{10} Maestro

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Narrador Omnisciente

La chica había intentado ocultar sus lágrimas, porque ella sabía que su amigo se sacrificaría. Ellos no merecían eso, ellos al final del día siempre serán unos chicos que intentan proteger la Tierra.

Los dos chicos miraron a su amiga, su cosmos era melancólico y a la vez tenía su toque de ira. Sus amigos intentaron alcanzarla, pues la chica iba cada vez más y más rápido.

—¡(T/N)!— El grito de el caballero Dragón descolocó a la chica, pues no sé había dado cuenta de cuan rápido iba.

Al detenerse intento ponerse seria, por más que lo intento no lo logro.

—¿Estás bien?—Seiya la sujeto de los hombros y se agachado.

—Yo...—La mirada de la chica estaba fija en el suelo.— Es mi culpa.

Y de sus ojos salió una solitaria lágrima, Seiya preocupado la limpio lo más rápido que pudo.

—¿Tú culpa?— Pregunto confundido Dragón.

La chica asintió:— Yo le dije lo que le dije, y... el se lo tomó muy a pecho.

Pegaso sin pensarlo más veces, la atrajo hacia el, abrazándola lo más fuerte que pudo, él también necesitaba un abrazo.

—No es tu culpa.—Susurro el castaño.

—Si, si es mi culpa.—Contradijo la amazona.

—No es tu culpa.—Esta vez su voz era seria.

La chica suspiro, y termino asintiendo:—No es mi culpa.

Seiya al escuchar el primer sollozo de la mujer, empezó acariciando su espalda hasta que se calmace.

Así pasaron varios minutos, hasta que la caballero de Tigre logro contener su llanto.

—¿Ya terminaron?— La voz de Dragón los hizo separarse.

Pegaso se había sonrojado, se había olvidado de que si amigo se encontraba allí. Mientras la chica solo había rodado los ojos y siguió con su camino.

(...)

—Esta es la siguiente casa.— Anuncio Pegaso antes de entrar hacia allí.—La Casa de Escorpio.

—La casa de...— La amazona había dejado de hablar, pues sintió el cosmos desaparecer de un chico de hebras verdes.

—¿Sintieron eso?—Pregunto Dragón.

—Es el cosmos de Shun.— La castaña no pudo evitar preocuparse.—Shun...él...no...

La amazona había caído de rodillas, intentando controlar su corazón.

—Shun se está sacrificándose...— Dragón bajo la mirada, nadando en sus pensamientos.

La amazona se levantó como pudo, y se alejo de la entrada a la siguiente casa.

—Tenemos que volver...él no puede morirse.—Dijo la amazona intentando irse de esa casa.

—Ustedes no van a ningún lado, cobardes.— Se interpuso una voz varonil y escalofriante, de inmediato la amazona tenso todo su cuerpo.

—¿Quién eres?—Pregunto el caballero Pegaso.

—Yo soy, Milo de Escorpio. —Se presentó el dorado.— Caballero Dorado de la Casa de Escorpio.

La amazona lentamente giro sobre su eje, encontrándose con los ojos del caballero dorado. Este inmediatamente le mostró una cínica sonrisa que intimidó a la muchacha.

—(T/N)— Menciono el nombre de la chica.— Mi querida discípula.

Ante esas palabras, los chicos miraron a la chica sorprendidos.

LOS CABALLEROS DEL ZODIACO Y TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora