Elena se debate en un intenso conflicto interno. A pesar de su conexión con Alejandro, él está comprometido y su boda está cada vez más cerca. Su mente y corazón luchan entre la lealtad y el amor no correspondido. Los pensamientos prohibidos y los sueños imposibles la atormentan mientras intenta mantener una fachada profesional.
-Necesito que hoy hagamos los informes para el cliente de la termoeléctrica – dijo Alejandro interrumpiendo mi bostezo.
- Estás bien? ¿dormiste mal o te aburro con tanta información? - me dijo esbozando una sonrisa delicada.
- Nooooo! -le conteste apresurada – es que no he dormido bien, he estado un poco enferma pero nada grave, solo que estoy congestionada – le conté.
- ¿Nada contagioso supongo? – me preguntó retrocediendo tres pasos.
- Claro que no! – le dije
- ¿Entonces, te parece si hacemos algo? – me preguntó – Qué te parece si terminamos este informe y después te llevo a tu casa para que descanses – me dijo.
- En serio? – le pregunté – Claro que acepto le oferta – le respondí rápidamente.
Nos sentamos en su escritorio, uno al lado del otro. Podía oler su perfume, y sabía exactamente que usaba ...Sauvage. Tenia ese olor a aire fresco, con un equilibrio perfecto de masculinidad. Y al parecer estaba perdida en su olor cuando escucho casi a lo lejos que alguien me llamaba mientras juraba tener los ojos entre cerrados.
-Elena!!! – me gritó.
Cuando volví en sí, era Alejandro, quien con una sonrisa me decía – Estás bien? Siento que no me estás escuchando- me decía.
-Sí!, perdón – le dije perdiéndome en su mirada.
-De acuerdo, tenemos que ver este informe. Lo primero es revisar los datos que tenemos y reorganizarlos en el Excel que creamos hace unos meses- Me decía con un tono serio.
- Por supuesto – le respondí. – Te parece si mientras agrego estos datos, tú buscas la contraparte que nos enviaron esta mañana- le sugerí.
- Lo que usted mande, señora- Me dijo, al mismo tiempo que esbozaba una coqueta sonrisa.
Después de 20 minutos de estar concentrados, siento su mirada en mí, a pesar de estar concentrada redactando el informe, podía sentir su mirada fija en mí. Por dentro me desarmaba, pensando que no se cuánto podía resistir. En ese momento de forma coqueta me dice – Me dejas ver tu whatsapp?
-Qué? – le pregunté extrañada
- Déjame verlo, es que tengo curiosidad – me dijo
- Claro, puedes verlo solo si me das un beso – le respondí de forma irónica y coqueta. – Pero un gran beso, de esos con lengua, que te dejan tocando el cielo, de esos que no pue...y antes de que pudiese terminar, sus labios ya estaban tocando los míos.
Fue como si una chispa eléctrica recorriera todo mi cuerpo. Sentía cómo sus labios tocaban los míos con pasión, explorando mi boca con fervor.
Mientras nuestras bocas se entreabrían y nuestras lenguas se enredaban en un baile desenfrenado, lleno de ternura y deseo. Solo podía escuchar nuestras respiraciones entrecortadas y mi corazón latiendo con fuerza. Cada caricia, cada mordisco suave, cada gemido de placer aumenta la intensidad entre los dos.
En ese momento, el mundo desapareció por completo existiendo solo los dos, entregados por completo al fuego de la pasión. El beso se volvió más intenso, más profundo, más electrizante, hasta que finalmente nos separamos, con los labios húmedos y los ojos brillando de deseo.
-Ahora sí puedo verlo? - me dijo, mientras yo trataba de volver en sí.
- Ver qué? - le respondí.
- Pues tu whatsapp! – me respondió – ese era el trato – dijo mientras se reía.
Cuando ya volví en sí, aunque con las piernas aun temblando, le respondí – claro! – mientras tragaba saliva y un poco desorientada. No sabía que estaba haciendo exactamente, aun estaba pensando en ese beso.
Me besó. Y aunque yo sabía que esto no tenía futuro, correspondí a ese beso como si de verdad nos fuéramos a querer para algo más, para siempre.
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Dime que sí
RomanceElena, una joven periodista apasionada por su trabajo, comienza a trabajar en una prestigiosa empresa. Allí, conoce a Alejandro, un hombre encantador comprometido con su novia y planeando su boda. A pesar de la barrera que les impide estar juntos, e...