Capítulo 4.

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—¡Hola! —Dice Nefereth, sentándose a mi lado. —¿Cómo manejas la tortura?

—¿Qué?

—Perdón. —Sonríe. —¿Cómo estás?

—Ah... Bien, ¡Oye! eso de tortura, ¿me lo podrías explicar mas a fondo?

—Vamos, ¿Me vas a decir que son angelitos? —Negué. —Pues a eso me refiero.

—Pero... ¿Qué tienes tú que ver con ellos?

—Lo mismo que tu. —Agh, esta chica no está entendiendo nada.

—¿Por qué te sobreprotegen?

—Varias veces me han salvado cuando esas bestias aparecen y que curioso que la mayor parte del tiempo me persigan a mí, en serio no hay nadie más en este pueblo a quien puedan seguir.

—De seguro te persiguen porque buscan una forma de llamar la atención de ellos.

—No lo había visto de esa forma, tal vez tengas razón.

Terminó el receso y nos despedimos para ir cada una a su clase, aún me pregunto ¿Cómo ella llegó a ser tan importante para ellos, que esas cosas se ven obligados a llamar su atención atacándola?

Tal vez Ciro sepa algo, a veces es un poco difícil saber lo que quiere decir pero logró entenderle más que sus hermanos, ya le preguntaré luego.

La Sra. Nadia, regresó ayer y relación con los hermanos es bastante complicada a excepción de Ciro, él es totalmente diferente a sus hermanos, ya logra controlar mejor los objetos, ya no le da miedo y sus hermanos aún no saben nada.

Ciro me dice que no les diga nada, él es el único al que le conté toda la verdad de todo, con algunas excepciones y me juró guardar el secreto hasta que llegue el día.

Sus hermanos siguen siendo un dolor de cabeza para mi, son muy sobreprotectores, están obsesionados con cuidarme, me odian eso es seguro y me lo recuerdan todos los días pero aún así, si me tropiezo o algo para nada grabe, están ahí como locos preocupados a veces me dan ganas de golpearlos.

Pero no debo, creo que solo lo hacen para que su madre vea que si me están cuidando de mí, aun así creo que sospechan algo, he visto a Eros, varias veces siguiéndome cuando salgo con Cali.

Nadia, dijo que un primo mío vendría a vivir a la mansión y que yo recuerde no tengo más familia aparte de mi madre y ella fue hija única al igual que yo, por eso no entiendo nada.

Terminaron las clases y la Nadia paso por mi, me dijo que hoy llegaría "mi primo" pero se vio algo preocupada, llegamos y entramos a la mansión me indicó que fuera a la oficina que está en el segundo piso, al llegar ahí comencé a sentir una presencia bastante diferente a cualquier otra.

Todo se sentía tan tranquilo, algo que aquí nunca se ve, a la vez siento una presencia diferente me dio algo de escalofrío, toqué la puerta la cual se abrió sola, había un chico de pelo castaño sentado tras el escritorio y otro chico de pelo azabache que estaba de espalda pasando su dedo índice por los libros.

—Jaziel, pasa quiero que conozcas a Keanu. —me dice señalando a un chico de piel pálida, de cabello negro azabache y ojos violetas, da escalofríos.

—Pensé que sería aburrido, pero creo que me equivoque. —dice con una sonrisa mientras me mira de arriba abajo.

—Keanu ya hablamos sobre esto. —No lo creo, es Gabriel. —Te pondré un poco en contexto, Keanu es hijo de un hombre y una mujer como cualquier otro, sólo que de pequeño un demonio se lo arrebató a sus padres llevándolo al infierno, ahora queremos que deshagas lo que ese demonio ha hecho en todos estos años.

Jaziel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora