A medida que el bus avanza la luz del día se desvanece por unas nubes que amenazan de lluvia. Me encuentro atrapada en un torbellino de emociones que siento que me volverá loca en cualquier momento. Todo por la carta, con su contenido escalofriante. Evidentemente no puedo quedarme de brazos cruzados mientras el legado de sufrimiento de mi familia amenaza con repetirse en mi vida. Debo actuar, debo descubrir la verdad detrás de Alastor y enfrentar lo que sea que me espere en el norte.
Con cada palabra que leí, me siento más impulsada a desentrañar este misterio. La historia de mi familia no puede terminar en tragedia, o por lo menos yo no quiero acabar así; debo encontrar una manera de cambiar el rumbo, de romper las cadenas que nos han mantenido prisioneros de este destino. La carta es solo el comienzo de un viaje que promete ser peligroso, pero que también podría ofrecerme la oportunidad de la redención y libertad.Así que, con el corazón latiendo con fuerza y la mente llena de preguntas, me preparo para lo que está por venir. La carta ha encendido en mi, miedo pero también valentía, y estoy decidida a seguir su llamado, sin importar lo que me depare el futuro.
Terminando de leer el tercer párrafo explica que a través de dos libros, dónde habitan en su interior seres como Alastor, podrían acabar con todo lo que conocemos de Alastor así como destruirnos a nosotros mismo.
Alastor, el demonio que me ha acechado desde ayer, intenta planear su liberación junto a los suyos. Fue capturado en 1983 por mi padre, quien se opuso a su plan de desatar a sus legiones para acabar con nosotros y nuestros seres queridos. Mi querido señor Black fue quien lo encerró pero no explica cómo lo hizo.
Con las lágrimas recorriendo mis mejillas, llevé la carta al pecho cerrando mis ojos fuertemente, reflexionando sobre todo lo que pudo haber vivido mi padre con estos seres.
Buscando consuelo en la vista fuera de la ventana ahora, el paisaje es diferente. Las calles que solía ver están cubiertas de sombras y neblina, como si el tiempo se hubiera detenido en este lugar. Los edificios, que antes eran familiares, parecen distorsionados, con ventanas que miran hacia el vacío y puertas que se cierran solas.
El bus avanza lentamente, y la sensación de inquietud crece en mi interior. Miro a los demás pasajeros, pero sus rostros son borrosos, como si estuvieran cubiertos por un velo. No puedo distinguir sus expresiones, pero siento que todos comparten una misma inquietud, una misma pregunta:
¿dónde estamos realmente?
Asustada, me levanto de mi puesto con cuidado tanteando el terreno en el que estoy, viendo que el pasillo esta libre me dirijo corriendo a presionar el botón para bajar, pero el conductor no parece escucharme. En su lugar, me lanza una mirada vacía a través del espejo retrovisor. Es como si estuviera atrapado en un sueño del que no puedo despertar. La carta de Alastor pesa en mi mente, y la idea de que mi destino termine aquí y termine muerta en el bus como si fuera una lata de atún , me aterra.
Finalmente, el bus se detiene en una parada que no reconozco. Las luces parpadean, y el aire es denso, cargado de un silencio inquietante. Sin pensarlo dos veces abro la puerta corrediza de una patada saliendo de este de un brinco, el frío me envuelve, y el paisaje se abre ante mí como un laberinto de posibilidades y peligros.
Miro hacia atrás, pero el bus ya se ha ido, llevándose consigo a los pasajeros y a la sensación de seguridad que alguna vez tuve. Ahora estoy sola nuevamente, en un lugar que no comprendo, con la urgencia de encontrar respuestas y, sobre todo, de descubrir la verdad sobre mi padre y el oscuro secreto que Alastor parece haber desenterrado.
Por una extraña razón siento que el aire se me escapa y la sensación de ahogo me domina. Me despierto consiguiendo que nunca salí del bus.
Me levanto de mi asiento mirando a mi alrededor con inseguridad. Los pasajero estan y ahora sí puedo verle el rostro, aunque parecen como adormilado.
Sé que todo esto es obra de Alastor que me está tendiendo una trampa, pero ahora, me pregunto ¿Porqué?
Me muevo de mi asiento hacia el pasillo con cuidado y me dirijo justo donde está el conductor para detener el bus y acabar con esto.
El aire se vuelve denso y la atmósfera se carga de una tensión palpable. Al ver el retrovisor del bus. Veo que el conductor es Alastor, con su sonrisa inquietante y su mirada penetrante, parece disfrutar de mi incomodidad. Su risa, un eco lejano, resuena en el interior del autobús vacío, amplificando mi ansiedad.
—¿A dónde crees que vas? —pregunta, su voz suave pero cargada de un tono que me hace sentir atrapada.
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Un Cruel Ángel
Mystery / Thriller«Dakota ha querido caminar por lo mismo paso que su padre cuando estudió la "magia negra", lo que ella no se espera que ese camino es más caliente que el mundo terrenal, sobre todo cuando tienes que hacerte cargo de toda una legión de caídos junto c...