Jaziel

Capítulo 1.

Una nueva batalla estaba por venir, un grupo de brujas rompieron los sellos que impiden la entrada de los demonios a la tierra en su forma física, logramos llegar a tiempo antes de que los más fuertes, los ángeles caídos lograran escapar del infierno, pero aun así muchos lograron escapar; nuevamente la balanza entre el bien y el mal se vio desnivelada.

No sabemos cómo lo lograron o sus planes, pero todo será un completo caos si no los devolvemos a tiempo, los ángeles caídos rompieron una vez más las reglas y debían pagar las consecuencias, pues se les dio el permiso de influir más no el de conquistar la tierra.

No logramos encontrar a las brujas pues varios de ellos las ayudaron a escapar, logramos devolver a los que se quedaron peleando y nuevamente sellamos las puertas del infierno y algunos ángeles se quedaron haciendo guardia.

Nunca ningún ser sobre la tierra sabía de su existencia y de ser así no sabrían cómo abrirla, ¿Cómo fue posible que ellas conocieran acerca de ella o de como llegar? No entiendo ¿Cómo lograron siquiera acercarse a los dos ángeles que custodiaban la entrada o de cómo se deshicieron de ellos con facilidad?

Esto era muy malo, lo que los ángeles caídos planeaban era grande y de mucho tiempo así como arriesgado, pues un plan como este habría sido de años incluso décadas debido a que ni ellos sabían como romper los sellos, ni de cómo lograron unas brujas romperlo, pero debían estar celebrando lo cometido, no lograron salir todos pero con los que salieron ya tenían asegurado el resto de su plan.

Las brujas escogidas para ejecutarlo eran perfectas, lo demostraron al abrir la puerta y desaparecer como si del polvo se tratara, no quedo ni el más mínimo rastro de ellas.

De igual formas ya sabíamos que debíamos hacer, no sería fácil pero tampoco imposible, ya teníamos una orden cada uno y debemos cumplirla.

Nos dividimos nuevamente a buscar pistas o algo que nos indicará de que trataba todo esto, solo el creador lo sabia pero solo nos dijo que ya lo sabía, que sucedería tarde o temprano, pero no habría de preocuparnos, que la oscuridad jamás ganaría.

Todo esto sucede por algo, nos confió la misión a unos cuantos ángeles y a muchos aprendices como yo, los repartió por el mundo, dijo que al final todos se reunirán nuevamente para la batalla final.

Yo aun no tenia que hacer pero no me podía estar quieta y decidí ir un poco más allá para buscar pistas, pero no había nada, ni una sola huella solo fragmentos de lo que fue anteriormente un campo de batalla. No lo entiendo, ni siquiera hay olor aparte del olor a azufre que habían dejado los que escaparon.

¿Cómo es posible que no hayan dejado su olor humano? después de un largo rato caminando entre el olor a azufre logre distinguir un aroma a plantas agrias y humo, era difícil seguir el rastro por el exceso del olor a azufre pero era lo único que tenía y no podía perderlo; estaba demasiado mezclado, cubría el olor de ellas demasiado bien.

Estaba cansada y un poco mareada por el olor tan fuerte de los demonios, pero sentía que estaba cerca y no podía rendirme.

De repente caí mareada, no soportaba mas el olor a azufre, mi cuerpo no era como el de los ángeles, era débil, mi cuerpo me impedía hacer muchas cosas que ellos podían hacer con facilidad, pero tampoco era una inútil, ellos me habían entrenado bien, pero mi cuerpo tiene límites y muchos de eso límites no se pueden romper y yo apenas estaba aprendiendo.

Miel, llegó, me auxilio y me recupere rápido, me acompaño y seguimos juntas el olor, ya había pasado demasiado tiempo y el olor se hacía más débil, hasta que llegamos aun punto donde ya no se olía nada, estaba decepcionada mi misma, sentí que tarde demasiado.

Me deje caer llorando, por primera vez me sentía inútil, quería demostrar todo lo que había aprendido, quería que mis maestros se sintieran orgullosos de mí, creí que podría encontrarlas y acabar con todo el caos que habían traído a la tierra y así poder nivelar nuevamente la balanza, pero no.