Amigas y Rivales

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El conflicto emocional dentro de él era cada vez más intenso. Por un lado, no quería lastimar a su novia, pero por otro, no podía negar la pasión y el amor que sentía por Elena. Estaba atrapado entre dos amores, sin encontrar una solución que satisficiera a todos.

-Me iré a la oficina – dijo Alejandro, mientras le daba un beso tibio a Consuelo

-Ok. -respondió Consuelo con una mirada que tan solo irradiaba rabia y resentimiento.

Ambos se conocieron en la escuela y con el paso del tiempo sus caminos se vieron separados, ella se casó y tuvo tres hijos, mientras él vivía de relaciones fracasadas. Un día él se vio solo sin una pareja y lo que más le asustaba a Alejandro era la soledad, por ende decidió escarbar en el pasado y ver si alguien estaba en su misma situación.

Fue así como se reencontró con Consuelo, quién se separó al tiempo de volver con Alejandro, si bien no existen antecedentes que ambos hayan sido infieles a sus parejas, lo cierto es que ella se divorció casi al unísono en que comenzó su relación con Alejandro.

Consuelo llegó al café "Sabor a ti", dónde se encontraría con Marcela. Mientras esta llegaba, decidió pedir un café.

-Hey!- le gritó a la mesera, quién atendía dos mesas más allá de la suya. -Qué no ves que te estoy llamando?- dijo de manera prepotente mientras alzaba sus dedos como si los hiciera sonar.

- Disculpe, pero estaba atiendo otra mesa-dijo la mesera mientras buscaba un lápiz y sacaba su libreta desde su mandril para tomar el pedido.

-Aggg que horrible servicio – dijo Consuelo volteando los ojos – Quiero que me traigas un café – dijo sin mirar a la mesera.

- Algún café en especial?- se apresuró la mesera en contestarle amablemente.

-Un café- dijo ella, volteando sus ojos.

Ok- respondió la mesera antes de dirigirse al mesón con su cabeza gacha.

En eso entró Marcela, quién se quedó en la puerta buscando a Consuelo.

Ella le agitó su mano para que pudiese verla.

-Hola! Como estás- le dijo Marcela cuando se acercó a la mesa de forma eufórica, como si se conocieran de toda la vida.

- Hola- respondió Consuelo quien ocultaba sus verdaderas intenciones tras una cínica sonrisa.

- Dime! Para qué te soy buena- le responde Marcela

- Ok. Quiero que me ayudes en algo, y se que eres muy buena en todo – le dijo Consuelo usando su tono agudo.

- Ah sí?- respondió con una sonrisa Marcela, quién sabía que si tenía la confianza de Consuelo podría quedarse eternamente en la empresa y sin mayor esfuerzo, como a ella le gustaba.

-Quiero que averigües todo de Alejandro, dónde está, con quién está, que me informes todo – dijo Consuelo mientras abría sus ojos de par de par. -Si me informas todo, créeme que hablaré con Alejandro para que te ascienda

En ese momento a Marcela se le iluminó el rostro, abría sus ojos de par en par y con una gran sonrisa respondió ciegamente -¡Sí! Acepto. 

Dime que síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora