Capítulo 10

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Anteriormente:

—Volviendo con el tema de la carta, no me voy a arriesgar ya que parece que muzan nuevamente se va a mover entre las sombras. Las próximas misiones que requieran algún Pilar serán de a dos— Dictaminó buscando la seguridad de sus hijos.

—Dicho esto, la reunión se acaba— Dijo antes de salir junto a sus hijas.

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—Mgh, joder —los jadeos de cansancio resonaban en la habitación, rompiendo el silencio que se había creado.

—¿Ya no puedes más, Giyuu-san? —preguntó divertido el pelirosa, que se encontraba de pie frente a él—. Yo todavía tengo energías para otra ronda —indicó, esperando una respuesta.

Giyuu, respirando con dificultad, levantó la vista hacia Akaza. El sudor corría por su frente, mezclándose con la sangre de pequeñas heridas. A pesar del agotamiento, una chispa de determinación brilló en sus ojos.

—Claro que puedo más. ¡Tsunami! —gritó Giyuu.

El agua de su alrededor comenzó a alterarse, girando en remolinos furiosos. Rápidamente, el agua se elevó, flotando en el aire para luego juntarse y formar un gigantesco tsunami. La fuerza del agua era imponente, avanzando con una velocidad y potencia abrumadoras hacia Akaza.

Akaza, con una sonrisa confiada, se preparó para enfrentar el ataque. Sus músculos se tensaron y su postura cambió, lista para el impacto. Justo antes de que el tsunami lo alcanzara, Akaza se lanzó hacia adelante, desatando una serie de rápidos y precisos golpes contra la ola. Cada golpe parecía dividir el agua, creando salpicaduras que se dispersaban en todas direcciones.

—¡No subestimes mi fuerza, Giyuu! —exclamó Akaza, sus ojos brillando con un fervor combativo.

Giyuu, sin embargo, no se detuvo. Concentró su energía en mantener la forma del tsunami, aumentando su intensidad. Con un grito de esfuerzo, dirigió la gigantesca ola hacia Akaza con aún más fuerza, intentando abrumarlo con el poder del agua.

—¡Choque acuático! —gritó mientras las salpicaduras que Akaza había creado comenzaban a transformarse en bolitas de agua.

Akaza no se preocupó por las pequeñas esferas de agua mientras se defendía del tsunami. Sin embargo, pronto sintió una serie de golpes en su cuerpo, como si estuviera siendo atacado por una técnica muy parecida a la suya. Trató de escapar, pero las gotas de agua bloqueaban su vía de escape trasera y el tsunami la delantera.

Giyuu, aprovechando su dominio de la Hidroquinesis avanzada, hizo que las gotas de agua se solidificarán en pequeños proyectiles afilados. Las bolas de agua, ahora convertidas en cristales de hielo, rodearon a Akaza y comenzaron a lanzarse hacia él con velocidad y precisión.

—¡Esto no ha terminado! —gritó Akaza, esquivando y bloqueando los proyectiles de hielo con una serie de movimientos rápidos y precisos. Sin embargo, cada vez que destruía uno, otros dos tomaban su lugar, manteniéndolo acorralado.

Giyuu, viendo la oportunidad, decidió llevar su control del agua a otro nivel. Transformó parte del tsunami en vapor, creando una niebla densa que llenó la sala. La visibilidad se redujo a casi cero, y Akaza, atrapado entre la niebla y los proyectiles de hielo, empezó a perder terreno.

—¡No puedes escapar, Akaza! —gritó Giyuu, su voz resonando a través de la niebla—. ¡Este es el poder del Agua!

Akaza, frustrado, intentó lanzar un contraataque, pero la combinación de la niebla, el hielo y el agua líquida lo tenía completamente cercado. Cada movimiento que hacía era bloqueado por la habilidad versátil de Giyuu para manipular el agua en sus tres estados.

El pilar demonio (Mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora