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17: ¿Es un juego?

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El problema de aceptar darle otro beso es que Jimin nunca pensó que Minjeong se volvería tan adicta a ellos. La joven Alma le pedía uno tras otro como si fuera lo más natural del mundo, ni siquiera parecía entender el valor romántico de ellos, o al menos no le daba esa señal a Jimin.

Para ella entender su sexualidad fue un proceso relativamente largo, desde un principio nunca dudó en su gusto por los chicos, de niña leía muchos cuentos y soñaba despierta con el día en que apareciera su príncipe azul en un corcel blanco para sacarla de su casa y llevarla a un castillo en el que viviría feliz para siempre. Ese sueño continuó así por un largo tiempo, por supuesto que se volvió más realista y el corcel cambió por un auto y el castillo por cualquier casa que no sea la suya. Jamás pensó que la posibilidad de cambiar al príncipe por una princesa era real.

Todo cambió el día en que su mejor amiga le contó que le gustaban las chicas, antes de eso no tenía idea de que se podían dar ese tipo de sentimientos. Inicialmente, no tuvo problemas porque le siguieron gustando los chicos y tuvo su primer novio por el que estuvo perdidamente enamorada durante un largo periodo de su adolescencia. Después de ese quiebre hubo varios crushes, en su mayoría hombres, y cuando llegó Chaehyun a su vida recién supo que podía tener algo verdaderamente serio con una mujer.

Eso sus padres lo vieron como otra desilusión más de su hija mayor y realmente Jimin nunca esperó que fuera aceptada por ellos, pero hace ya varios años que la relación con ellos se basaba en no molestarse ni exigir nada el uno del otro. Por supuesto que Chaehyun jamás fue a cenar a su casa, ni sus padres se molestaron en conocerla, pero al menos tampoco le dijeron nada negativo.

Eso no quitaba el hecho de que vivían en un lugar bastante conservador y Jimin siempre se preocupó de cuidarse en lugares públicos para no recibir miradas ni comentarios que le pusieran incómoda.

Con Minjeong no podía llevar a cabo esa cautela porque era realmente como un chicle que no se despegaba (Y realmente Jimin no quería que se despegue) porque caminaba con ella por la calle y no le soltaba el brazo y además, cada cierto tiempo le dejaba uno que otro beso en su mejilla que siempre la tomaba por sorpresa. El problema llegó cuando inocentemente le pidió un beso en los labios y ella notó que las personas las veían ya en exceso por la cercanía que mostraban. —Cuando lleguemos a la casa. —Le susurró, ya que se encontraban en el transporte público y no quería que todo el mundo las escuche.

Lo que originalmente era un almuerzo se transformó en salidas diarias que Jimin ocupaba para mostrarle la ciudad ahora que podía verla desde su perspectiva humana. Minjeong cada vez se veía más cómoda en su nuevo cuerpo y también con sus alrededores.

—¿Cuándo veremos a Yuna? —Minjeong decidió cambiar el tema para no demostrar su desilusión de poder recibir un beso y la pregunta le recordó a Jimin que más temprano que tarde tendría que enfrentarse a su familia y decirles que estaba de vuelta.

—Pronto. —Jimin estaba decidida a que no podía alargar la espera. —Pero debes recordar que ella no te conoce y no puedes llegar como un huracán a exigirle carriño.

La más baja hizo una mueca triste, era obvio que Minjeong tenía una necesidad constante de recibir cariño y creía que por vivir muchos años con todas en su forma felina podía exigir el mismo cariño. Con Karina lo había logrado por algo que ella todavía no lograba explicarse, pero que creía que tenía relación con la forma en que su corazón se alteraba cada vez que Minjeong hacía alguna aproximación, pero eso no le iba a resultar con todas las personas.

Blackcat. (Winrina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora