Desconocido para ella y para todos los demás, en el momento en que su mente se empeñó en mostrarle cosas que desconocía y que no existían...
La carta que estaba servida de la nada...
A la espera de que llegara el momento adecuado para acabar con el...
El silencio que reinaba entre todos hizo que el viento que agitaba los árboles y los arbustos fuera posible de escuchar.
Nadie respondió, nadie se movió ni mencionó nada, se quedaron quietos esperando una respuesta.
Medea no dudó, quizá no estuviese en su mejor momento, pero atrapar a "humanos" en un hechizo.
Era un juego de niños.
Los ojos de los presentes perdieron brillo, pues todos parecían maniquíes a los que se les habían cortado los hilos. Incluso Esdeath cayó en la ilusión. Los guardias, los Jaegers y la esposa del Primer Ministro permanecieron inmóviles y sin mover un músculo en sus puestos.
― ¿Puedes calmarte?... ―Medea sintió como su poder menguaba a cada instante.
(Menguaba: Disminuye la intensidad, cantidad, etc., de una cosa)
Archer estaba con su espada a punto de decapitar a la mujer que había dicho su nombre, lo único que impedía que el hombre la decapitara era una burbuja púrpura alrededor del hombre que impedía el movimiento.
Medea dio un paso atrás cuando los ojos grises del hombre se encontraron con los suyos. Ojos inyectados en sangre, un apretado agarre de la espada en la mano tratando de cortar a la mujer frente a él fue lo que le recordó a Caster por qué el hombre era el Servant que más peligro le significaba en la guerra.
Un rechistar de lengua salió del hombre antes de que la espada desapareciera en motas azules. La mujer dio un suspiro de alivio cuando sus piernas se debilitaron y cayó de rodillas al suelo. Si Medea hubiera tenido una fuente de mana segura esto no hubiera sido tan problemático. O también, si hubiera tenido su maná como siempre.
Pero ella era "humana" y estaba utilizando el maná de un cuerpo que no estaba acostumbrado a los hechizos que acababa de utilizar.
Unos pasos sonaron a su lado antes de que Emiya le tendiera una mano para que se levantara.
―Al menos esto...― dando un suspiro la mujer se puso de pie y respiró hondo antes de mirar al hombre ― ¿Quién es ella? ― la pregunta de Medea hizo que Archer frunciera el ceño y rechistara la lengua. Medea puso las manos sobre las rodillas mientras parecía recuperar el aliento.
Sostener a alguien como un Servant (al menos en poder) en regla, con las limitaciones que presentaba actualmente le había hecho pasar un mal rato.
―No lo sé―
―Tu...¿No lo sabes y estuviste a punto de matarla? Esto no es propio de ti, no, esto no es nada propio de ti, actuar por emociones no es algo que harías ― Medea miró el rostro del hombre. La expresión de desagrado y molestia en el rostro del Archer estaba presente. Un atisbo de simpatía surgió dentro de la mujer antes de dejar escapar un suspiro.
