Los meses pasaban rápidos, más de lo normal. Ya era octubre, siendo los mejores meses para mi, pues era primavera y podía usar los outfit más deseados por las mujeres, las faldas combinadas con botas. Era perfecto.
Era miércoles y ya no quería más guerra. Junto a Alejandro fuimos asignados para realizar juntos una serie de entrevistas a diferentes clientes. Durante estas salidas, la conexión entre ambos se fortaleció aún más, y las risas se volvían interminables. Cada anécdota compartida, cada sutil toque y mirada estaban llenas de complicidad, alimentaba mi deseo de estar juntos.
-Estuvo muy plano el entrevistado, sentí que era incluso un poco apático en querer respondernos las preguntas – esbozó Alejandro mientras manejaba su corsa.
- ... Elena – volvió a decir.
Antes que se diera cuenta que no lo estaba escuchando, porque francamente estaba perdida en su mirada, ¡traté de volver a la realidad de un golpe y le respondí con un seco – Sí!
-¿Estás bien? – me preguntó un poco preocupado. -Has estado muy callada últimamente. Te parece si nos desviamos del camino y vamos a beber algo – me preguntó levantando sus cejas y con una sonrisa de medio lado.
- Siiiii! – le respondí con otra sonrisa – es lo que necesito realmente, esta semana ha estado muy ajetreada y necesito un break – le dije.
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Dime que sí
RomansaElena, una joven periodista apasionada por su trabajo, comienza a trabajar en una prestigiosa empresa. Allí, conoce a Alejandro, un hombre encantador comprometido con su novia y planeando su boda. A pesar de la barrera que les impide estar juntos, e...