Dime que sí

Decepción

Han pasado cuatro meses desde que me fui de Empires Entertainment , se siente como si hubiera sido ayer, aun siento mi estomago apretado, aun siento caer mis lagrimas cada vez que pienso en ello. Una angustia llega a mí y solo me queda mirar al cielo preguntando una vez más por qué.

Lo más difícil de un duelo es que el mundo sigue como si nada mientras a mí la vida se me detuvo. Veía como todos avanzaban, como todo giraba y yo ni siquiera de la cama quería salir. Los primeros días fueron los más duros, creo que ese mes que tuve que ir a pesar de que sabía que no volvería a fin de mes fue lo que me partió el alma, hubiese preferido no ir más.

Levantarme para ir a llorar, era lo más cruel que alguien podría hacerme. Nadie se daba cuenta de que lo que estaba pasando en mi interior, y era lo mejor que podía pasar o no, no lo se. No quería la lastima ni atención de nadie, pero sí muchas veces necesite de un abrazo y no había nadie que me lo diera.

Ese mes fue raro, intenso, doloroso, decepcionante. Debía debatirme entre quedarme en casa y no verlo más o bien celebrar con goce los últimos días que lo vería y que esos se quedarían para siempre en mí. Y así fue como disfrute los últimos días con Alejandro, su risa, su sonrisa, sus coqueteos sutiles, sentir su piel, aunque fuese unos segundos tras el roce de sus manos.

Aun se siente el dolor, cómo si todo hubiese pasado ayer. No sé si me duele más el no verlo o el verlo y que nos ignoremos.

No sé si cuando voy por calle me ves, me notas entre toda la gente, no sé si tus ojos tratan de buscar los míos, no sé si al verme te alegras y recuerdas cosas, no sé si te saco una sonrisa, aunque sea mental, no sé si te agrada verme, no sé si te dan ganas de hablarme, no sé si sueñas conmigo, no sé si piensas en mí, no sé si te invaden las ganas de verme, no sé si te da por escuchar mi voz (...) no sé si te pasa lo mismo que a mí.