Capítulo 5

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Jaebeom contuvo una mueca mientras escuchaba las balas sonando contra la ventana posterior de su SUV. Aunque sabía que estaba hecha del material más fuerte del que disponían y que ninguna bala podría atravesarlo, el querer agachar la cabeza todavía era puro instinto. Se contuvo. En parte porque no quería perder puntos de popularidad con Bambam, pero también, porque no quería perderse el show que se estaba llevando a cabo dentro de su vehículo.

Bambam y Minghao continuaban haciendo muecas y cubriéndose el rostro con las manos. Bambam incluso soltó varias palabrotas bastante coloridas. Algunas de las cuales, Jaebeom estaba seguro, las inventó en el momento.

—¿Quién te contrato? —Jaebeom repitió mientras hacía un giro pronunciado.

Bambam se agarró del tablero.

—Un Asesino nunca da ese tipo de información.

Jaebeom puso los ojos en blanco. Tal como había esperado, iba a ser un infierno sacarle cualquier información a Bambam. Aun cuando Jaebeom consiguiera algo, iba a tener que batallar con el tono sarcástico primero. Jaebeom tenía la sensación de que Bambam nunca hacía las cosas fáciles.

—¿De dónde sacaste esa mierda? —Jaebeom preguntó.

—No lo sé. ¿No hay como una especie de guía oficial del Asesino o algo por el estilo? —Bambam contestó.

—Seee, recuerdo haber comprado el libro cuando comencé a entrenar. Me costó una maldita fortuna —Jaebeom respondió.

Los ojos de Bambam se abrieron como platos.

—¿De verdad tienen uno?

—No. —Minghao se entrometió—. Te está jodiendo, y como buen idiota que eres, te la creíste.

Bambam señaló a Minghao.

—Tú, nunca eres amable conmigo. ¿Sabes? No te haría daño estar de mi lado, comprarme una tarjeta, quizás, hasta enviarme flores.

Jaebeom se mordió el labio para evitar reírse. Cuando no estaba dirigido a él, el sarcasmo de Bambam era realmente divertido. Uno casi podía decir que encantador. Pero no tenía tiempo para sus discusiones.

Necesitaba conseguir la respuesta a su pregunta.

—Niños —Jaebeom les llamó la atención—. ¿Tengo que separarlos? Hay cosas más importantes que necesitamos hacer ahora mismo. Bambam puede comenzar por decirme quién te contrató.

Bambam negó ligeramente con la cabeza.

—Aún no se si está bien que lo haga.

—¿Qué tal esto? Pienso que el hombre que puso precio a mi cabeza es el responsable de la partida de cazadores que acaba de tratar de matarlos a Minghao y a ti —dijo Jaebeom.

Bambam abrió la boca unas cuantas veces y luego le lanzó una mirada incrédula a Minghao, antes de regresar su atención a Jaebeom.

—¡Ese hijo de puta! Debería haber sabido que algo estaba pasando cuando pagó el monto completo aun antes que hiciera el trabajo. Eso nunca había pasado antes.

—Hay una buena razón para eso. Nunca se había hecho. Nadie en su sano juicio estaría de acuerdo en pagar por adelantado, antes de que el trabajo fuera completado. Podrías haber agarrado el dinero y simplemente huido. Sobre todo porque no eres un verdadero Asesino

—Jaebeom replicó.

Jaebeom lamentó esa última oración cuando vio un brevísimo destello de dolor en los ojos de Bambam. Bambam lo escondió con rapidez, y pronto la misma sonrisa taimada de siempre apareció en su rostro. Eso hizo que Jaebeom pensara en cómo él mismo había hecho la misma cosa muchas veces. En cómo había tenido que sonreír frente a todos esos crueles comentarios que le habían sido lanzados, tan sólo por haber tenido la mala suerte de nacer un Leopardo.

Serie de la HdA 02 - Jaebeom Tiene una GolosinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora