fanservice ; chanlix

1 4

Pocos lugares son más privados que una habitación de hotel. Lamentablemente, también pocos lugares son más inapropiados.

En su impaciencia, Chan prefirió sacrificar comodidad a cambio de privacidad. Aquella no era el tipo de conversación que podía ocurrir en un lugar público, y debía quedar oculta tras los confines de unas cuatro paredes. Aquella no era una más de sus citas artificiales.

Naturalmente, Felix no pudo evitar sentirse confundido cuando el mayor le envió la ubicación de un hotel cercano para su reunión.

—Lo lamento, fue de último minuto, no quería que nadie nos viera —Chan se apresuró a explicar. Un cambio drástico respecto a otras veces, si se detenía a pensarlo, pues todo el objetivo de su relación era ser lo más públicos posible.

—Es tarde, debe haber muy poca gente en las calles ahora.

—Yo... ah, podemos salir entonces si te incomoda.

—No es eso, de hecho, creo que me sentiría más cómodo aquí —dijo Felix, dando unos pasos y sentándose en la cama. Se dió la libertad de recorrer la habitación con los ojos; era enorme e impecablemente amueblada, ofreciendo una hermosa vista de la ciudad desde el balcón que no se había detenido a apreciar debido a sus nervios. Su mente divagó un segundo, pensando en lo mucho que habría pagado Chris para conseguirles esa habitación tan lujosa y además de último minuto, sólo para ellos dos. Inevitablemente, su corazón se agitó un poco—. Es agradable. No me gustaría estar afuera ahora, de todos modos, hace demasiado frío.

Inquieto, Chan tomó asiento en uno de los sitiales de la habitación, girándose levemente hasta estar en la línea de visión inmediata de Felix. Ambos se observaron con detenimiento antes de pensar en qué más decir, y fue como si todos los meses que habían pasado reprimiendo sentimientos y actuando frente a las cámaras desaparecieran de repente. Irónicamente, parecía ser Chan quien esperaba por la iniciativa del menor, aparentemente olvidando que había sido él el que había tenido la urgencia de reunirse en primer lugar.

—¿Fue forzado o no? —como si le leyera la mente, Felix empezó— Me refiero a lo que pasó en la celebración de año nuevo.

Y como si se abrieran las compuertas de una represa, Chan lo soltó todo. Es ahora o nunca.

—Al principio quería creer que sí, pero ya no estoy seguro, y eso es en parte por lo que quería hablar contigo —suspiró pesadamente y levantó la mirada, encontrándose con un par de ojos que parecían brillar bajo la tenue luz del cuarto, iluminando también parte de sus pecas—. Estaría mintiendo si dijera que todos estos momentos de tensión extraña han sido fanservice, al menos de mi parte. Lix, eres uno de los chicos más lindos que conozco, no, el más lindo, y... mierda, me estoy yendo del tema. Estoy confundido, espero que entiendas a qué quiero ir con todo esto.

—Creo que lo entiendo, pero aún así preferiría escucharlo salir de tu propia boca.

Felix, por primera vez en mucho tiempo, se sintió con ventaja. Incluso se sorprendía a si mismo con la repentina ola de confianza que lo envolvía cada vez que se veía orillado a defender su relación falsa a capa y espada.

Chan tardó mucho más de lo normal en formar una respuesta, como era de esperarse. El arrepentimiento se mostraba brevemente en sus ojos con cada diálogo intercambiado.

Nota mental: jamás subestimar a Lee Felix.

—Me atraes, eso es lo primero —comenzó con la verdad más fácil de aceptar, aquella que no tenía sentido seguir ocultando, pues sería estúpido de su parte negar que los meses de miradas intensas y caricias disimuladas no lo habían dejado con ganas de algo más, por prohibido que fuese. El menor no tardó en caer en cuenta de que la conversación iba en dirección exclusivamente a la atracción física—. Eh... segundo, respecto a lo de año nuevo... quizás si quería besarte. Me dejé llevar, lo sé, ya me disculpé y entiendo lo ridículo que es siquiera pensar en una instancia en lo que algo así podría haber salido bien, pero te veías tan bien y... quiero creer que ambos queríamos lo mismo.