—Valla, valla. No sabía que traerias a tu jefecito. —Dice Tadeo algo decepcionado.
—Quizo venir, dijo que queria hablar de algo contigo así que no podía negarme y deje que viniera conmigo. —Le pongo la mano encima del hombro a Tadeo.
—Yo insisti, no la culpes. Solo quiero hablar de algo. —El suspira rendido porque sabe que no tiene opción contra mí. —Bueno, ¿y como estas? No te había visto hace un mes. —Antes de hablarme pide tres tragos más.
—Si, bueno. Eh estado ocupado con mi trabajó, lo de siempre nada más. —Me río levemente por su corta respuesta —. Por cierto Elara, ¿como esta tu auto? —mis ojos se dirigen hacía Elara al oír eso. La preocupación y duda empieza a recorrer en mi mente, ¿tuvo un accidente?
—Lo están reparando, estará listo dentro de un mes probablemente.
—¿Y como te transportas?
Antes de que ella logre responder yo interrumpo.
—¿Estuviste en el accidente? ¿Fue grave? —Digo con voz ronca y suave mientras la miro.
—Si, bueno. Solo tuve un pequeño esguince en el cuello el cual no es grave y ya estoy mejor. El auto es el que peor quedo y no quería dejar mi trabajo así que seguí asistiendo. —Veo como Tadeo pone los ojos en blanco mientras se ríe bajo mirándome.
—Bueno, bueno. Querida, a lo que quería juntarnos. —Interrumpe Tadeo antes de lograr hablar —. Quería preguntarte si me podías acompañar mañana a una reunión que tengo, y necesitó que alguién me ayude con unas cosas, y lo terrible es que mi Secretaría está fuera del país.
Mientras dice las últimas palabras, Tadeo pone su dedo índice en su cara para disimular una lágrima haciendo un puchero. Yo solo me quedo callado mientras bebo un sorbo de mi vaso.
—Oh, entiendo. Supongo que no hay problema, igualmente desde mañana es mi día libre hasta una semana.
—¡Genial! ——Choca sus manos haciendo ruido de aplauso y después le toma las manos a Elara —. Gracias por acompañarme, querida. —Me mira de reojo y yo me río para disimular.
En serio que este tipo me sorprende, ya veo como Elara podría caer de a poco. Es que es un mujeriego, eso nadie se lo quita. Y tiene su pequeño encanto.
Aclaro mi garganta antes de hablar —. Mucho habla. Yo quiero hablar de algo contigo, Tadeo.
Miro a Elara y ella asiente y se va unos asientos más lejos. Suficiente como para que no nos logre escuchar. Al parecer ya sabe lo que quiero decir solo mirandola, me sorprende esa chica, apenas hemos estado unos meses y ya me entiende.
—Bueno, Tadeo. A lo que venía yo, para dejar de molestar a tu nueva "presa" —Digo esa palabra volteando los ojos y me remango las mangas de mi camisa dejándolas a la altura de mis codos y las apoyo en la barra. El suelta una risa corta.
—Presa, no creo que deba llamarla así. —Dice guiñando un ojos —. Iré enserio con ella. —Mi frente se arruga volviéndose a una expresión de duda —. Verás, me a llamado mucho la atención, aún que claramente veré si logró estar con ella, para que alguien no intente algo con ella antes.
Me da un golpe en el brazo riéndose, yo solo niego con la cabeza y me tiro a mirar por unos segundos a Elara antes de volver mi mirada a Tadeo.
—Yo no quiero nada con ella. Es solo que es mi Secretaría y claro que tendré una preocupación de que mi amigo el mujeriego solamente la joda y dañe. —Digo subiendo y bajando las cejas, apoyo mi codo en la barra y mi mano la colocó sobre mi nuca.
—Hey, no me insultes. No es mi culpa que sea algo linda y aparte un poco cerrada, que me hace querer sacarle todo. Y no me digas que tu no la encuentra así, vamos Édgar. —me apunta con su dedo —. No soy estúpido, se que te esta gustando, ya han pasado unos meses desde que se conocieron. —Me mira ríendose y añade —. Yyyy yo conozco tus miradas, a tu amigo no lo engañas. Te conozco de hace tiempo eehh.
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The revelation with a shot
Gizem / GerilimMafiosos, sangre y más sangre. Una batalla para ganar el puesto superior y conocimientos. Pero en el camino, ¿realmente ganara uno?