pretensioso hotel. Razón por la que Jaebeom y los otros estaban en el callejón detrás del lugar.

Ya que no sabían exactamente cuántos amigos tenía Ride con él, y con Seungkwan y su equipo en otro trabajo, además de Seunghyun que aún seguía lejos buscando al amigo perdido de Jiyong, estaban un poco cortos de personal. Lo que al final, quizás era mejor. Aunque estuvieran afuera, había humanos por todas partes. Era mucho más fácil esconderse con un grupo pequeño.

Jaebeom había decidido entrar por la puerta de atrás. Ya que llevaba al contenedor de basura, permanecía abierta para que los muchos empleados pudieran sacar la basura con facilidad. Ese era un error de seguridad de parte de los humanos. Para los Asesinos era el camino fácil.

—¿Soy yo o el negocio de verdad necesita una reunión de trabajo sobre temas de seguridad? —Bambam preguntó.

—Tienes razón. Cualquier criminal podría entrar. —Hyungdon estuvo de acuerdo.

—Sep, en su lugar van a tener un grupo de asesinos contratados. Qué suerte tienen. Podríamos haber sido vendedores de ventanas. Ahora, eso sí que hubiera sido espeluznante —Bambam dijo lentamente.

Jaebeom decidió ignorar ese último comentario. En su lugar, puso una mano en el hombro de Bambam y esperó. Finalmente vio que Hyungwon daba la señal para que se movieran. Jaebeom le dio un golpecito a Bambam para dejarle saber.

Unos humanos acababan de entrar. Esperaron un momento, luego los siguieron. Todos ellos moviéndose tan silenciosamente que ni siquiera el roce de la ropa se podía escuchar. Cuando Jaebeom observó a los gemelos, tuvo que admitir que parecían altamente capacitados. Al menos en lo de ser sigilosos.

Bambam tenía su nueva ballesta preparada. Jaebeom pensó en señalarle que era la misma que le había fallado a Bambam en su última misión. Además de que no era precisamente lo que él usaría en un sitio tan cerrado. Al final, decidió dejarlo en paz. Bambam tenía un arsenal escondido bajo su capa. Si resultaba que la ballesta no le funcionaba, el Petauro tenía montones de planes B a la mano.

Tan pronto como entró en la cocina, Jaebeom fue arrollado con el fuerte olor de grasa rancia, carne podrida y moho. Hizo nota mental de jamás comer en ese restaurante. Si bien parecía de lujo, en ese momento estaba viendo cerca de veinte violaciones a las normativas de salud. Y eso era sólo a primera vista.

—¡Oh, miren, una rata! Qué lindo —susurró Hyungdon —. Me pregunto si tiene que pagar renta o si la cocina la deja trabajar para pagar su alojamiento.

—¿Estás bromeando? Probablemente la promovieron a jefe de cocina. Ya sabes, porque nada habla mejor de una buena mesa que el tener pelo de rata en tu sopa —Bambam replicó en un susurro también.

En realidad, había unos cuantos humanos yendo a prisa en la parte delantera de la cocina. Estaba desierta en la parte posterior en donde ellos estaban. O al menos estaba vacía en ese momento. Lo que quería decir que debían dejar de criticar y subir al elevador de la cocina.

Jaebeom se acercó corriendo a una puerta que conducía a la escalera de atrás y comenzó a guiar a los otros. Aunque el grupo era pequeño, pareció tomar una eternidad para que los otros comenzaran subir las escaleras. Jaebeom seguía echando miradas de preocupación a los humanos. Era sólo de puro milagro que aún no hubieran sido vistos.

Maldijo en voz baja. Sabían que esta área sería la menos segura.

Jaebeom hubiera querido encontrar otra manera de entrar sin que hubiera tanta gente. Pero al final, esta había sido su mejor opción.

Serie de la HdA 02 - Jaebeom Tiene una GolosinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora