1991
A medida que se acercaba su undécimo cumpleaños, Harry Potter sentía una mezcla de emociones. Aunque había aprendido mucho sobre magia y su herencia en los últimos años, la idea de asistir a Hogwarts, la prestigiosa escuela de magia, lo llenaba de emoción y un poco de nerviosismo. Sabía que esta sería una nueva etapa en su vida, llena de oportunidades para aprender y crecer.
Sassha, su fiel serpiente familiar, estaba siempre a su lado, ofreciendo apoyo y consejos. “Hogwarts será un nuevo desafío, maestro”, dijo Sassha con un siseó un día mientras Harry caminaba por los jardines del Castillo Potter. “Allí aprenderás de los mejores profesores y harás amigos que te acompañarán en tu viaje.”
“Estoy emocionado, Sassha”, respondió Harrison, mirando hacia el horizonte. “He aprendido mucho aquí, pero quiero ver cómo es la vida en una escuela de magia. Quiero aprender de los profesores y conocer a otros chicos de mi edad.”
Los días previos a su undécimo cumpleaños estuvieron llenos de preparativos. Los elfos domésticos del castillo, Dobby, Winky, Kreacher, Hokey y Binky, trabajaban arduamente para asegurarse de que Harry tuviera todo lo que necesitaba para su nuevo viaje.
“Joven amo, hemos preparado su uniforme de Hogwarts”, dijo Dobby, mostrando con orgullo el conjunto de túnicas negras perfectamente dobladas. “También hemos asegurado que todos sus libros y materiales estén listos.”
“Gracias, Dobby”, dijo Harry con una sonrisa. “No sé qué haría sin ustedes.”
“Es nuestro placer servirle, joven amo”, respondió Winky, haciendo una reverencia. “Queremos asegurarnos de que esté completamente preparado para su nueva aventura.”
Harry pasó muchas horas en la biblioteca, leyendo sobre la historia de Hogwarts y los diferentes profesores. Quería estar preparado para cualquier cosa que pudiera enfrentar. También practicó hechizos y pociones, perfeccionando sus habilidades con la ayuda de Sassha y los libros antiguos de su familia.
Unos días antes de su cumpleaños, Harry hizo un viaje a Diagon Alley para comprar los últimos artículos que necesitaba para Hogwarts. Griphook, el duende de Gringotts y gerente de la casa Potter, los acompañó para asegurarse de que todo transcurriera sin problemas.
“Diagon Alley es un lugar fascinante”, dijo Griphook mientras caminaban por la bulliciosa calle llena de tiendas mágicas. “Aquí puedes encontrar todo lo que necesitas para tu educación en Hogwarts.”
Harry miraba con asombro las diversas tiendas. “Es increíble, Griphook. Nunca había visto un lugar así.”
Primero, visitaron Ollivanders, la famosa tienda de varitas. El anciano señor Ollivander los recibió con una sonrisa. “Ah, Heredero Potter. He estado esperando este momento. Su varita lo está esperando.”
Harry sintió una emoción especial al sostener su primera varita. “Es… es perfecta”, dijo mientras una corriente de energía fluía a través de él.
“Una varita de acebo, once pulgadas, con núcleo de pluma de fénix”, dijo Ollivander. “Una combinación poderosa. Estoy seguro de que lograrás grandes cosas con ella.”
Luego, visitaron Flourish and Blotts para comprar los libros necesarios para sus clases. Harrison seleccionó cuidadosamente cada libro, asegurándose de tener todo lo que necesitaba para sobresalir en sus estudios.
Finalmente, compraron ingredientes para pociones y otros suministros en el Emporio de Pociones Mágicas. Harrison estaba ansioso por comenzar sus clases de pociones y aprender más sobre esta fascinante disciplina.
El día de su undécimo cumpleaños, el Castillo Potter estaba lleno de alegría y celebración. Los elfos domésticos decoraron el comedor con guirnaldas y globos, y prepararon una deliciosa comida para la ocasión.
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Lord Potter Black
Science FictionEsta es la historia de un niño prodigio que forja su destino desde una edad muy temprana.