1991
El primer año en Hogwarts no estuvo exento de desafíos. Las clases se volvieron más exigentes y los profesores esperaban mucho de sus estudiantes. Harrison, Terry y Michael pasaban largas horas en la biblioteca, estudiando y practicando para asegurarse de estar al día con sus deberes.
"Esta poción de la Visión Clara es increíblemente difícil", dijo Michael una noche mientras mezclaba ingredientes en un caldero. "Espero que no explote."
"Tienes que ser paciente", dijo Harry, observando atentamente. "Cada paso cuenta. Vamos, puedes hacerlo."
"Y no olvides remover en sentido contrario a las agujas del reloj en el tercer paso", añadió Terry, repasando las instrucciones en su libro de Pociones.
Con la ayuda y el apoyo de sus amigos, Michael logró preparar la poción correctamente, y todos se sintieron orgullosos de su logro.
Uno de los eventos más significativos del primer año fue un encuentro inesperado con la magia oscura. Durante una excursión al Bosque Prohibido con Hagrid, Harry y sus amigos se toparon con una criatura misteriosa que parecía estar drenando la vida de los unicornios.
"Esto es muy peligroso", susurró Terry mientras se escondían detrás de un árbol. "¿Qué vamos a hacer?"
"No podemos simplemente quedarnos aquí", dijo Michael, tratando de mantener la calma.
Harry, recordando las lecciones de defensa que había aprendido, decidió actuar. "Tenemos que avisar a Hagrid. Él sabrá qué hacer."
Con cautela, comenzaron a retroceder, intentando no hacer ruido. Pero de repente, la criatura se giró hacia ellos, sus ojos brillando en la oscuridad. Harry sintió un escalofrío recorrer su espalda.
"¡Corran!", gritó Terry, y los tres salieron disparados hacia la dirección en la que creían que estaba Hagrid.
Finalmente, encontraron a Hagrid y le contaron lo que habían visto. Con su ayuda, lograron alejar a la criatura del unicornio y ponerse a salvo.
"Estuvisteis muy valientes, muchachos", dijo Hagrid, su rostro serio. "Pero el Bosque Prohibido no es un lugar para andarse con juegos. Tengan más cuidado la próxima vez."
Una noche, mientras Harrison, Terry y Michael estudiaban en la biblioteca, encontraron un libro antiguo y polvoriento que hablaba sobre una sección prohibida de la biblioteca.
"¿Habias oído hablar de la Biblioteca Prohibida?", preguntó Terry, sus ojos brillando de emoción.
"He oído rumores", admitió Michael, bajando la voz. "Dicen que contiene conocimientos muy poderosos y peligrosos."
Harry, siempre curioso, sintió una punzada de interés. "Tal vez podríamos echar un vistazo. Quién sabe qué podríamos encontrar."
Decidieron planear una incursión en la Biblioteca Prohibida esa misma noche. Esperaron hasta que todo el castillo estaba en silencio, luego se deslizaron fuera de sus camas y se dirigieron a la biblioteca.
Con la ayuda de un encantamiento para abrir cerraduras que Harry había aprendido en clase, lograron entrar en la sección prohibida. Las estanterías estaban llenas de libros viejos y misteriosos, algunos de ellos susurrando cosas inaudibles.
"Esto da un poco de miedo", admitió Michael, mirando a su alrededor.
"Solo un poco más", dijo Terry, su determinación inquebrantable.
Harry encontró un libro que le llamó la atención. Lo abrió y comenzó a leer en voz baja.
"Este habla sobre magia ancestral y rituales olvidados", murmuró. "Podría ser útil para nuestras clases."
De repente, escucharon un ruido. Filch, el conserje, se acercaba. Con rapidez, ocultaron el libro y se escabulleron de la biblioteca, apenas logrando evitar ser descubiertos.
A medida que pasaban las semanas, Harrison y Draco se hicieron más cercanos. Aunque sus casas a menudo rivalizaban, encontraron terreno común y comenzaron a pasar más tiempo juntos.
"Siempre he pensado que las rivalidades entre casas son un poco exageradas", comentó Harry un día mientras caminaban por los terrenos de Hogwarts.
"Sí, pero es la tradición", respondió Draco. "Mis padres esperan que mantenga la distancia con los de otras casas, pero tú no eres como los demás."
Harry sonrió. "Gracias, Draco. Creo que todos podríamos aprender unos de otros si dejáramos de lado esos prejuicios."
Draco asintió. "Tal vez tengas razón. Me alegra que nos hayamos conocido, Harry."
Uno de los eventos más esperados del año era el Torneo de Encantamientos, una competencia en la que estudiantes de todas las casas demostraban sus habilidades en la magia. Harry decidió participar, alentado por Terry y Michael.
"Puedes hacerlo, Harry", dijo Terry, lleno de entusiasmo. "Eres uno de los mejores en encantamientos que he visto."
"Sí, y hemos estado practicando juntos todo el año", añadió Michael. "Esto será pan comido para tí."
El día del torneo, el Gran Comedor estaba lleno de estudiantes y profesores. Harry se sentía nervioso, pero también emocionado. Sabía que tenía el apoyo de sus amigos y de su casa.
La competencia fue intensa. Los participantes tuvieron que realizar una serie de encantamientos complejos bajo la mirada atenta de los jueces. Harry realizó cada hechizo con precisión y habilidad, recordando las lecciones del profesor Flitwick.
Finalmente, llegó el momento del último desafío. Harry debía conjurar un encantamiento protector avanzado. Con determinación, levantó su varita y pronunció las palabras mágicas.
"Protego Maxima!"
Una barrera de energía brillante apareció a su alrededor, impresionando a los jueces y a la audiencia. Cuando el encantamiento se desvaneció, el Gran Comedor estalló en aplausos.
"Harrison Potter, campeón del Torneo de Encantamientos!", anunció el profesor Flitwick, visiblemente orgulloso.
Harry se sintió eufórico. Había trabajado duro para llegar hasta allí y su esfuerzo había valido la pena. Sus amigos lo rodearon, felicitándolo efusivamente.
"¡Sabía que podrías hacerlo!", exclamó Terry, dándole una palmada en la espalda.
"Has estado increíble", añadió Michael, con una sonrisa amplia.
Un día, mientras exploraban los rincones menos conocidos del castillo, Harrison, Terry y Michael descubrieron una habitación oculta que contenía un espejo antiguo y polvoriento. En la parte superior, había una inscripción que decía: "Erised stra ehru oyt ube cafru oyt on wohsi."
"¿Qué crees que significa?", preguntó Terry, mirando el espejo con curiosidad.
"No estoy seguro", respondió Harry, acercándose más. "Pero hay algo... extraño en este espejo."
Al mirar su reflejo, Harrison vio algo que lo dejó sin aliento. No solo se veía a sí mismo, sino también a su familia, sus padres que nunca había conocido en la vida real. Estaban sonriendo y parecía tan real.
"¿Qué ves?", preguntó Michael, al notar la expresión de sorpresa en el rostro de Harry.
"Veo... veo a mis padres", murmuró Harry, con los ojos llenos de lágrimas. "Ellos están aquí, conmigo."
Terry y Michael intercambiaron miradas preocupadas. "Esto debe ser algún tipo de magia muy poderosa", dijo Terry. "Tal vez deberíamos informar a alguien."
"Sí, pero no ahora", dijo Harry, sin poder apartar la vista del espejo. "Déjame un momento más."
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Lord Potter Black
Ciencia FicciónEsta es la historia de un niño prodigio que forja su destino desde una edad muy temprana.