Anteriormente:
Supuso que afuera de la fortaleza ya era de día. Comenzó a caminar con pasos lentos y arrastrados hacia su futón, necesitaba un descanso después de todo lo sucedido.
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Dentro de ese lugar nunca podías saber cuánto tiempo había pasado desde la última vez que viste el sol.
Tomioka se removió en la cama, abriendo sus ojos ligeramente. Al enfocar su vista, notó una presencia más a su lado. Los cortos cabellos negros del contrario caían salvajemente sobre su cara, sus labios ligeramente entreabiertos dejaban escapar ciertos suspiros, y un brazo musculoso estaba alrededor de su cintura, manteniéndolo cerca.
Muzan, su esposo y el Rey Demonio, dormía plácidamente junto a él. La visión de Muzan en un estado tan vulnerable era rara y extrañamente reconfortante para Giyuu. Sin embargo, la realidad de su situación nunca estaba lejos de su mente. Se giró lentamente, intentando no despertar a Muzan, y observó el techo oscuro de la habitación, sus pensamientos vagando entre su pasado como cazador y su presente como la consorte de Muzan.
Recordaba las primeras veces que se había despertado así, con una mezcla de temor y desconcierto, sin poder asimilar del todo cómo había llegado a esa posición. Pero ahora, aunque los sentimientos de confusión no se habían desvanecido por completo, se habían mezclado con una aceptación resignada y una determinación firme de sobrevivir y encontrar alguna forma de reconciliar su antigua vida con la nueva.
De repente, sintió el brazo de Muzan moverse ligeramente, y pronto los ojos rojos carmesí del Rey Demonio se encontraron con los suyos. Una sonrisa perezosa apareció en el rostro de Muzan mientras lo observaba.
—Buenos días, Giyuu —dijo Muzan, su voz suave pero cargada de autoridad.
—Buenos días, Muzan —respondió Giyuu, tratando de mantener su tono neutral.
Muzan se incorporó un poco, apoyándose en un codo mientras su otra mano permanecía en la cintura de Giyuu. —¿Dormiste bien?
Giyuu asintió. —Sí, dormí bien.
Muzan lo observó por un momento antes de acercarse y plantar un beso en su frente. Luego, deslizó sus manos alrededor de la cintura de Giyuu, atrayéndolo hacia él.
—Amo tu cintura —dijo el mayor mientras se ponía detrás de él, sujetando firmemente su cintura.
—No sabía qué demonios tan poderosos como tú necesitaban dormir —inquirió Giyuu, tratando de cambiar el tema.
—No lo necesitamos —respondió Muzan con simpleza, apoyando su cuerpo contra el de Giyuu y descansando su mentón sobre la cabeza de su esposo.
—¿Entonces por qué dormiste conmigo?
—¿Acaso no puedo dormir contigo? —preguntó de vuelta, con una voz cargada de suavidad y autoridad.
El ambiente se volvía caluroso, los dos cuerpos estaban muy juntos y sus calores se mezclaban con el del otro. Giyuu sentía los latidos constantes y firmes de los corazones de Muzan. Ya que anteriormente se entero que este no solo poseía uno, por lo que cortarle la cabeza era pura perdida de tiempo.
—Dormiste gracias a que la transformación a consumido mucha energía apesar que se a tardado, demasiado desde mi punto de vista. Al parecer tu sangre humana era especial —continuó Muzan, su tono ahora serio y analítico.
Giyuu se tensó ligeramente ante las palabras de Muzan. Había tenido siempre una ligera esperanza de que, de alguna manera, su humanidad persistiera, pero esas palabras lo hacían confrontar la realidad de su situación. Sinceramente se estaba comenzando a replantear querer volver a su antigua vida.
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El pilar demonio (Mejorada)
Fanfiction-Vas a ser mi esposa desde ahora- Dijo mientras su mano agarraba posesivamente los largos falanges del contrario -Jamas estaría con alguien como tu aunque mi vida dependiera de eso. Maldito demonio- trato de soltarse del agarre del más alto -Ja ¿C...