Lord Potter Black

El Regreso a la Realidad

A medida que las semanas pasaban, la atmósfera en Hogwarts se volvía cada vez más tensa. Los rumores sobre la presencia de Sirius Black y su supuesto objetivo se extendían rápidamente, creando una ola de miedo entre los estudiantes. La aparición constante de los Dementores en los alrededores del castillo solo intensificaba la inquietud general.

Durante una tarde particularmente sombría, Harry y Daphne decidieron dar un paseo por los terrenos de Hogwarts, buscando un respiro de la creciente presión. El viento frío soplaba, y las hojas caídas crujían bajo sus pies.

“Parece que el invierno ha llegado temprano este año,” comentó Daphne, mirando el paisaje grisáceo.

“Sí,” respondió Harry, “y con él, la preocupación por todo lo que está pasando. No puedo dejar de pensar en Sirius y en la verdad que hemos descubierto.”

Daphne lo miró con una mezcla de comprensión y afecto. “No estás solo en esto. Lo que estamos haciendo es importante, y estoy aquí contigo.”

Harry se detuvo y tomó la mano de Daphne, sintiendo que sus palabras no eran suficientes para expresar lo que realmente sentía. “Daphne, no sé qué nos deparará el futuro, pero quiero que sepas que… que significas mucho para mí. No solo por lo que estamos pasando, sino por lo que has llegado a significar en mi vida.”

Daphne apretó su mano con calidez y sonrió. “Yo también siento lo mismo, Harry. Lo que estamos viviendo nos está acercando, y no puedo imaginar mi vida en Hogwarts sin ti a mi lado.”

Esa noche, mientras exploraban un área que el mapa secreto había revelado, Harry, Daphne y el resto del grupo se encontraron con una entrada oculta bajo el lago de Hogwarts. Con cautela, descendieron por un pasaje oscuro y húmedo hasta llegar a una sala subterránea llena de objetos antiguos y pergaminos.

“¡Miren esto!” exclamó Michael, sacando un viejo pergamino de entre los escombros. “Parece ser un archivo personal.”

“Vamos a verlo,” sugirió Terry, acercándose. Harry y Daphne se unieron a él, y pronto el grupo estaba rodeado de documentos y objetos relacionados con Sirius Black.

Entre los pergaminos, encontraron una carta que parecía ser una correspondencia de uno de los amigos más cercanos de Sirius. La carta detallaba una serie de eventos que demostraban que Sirius había sido acusado injustamente.

“Esto cambia todo,” dijo Harry, con una expresión de incredulidad. “Debemos de encontrar a Lupin rápido”

Daphne asintió, su rostro reflejando preocupación y determinación. “Debemos de encontrar una manera de ayudarlo. Pero también necesitamos ser extremadamente cautelosos. Los Dementores están por todas partes a las afueras, y cualquier error podría ser fatal.”

Decididos a ayudar a Sirius, Harry y sus amigos comenzaron a buscar pruebas adicionales que corroboraran la historia revelada en la carta. Durante una reunión secreta en la Sala Común de Ravenclaw, discutieron sus hallazgos y las próximas acciones.

“Pettigrew está aquí, en Hogwarts,” reveló Draco, con una expresión grave. “Él es el verdadero traidor y el que acusó a Sirius.”

“¿Dónde podríamos encontrarlo?” preguntó Michael, su preocupación palpable. “Necesitamos pruebas concretas para convencer a las autoridades.”

“Pettigrew probablemente esté escondido cerca de alguien en quien confíe,” sugirió Theo Nott. “Podría estar en los alrededores de alguien cercano a Sirius.”

“Eso tiene sentido,” dijo Daphne. “Si podemos localizar a Pettigrew, podríamos obtener pruebas para limpiar el nombre de Sirius.”

Una noche, mientras el castillo estaba envuelto en un silencio inquietante, Harry y su grupo siguieron pistas que los llevaron a una zona aislada del castillo. Finalmente, encontraron a Pettigrew, escondido en una habitación secreta detrás de una pared oculta.