La cara de Fátima es patética pero la de mi hermano es aún peor. Ambos no saben que decir; están paralizado bajo el umbral de la puerta. Azaquiel está perplejo, mi madre por otro lado solo mueve su quijada sin producir ruido alguno. Su piel se coloca tan pálida como un papel. Antes de poder reaccionar algunos de los dos, Johann me da un pequeño beso en la cien y se va por la puerta teniendo que pasarles por un lado a ambos. Tan solo quedamos nosotros tres: Azaquiel, Fátima y yo.
-Ehh... ¿Dónde estabas Dakota? -me interroga Fátima con calma para articular bien cada palabra estando aún impresionada.
-Me vine con Johann a la casa ya que ustedes se fueron a la fiesta de los Salazar. Así que no me quedaba de otra que venirme para acá, y no pensarás que dejaría a Johann solo, ¿o sí? La noticia fue dura para todos, pero para él fue un golpe sumamente muy duro.
-Sí, sí, Dakota. Fue tan dura la noticia que por eso tuvieron que tener sexo en el cuarto de papá y mamá esta misma mañana apenas se supo la noticia-dice retorico Azaquiel rondando los ojos-. Si eso es estar pasando por un mal momento, entonces no quiero pensar cómo se pone cuando están ustedes bien.
Yo le iba a responder. Ush, sí que le iba a decir todo lo que pensaba de él, pero Fátima se me adelanta dándole un derechazo a mi hermano tumbándolo al piso para terminar concentrando toda su atención en mí, su nueva víctima. Ahora si luce aún más molesta que cuando estaba hace unos momentos con Johann aquí en la sala; su ojos se hacen más grande y se enrojecen, su dedos temblequean de la rabia y termina por señalarme.
- ¡Dakota Svetlana Black Kuznetsov! -me reprende entre diente con una mirada feroz-. ¡No te quiero ver MÁS con Johann Abad! Ese muchacho desde que empezó a frecuentar a esta casa solo ha traído problemas para la familia. Te prohíbo verlo otra vez...
-Fino-le contesto simple haciendo un ademan con mis hombros sin darle mucha importancia a lo que dice.
Su semblante cambia por completo y arruga la cara procesando mi respuesta. Sabiendo lo muy unido que somos nosotros dos, Fátima esperaba (o eso me imagino) que me pusiera a pelear con ella para pasar toda la noche gritando las dos como loros. Mi intención no es seguirle la corriente, sino de acabar con los obstáculo que puedo llegar a tener.
- ¿Fino? ¿A qué te refieres con «fino»? -me interroga tapándose la boca con una mano-¿Quieres decir que por esta y única vez me obedecerás?
- ¡Hm! ¿¡sí!? ¿Por qué no lo haría? - le contesto con otra pregunta enarcando una ceja-. Johann es mi mejor amigo y todo, pero si tú dices que no debo verlo más, lo haré. Después de todo eres mi madre y puedes ver cosas que yo no puedo ver, así que... sooo... estoy bien con tu decisión.
- ¿Te estás burlando de mi Dakota? -bufea parándose recta señalándome con un dedo-. Mira, no me molesta que no hagas lo que te pido pero no voy a permitir que te estés burlando de mí. ¡Eso sí que no!
-Calmante que no me estoy burlando de ti. Te lo digo enserio, si no quieres que esté cerca de él, lo haré no tengo problema con eso. ¿Ya me puedo ir a mi habitación, señora Kuznetsov? De verdad me urge irme a mi cuarto para estar sola aunque sea un rato.
-Está bien Dakota, ve a tu habitación. Yo estaré haciendo la cena por si quieres algo de comer-me contesta simple suavizando los gestos de su rostro y relajando su semblante-. ¿Sabes? Si eso es lo que quieres, ve, no tengo problema con ello. Ve a descansar hija. Has tenido un día difícil como para el resto de personas que tuvimos que vivir esto.
-Claro madre... Gracias.
Ella me señala con la mano el pasillo y lo tomo como una señal de su permiso para poder retirarme. Yendo por el pasillo corro para llegar a las escaleras pronto. Estando a la mitad de los escalones a punto de llegar a mi cuarto, me asomo por las barandas para ver qué puede estar pasando ya que hay mucho silencio; un extraño y muy tranquilo silencio cuando está casa siempre ha sido de tener la música a todo volumen y con las voces amenas de los habitantes de la casa sonando por todo los rincones del lugar. Escucho como Fátima se acerca para ir a la cocina y mi hermano menor la sigue frotándose la marca que le dejó la fuerte cachetada que le dio. Él mueve su cabeza hacia donde estoy y me mira extrañado sin darme mucha importancia, ya que se metió con mi madre a la cocina para preparar la cena. Viendo que ya están dentro, termino por subir los escalones tranquila sacando de mi brasier mi teléfono de repuesto. Abro la puerta de mi habitación levantando la puerta con cuidado de que no suene introduciéndome a mi habitación prendiendo la luz.
ESTÁS LEYENDO
Un Cruel Ángel
Gizem / Gerilim«Dakota ha querido caminar por lo mismo paso que su padre cuando estudió la "magia negra", lo que ella no se espera que ese camino es más caliente que el mundo terrenal, sobre todo cuando tienes que hacerte cargo de toda una legión de caídos junto c...