Un Cruel Ángel

Capitulo 03

-Obvio-le contesto con ironía estirando mis brazos hacia él-. ¿Nos vamos?

Con una sonrisa asiente con la cabeza y cierra la puerta. ¿Cuál es su plan? Aun no lo sé; pensando en las mil y un posibilidades, me aparto de la entrada colocándome a su lado esperando que me diese alguna repuesta. Él me toma de la mano saliendo repentinamente corriendo por todo el jardín teniendo que seguirle el paso como podía. Su agarre es tal que no puedo deshacerme de su fuerte mano. Recorrimos todo el lugar, o bueno, el me arrastró como pudo hasta llegar a las afuera de la casa que justamente la puerta está abierta en par en par.

- ¿Qué era eso que de lo que me hablaste hace rato? Me dejaste con las dudas de lo que podía ser-le interrogo con curiosidad esperando que me dijese alguna pista. Él me suelta repentinamente la mano parpadeando como si volviese en sí. Teniendo la mirada perdida, gira la cabeza hacia donde estoy teniendo que volverle a hacerle la pregunta con tono de extrañes.

-Ahh...Bien. ¿Adivina que tengo detrás? -contesta simple haciendo que no ha pasado nada, al ver que me muestro sería cruzada de brazos deja salir un fuerte suspiro contestando en tono bajo -. Si adivinas te muestro. ¿Te parece?

Él se lleva las manos hacia atrás con una sonrisa sacándose algo que me parece que ha guardado todo este tiempo dentro de la chaqueta negra de cuero que carga. Johhan me hace muecas con los labios para que empiece a hacerle preguntas para ver si le llego a acertar.

- ¿Eh? No sé, ¿el culo? ¡Ya Johann! muéstrame que es lo que te traes con todo esto-le digo desesperada intentando arrebatar lo que tiene detrás, pero se mueve con una sonrisa burlona una y otra vez impidiendo que descubra que es lo que tiene-.Ush... eres de lo peor, Johnn.

-No, no, no, querida. Eso es trampa-dice entre risa pellizcando mis mejillas con una sonrisa torcida-. Te dije que adivinaras, pero bueno... Sé que no lo harás así que mira.

Mueve sus brazos con dificultad dejándome entender que es algo con mucho peso, incluso para él. Cuando logra ponérmelo enfrente observo que es el famoso Libro Negro de LaVey. El libro parece estar intacto con su portada limpia y lustrosa junto con un papel protector para consérvalo mejor. Pasa los minutos y sigo ensimismada viéndolo ¿Será una copia? ¿O es que Johann solo imprimió la carátula y se la colocó a un libro cualquiera solo para hacerme una broma? ¡Es que no puedo creer que tenga una copia de esta reliquia!

-Necesito llevarte a un lugarcito especial donde te pueda hacer magia con este libro-contesta él con sorna- ¿Quieres ver de lo que es capaz esta cosa?

- ¿Dónde queda? Recuerda que es de noche y no me gusta salir a esta hora-lo miro desafiante y él solo se ríe por lo bajo por mi comentario. Pasa el rato y sigue riéndose de manera despreciativa con su mueca de burla-. Dime, si es una de tus cochinadas créeme que no iré, ¡ya dame ese libro!

-No, no es lo que tú crees que voy a hacer. Vamos, confía en mí por esta vez, no te haré nada.

-El «vamos, confía en mi» le sirvió de excusa a mi padre, para que siete meses después apareciera Azaquiel a joderme la vida- su mirada se puso rígida, no veo que tenga tantas ganas de opinar después que desapareció aquella sonrisa burlona de su rostro-. Vamos. Dime ¿a dónde vamos? Nada te cuesta decirme para que tenga una idea de adónde vamos-cambio el tono a uno más pasivo para ver si mejora su reacción.

Escupe un poco de aire y veo como en su mirada aparece esa chispa que tanto amo ver en sus ojos marrones. Lo último que hace antes de voltearse fue lanzarme una mirada que comprendí que se ha hastiado al ver que su plan conmigo no funcionó como él quería que fuese. Veo como su cuerpo camina en dirección contraria a donde él vive así que supongo que no es nada de lo que había imaginado, mal pensando lo que podría ocurrir por esta ocasión.