{7} La casa de Cáncer y el caballero de Leo

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Narrador Omnisciente

Los tres caballeros restantes empezaron a avanzar después del intercambio de palabras.

Seiya lucia un tanto preocupado por sus dos compañeros que se quedaron en la anterior casa, mientras que los otros dos no lo demostraban.

Cuando de pronto los tres sintieron el cosmos desaparecer, ese cosmos helado y congelado... era de Hyoga.

—Ese es... el cosmos de Hyoga ha desaparecido—. Hablo Pegaso una vez había parado de correr por su ahora desesperada preocupación.

—Seiya...— Empezó diciendo Shiryū, al ver que su compañero quería regresar al anterior Templo.— Tenemos que seguir, ten confianza en ellos, se que seguirán manteniendose con vida.

—Tiene razón—. Comento la castaña que miraba hacia el siguiente Templo—. Hay que abrirle el paso a Athena, quien se encuentra pasando por las doce casas. Ellos estarán bien.

Sin nada más que añadir, la caballero de Tigre avanzo corriendo lo más rápido posible, dejando a los chicos con la boca abierta.

Cuando al fin lograron salir de su trance, alcanzaron a la castaña los había adelantado, he intentaron alcanzarla.

(...)

Después de unos minutos, ya habían llegado a la casa de Cáncer.

En dicha casa se respiraba un aire tenebroso, melancólico y un tanto horrible.

Mientras los caballeros iban caminando, para encontrar la salida la única chica logro pisar algo duro bajo su pie.

—¡Ah!— Grito la chica al ver que había pisado.  Era el rostro que una persona, se veía que había sufrido y que seguía sufriendo.

—¿Que pasa Tigre?— Pregunto el Pegaso al ver la cara pálida de su amiga.

—Mira...m-mira bajo mi pie—. Este mira bajo los pies de su amiga, y abrió la boca en una perfecta "o". 

—Es la...c-cara de una persona.

—Son los cadáveres de quienes han osado pasar la casa de Cáncer—. Interrumpió una voz... esa voz... era el caballero dorado de Cáncer, quien se presentó de una forma un tanto peculiar.

—Tu eres el caballero dorado de Cáncer, ¿no es así?— Pregunto la castaña con odio.

—Asi es mocosa—. Afirmó el misterioso caballero—. Yo soy Death Mask de Cáncer.

—Estas deshonrado a los caballeros dorados.—Dijo Dragón.

—Mocoso, estas son mis medallas por todos mis logros.

—¿Medallas?— Exclamo la amazona sintiendo la ira recorrer cada parte de su cuerpo.

—Son las medallas de los que se quisieron pasar de listos, y no lo consiguieron.

—Pues haré que pagues todo el daño que causaste.— La amazona se puso en posición de pelea.— Haré que sus almas descansen en paz.

Cuando está se disponía a atacar fue parada por una mano en su hombro, era Shiryū quién la miró negando con su cabeza. Dándole a entender que no hiciera tal locura.

—Yo me encargaré de él.— Aviso dándoles una mirada retadora.— Ustedes sigan hacia la siguiente casa, yo los encargaré después.

—¿Estás seguro Shiryū?— Pregunto el Pegaso preocupado.

Este asintió, y lazo su Dragón Naciente para atacar a su adversario, dándoles una oportunidad de poder ir a la siguiente casa.

(...)

—Estoy preocupado.

—¿Preocupado?— Pregunto la castaña.

—Preocupado por Shiryū, no sé si lo grara salir con vida.

Ante estas palabras, la castaña paro de correr y suavizó la intimidante mirada que tenía antes.

La mirada de Pegaso fue a donde su  mano, que anteriormente la castaña había cogido y las había apretado dándole fuerza.

—El es fuerte.— Dijo dándole fuerza con sus palabras.— Confía en su fuerza y ten esperanza.

El caballero se mostró sorprendido cuando, la amazona lo había jalado hacia ella para darle un fuerte abrazo, sólo para darle fuerzas.

—"Espero y que con esto se calle y nos deje avanzar".— Pensó la amazona de una forma muy impulsiva.

Al separarse del abrazo ambos decidieron que lo mejor era avanzar.

(...)

Los dos caballeros que seguían en pie, se encontraban revisando el Templo que les tocaba pasar.

—Tenemos que avanzar, no nos queda remedio.— Hablo Pegaso.

Pero fue interrumpido por un golpe que fue directo a el, lanzándole lejos y haciéndole chocar contra uno de los pilares de aquel Templo.

—¡Seiya!— Salió de los labios de la chica, preocupada dirijio la vista hacia donde había salido aquel grande y perfecto poder.

—¿Que se han creído?— Pregunto una voz.— Nadie cruza Leo sin permiso.

—¿Tú?— Pregunto con furia la amazona de Tigre.— ¿Por qué haces esto?

Entonces ese caballero salió de las sombras, era Aiora el caballero dorado de Leo, pero había algo distinto en el, sus ojos eran rojos, y ya no esos ojos castaños.

—Ya lo dije, y no lo vuelvo a repetir.— Respondió el dorado.

—Tu... le juraste de alguna madera lealtad a Athena, ¿que te paso?

La mirada del dorado se encendió, y se lanzó a pelear a golpes contra la amazona, el estaba en contra de tal cosa, pero el ya no era el.

—¿Que te paso cuando viniste Aiora?¿Que te hicieron?

El mencionado no respondió, lo que hizo fue dejar de pelear y mirar fijamente a su contrincante.

— Mataré a cualquiera que ose pasar por la casa de Leo.

—Pies muy bien, te mataré antes, aunque sea lo último que haga.—Contesto (T/N).— ¡No me rendiré!

—Este será el lugar donde mueras, y no habrá personas que te salve.— Dijo empezando a elevar su cosmos.— ¡Plasma relámpago!

Eran rayos a la velocidad de la luz, una cosa imposible de ver para ella, algo que ella ni siquiera podía hacer. Sin más remedio, se cubrió con sus antebrazos, pero de nada sirvió, cuando semejante ataque llegó hacia ella la hizo salir volando hacia el pilar más cercano, haciendo que esté se destruya y que la chica caya boca abajo en el suelo.

—Rindete, si te rindes tendré compasión y te dejare ir.

La chica le lanzó una mirada fría, y llena de decepción y odio.

—¡Que me rendiré!—Exclamo mientras elevaba su cosmos.—¡Moriremos los dos si es necesario!

Y sin más que decir, empezó a trazar las estrellas de su constelación. De ella emano un cosmos color naranja, y sus ojos se volvieron de un color intenso.

—¡Rayo de mercurio!— Exclamó y de sus manos empezaron a salir cientos de rayos que se dirigían hacia el dorado, quién fácilmente los detuvo con una sola mano.

—¿Que?— Dijo asombrada ante tal poder que poseía.

LOS CABALLEROS DEL ZODIACO Y TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora