Capítulo 10

1.7K 187 34
                                    

________________________________________________________________________________

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

________________________________________________________________________________

Matar.

Flechas silbando en el aire para atravesar a toda persona con indiferencia.

Salvar.

A todo aquel que esté fuera de su rango.

Morir.

Por cada persona que le traicionaría y utilizaría.

Repetir.

Por la eternidad para compensar el sufrir que impuso y que impondrá, aquellas cuatro palabras podrían ser la definición de Emiya en toda su existencia. Matar, salvar, morir y repetir.

El poder de una sonrisa.

A pesar de la sangre, a pesar de las lágrimas, los lamentos y el sufrimiento que mostraron las personas que rogaban por su vida. Una sonrisa fue lo que salvó a un niño de aquel mundo de la culpa absoluta.

Solo para dejarlo caer en el infierno eterno de la hipocresía.

...

Los ojos de Emiya se abrieron lentamente.

No hubo prisa, ni importancia en nada desde el primer instante en que volvió a la vida, más aún cuando vio a la persona que tenía delante.

La curiosidad se apoderó de él cuando miró a Caster por primera vez. Para Emiya, la mujer era irrelevante para él en todos los sentidos. Al principio, decidió darlo todo sólo por el hecho de que sentía algo parecido al vínculo de amo y sirviente con ella.

Sólo que la mujer no tenía los comandos presentes. Emiya se enteró tiempo después de que estaba vivo. No vivo en el sentido de que podía sentir ciertas cosas y eso era todo.

Vivo en un sentido real y verdadero, podía sentir y pensar con libertad.

Fue en ese momento en el que pasó de espíritu a humano cuando algo dentro del hombre volvió a crujir.

¿Las emociones humanas están hechas para los humanos?

En efecto, lo era. Cada emoción y sentido que tenía en su ser sobre las acciones que realizaba, todas y cada una de ellas. 

Le hacían sentir cada vez peor.

Cada segundo, cada momento, el hombre deseaba que alguien acabara con él, la carga de toda su vida como Counter Guardian recaía en la mente del ahora humano reformado. Alguien que podía sentir emociones como él nunca pudo.

Porque Emiya Shirou desde su creación en ese fuego perdió todo sentido de humanidad que pudiera contar.

Miedo.

DegradaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora