Desconocido para ella y para todos los demás, en el momento en que su mente se empeñó en mostrarle cosas que desconocía y que no existían...
La carta que estaba servida de la nada...
A la espera de que llegara el momento adecuado para acabar con el...
No soy el dueño, escritor u autor de esta historia "Degradación", los respectivos derechos y créditos a "Rey-de-Picas"
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───── ❝𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟑❞ ─────
Sangre que no era suya, sangre que no le gustó ver que era derramada, sangre por la que luchó para que no cayera sin importar las acciones tomadas.
¿Por qué esa mujer, ahora con aquella daga en el cuerpo le dedicó tal mirada? No era la mirada que buscó y mucho menos la que deseó ver por parte de Caster, no era la sonrisa que sintiera que era la adecuada para ninguna situación de todas formas.
Una mirada perdida.
Una mirada realizada.
Una expresión que reflejó la satisfacción que sintió la mujer en aquel momento cuando por fin al apuñalarse con la daga en el pecho sintió que la culpa que la había estado persiguiendo por fin disminuía junto con la sangre que caía.
Se tambaleó. Caster no pudo mantener el equilibrio cuando a los pocos segundos tropezó con sus pies al intentar acercarse a donde estaba Emiya, quien aún estaba inmóvil en su lugar viéndola. No fue hasta que ella extendió la mano e intentó tocar al hombre que este reaccionó, cargándola con cuidado, como si nada hubiera pasado.
Una llamado que pasó desapercibido para Caster, quien no podía estar más feliz en ese momento, momento en que la voz que tanto había discutido con ella, que tanto la había molestado, por fin había desaparecido junto con la culpa que sentía.
Liberación de lo que alguna vez fue el constante malestar en su cuerpo, no, decir que Caster sintió aquello únicamente en su cuerpo sería corto, incluso en lo más profundo de su alma sintió el golpe repetido de aquella voz que tanto la había guiado para un camino que no debía tomar y acciones que no debía escuchar.
Libre.
Caster se sintió como si hubiera estado en las nubes en aquel momento por como cualquier dolor o signo de daño se había ido sin que le generase mayor problema.
¿Qué fue esa mirada que Archer le dio? No pudo decir nada, no pudo ver más que aquella expresión nueva en la mirada del hombre que parecía como si hubiera perdido algo, pero al mismo tiempo se hubiera negado a la perdida.
Un niño.
Ella simplemente vio a la reacción de un pequeño niño que no supo afrontar el duelo o la perdida a pesar del sentimiento y la descripción que este conocía del sentimiento no hubo algo así como una liberación en lo que había podido darse en lo absoluto.
Libre.
Esa palabra volvía a la mente de Caster, sin importar cuando ella lo intentara en el pasado, no hubo algo semejante a la libertad en ninguna de sus acciones, pero por fin había hecho algo por sí misma, incluso si no fuese la opción correcta una vez más.
