Azkaban

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1996

Con la amenaza constante de la Orden del Fénix y otros grupos rebeldes aún presente, Harrison Potter entendió que debía reforzar sus medidas de seguridad para mantener su dominio. Azkaban, la prisión mágica temida por su tenebroso pasado y su guardia de dementores, era el lugar ideal para demostrar la fuerza y la seguridad de su régimen. Harrison decidió transformar la fortaleza en un bastión impenetrable, añadiendo a los dementores encantamientos oscuros y guardianes leales que garantizaban que ningún prisionero pudiera escapar.

**La planificación para la fortaleza comenzó en una sala de reuniones en Hogwarts, donde Harrison y su consejo se reunieron para discutir la transformación de Azkaban.**

—Necesitamos que Azkaban sea un símbolo del poder de nuestro régimen —dijo Harrison, mientras examinaba un mapa detallado de la prisión—. No solo queremos reforzar sus defensas, sino también enviar un mensaje claro a aquellos que piensan en desafiar nuestra autoridad.

Daphne, a su lado, asentía mientras estudiaba los planos.

—Estamos hablando de añadir más capas de protección y magia oscura a la prisión. Los dementores son efectivos, pero debemos asegurarnos de que ningún hechizo o intento de escape pueda ser exitoso.

Theodore Nott, un miembro clave del consejo y experto en magia oscura, intervino.

—Podemos incorporar encantamientos que no solo mantengan a los prisioneros en su lugar, sino que también dificulten el acceso para cualquier intruso. Además, podríamos usar la magia antigua para reforzar los muros y los campos de fuerza.

Harrison asintió, satisfecho con la propuesta.

—Eso es lo que quiero oír. También necesitamos reclutar guardianes leales que estén dispuestos a someterse a un encantamiento que los vincule a nuestra causa. Deben estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para mantener la seguridad.

**La siguiente fase de la planificación incluyó la selección de los guardianes y el desarrollo de los encantamientos. Harrison, Daphne y Theodore viajaron a la fortaleza para supervisar el progreso. Azkaban, con su atmósfera lúgubre y su paisaje desolado, estaba a punto de ser transformada.**

**Al llegar a la fortaleza, fueron recibidos por el director de seguridad de Azkaban, un hombre alto y sombrío llamado Marcus Flint.**

—Mi Señor —dijo Flint, inclinándose profundamente—. Hemos comenzado a implementar los encantamientos de refuerzo y a preparar el personal para la nueva fase de seguridad.

Harrison miró alrededor con una mezcla de aprobación y curiosidad.

—Quiero ver cómo están avanzando las cosas. Muéstrame los nuevos encantamientos y las áreas que han sido reforzadas.

Flint condujo a Harrison y su grupo a través de los pasillos oscuros de Azkaban, señalando los lugares donde se habían añadido nuevos hechizos y barreras. Los muros estaban ahora rodeados de una aura de magia oscura, y los campos de fuerza pulsaban con una energía imponente.

—Aquí hemos incorporado un encantamiento que dificulta la detección de cualquier intento de escape —explicó Flint—. También hemos reforzado las celdas con una barrera mágica adicional que interfiere con la magia de los prisioneros.

Daphne se acercó a una de las celdas y examinó el encantamiento con cuidado.

—Esto parece sólido. Sin embargo, asegúrate de que la magia no pueda ser neutralizada por ningún hechizo de transfiguración o ilusión. La seguridad debe ser absoluta.

Flint asintió, tomando nota de los comentarios de Daphne.

—Lo tendré en cuenta. También hemos comenzado a entrenar a los guardianes en el uso de los nuevos encantamientos y técnicas defensivas.

Dark Lord PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora