Vamos bien

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Venia de un camino de amores fallidos y malas rachas, pero como siempre pensé que los años terminados en números pares eran de mi buena suerte, este no me fallaría.

Era mi primer día en mi nuevo trabajo, estaba nerviosa como todos, iba con expectativas laborales normales, no quería echarlo a perder. Todos eran amables, era un grupo pequeño, así que éramos pocos en esta complicidad, aunque fue con Sandra con quién conecté bastante.

Mi escritorio da hacia la pared, bueno, en cada trabajo que he estado miro hacia una pared blanca, ¿será el destino? A mi lado está Sandra, una chica dulce, ella es diseñadora y cuando la vi por primera vez, dije wow que chica más linda. Ella, después de un año y medio, aún no se cree eso de que es "una chica linda", pero trato de repetírselo bien seguido, porque es verdad.

Es mi mejor amiga en esta oficina, quién sabe todos mis secretos, con quién me he desahogado y con quién puedo decir de todo.

-Bueno, esta es nuestra primera reunión y les presentaré a Elena, nuestra nueva periodista – decía Alejandro – Hoy comenzamos a trabajar con todo, espero te sientas cómoda -me dijo cuando me miró- este es nuestro equipo – sonrió.

La primera semana había estado bien, aún no sabía bien qué hacer por que todos estaban en sus cosas y Alejandro no pasaba mucho en la oficina, así que nuestro puente de comunicación era WhatsApp. Estaba feliz y cómoda, hace tiempo no me pasaba eso.

- ¿Cómo te sientes en tu nuevo trabajo? – me preguntó Catherine, una de mis mejores amigas, de esas que con los años ya te conoce al revés y al derecho. – Bien! Todo es tranquilo y me gusta mucho – ¿Y no hay nadie que te ayude a olvidar al innombrable?

-Claro que no! - Le interrumpí su risa burlesca. - Somos un equipo pequeño, y la verdad los dos hombres que hay ahí, pues uno es un estilo hípster que no es lo mío y...

– ¿y el otro? Se apuró en preguntar.

Suspiré profundo y la miré a los ojos diciéndole - ¡Es mi jefe!

- ¡¡¡¡YYYYYYYYY!!! - Exclamó, reclamándome

– Pues eso- le contesté girando los ojos. – Es mi jefe. - No hay mucho interés digamos. - No sabía si decía la verdad o no. Pero al menos estaba convencida que algo pasaría o más bien, algo me estaba pasando con él. 

Dime que síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora