{8} Despertando el Séptimo Sentido

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Narrador Omnisciente

-Lo dije antes, los caballeros de bronce son eso, caballeros de bronce, osea basura.

La chica miro hacia su cuerpo, dandose cuenta de que la parte de su armadura que traía partes de tela, estaba la mayoría rota, lo que dejaba vista a su piel roja y herida.

-No me subestimes.-Ladró la amazona.- Haré que te tragues todas tus malditas palabras, te lo aseguró.

-Antes de eso ya estará muerta.- Miro fijamente a la chica.- ¡Plasma Relámpago!

La chica intentó cubrinse otra vez con sus antebrazos, pero está vez el poder lanzado era más fuerte y veloz que el otro. Lo que la chica no se espero es sentir un gran dolor en la parte baja de su abdomen, el poder de Aioria había logrado traspasarle el abdomen. La mujer se quejó del dolor, cayendo de rodillas, haciendo que los demás golpes fueran contra el resto de su cuerpo, lanzándola contra otro pilar.

-¡(T/N)!- Se escuchó el grito de su amigo, si voz era de desesperación y preocupación.

-"No puedo morir, no aquí, sin haberlo intentado, sin haberlo logrado"-. Pensó la caballero de Tigre mientras se levantaba, dejando a la vista sus nuevas heridas.

Miro hacia atrás, encontrándose con su amigo nuevamente inconsciente, quería ayudarlo, pero para hacer eso tenía que acabar con su oponente.

-¿Ya lo entendiste? O ¿Tengo que matarte para que lo hagas?- Vociferó el dorado.

-No me importa lo que digas-. Lo miro con rabia en sus ojos, acumulando todo su cosmos posible-. Mi deber es proteger a Athena hasta la muerte, y eso es lo que haré.

La amazona se puso el casco, y examinó los movimientos de su adversario.

Este la atacó nuevamente con su poder máximo, mientras que ella se quedaba quieta viendo cómo es que se movían tan rápido todos esos rayos que lanzaba se movían rápido. Ella... podía verlos, podía ver como es que se movían.

-¡Lo tengo!- Exclamó una vez tuvo la idea que como acabar con el-. ¡Rayo de mercurio!

El "Plasma Relámpago" de Aioria y el "Rayo de mercurio" de (T/N) de mezclaron luchando por quien caía primero. Pero el poder del dorado hizo que los poderes lanzados anteriormente fueran hacia la chica, lanzándola hacia el techo del Templo.

-¡Auch!- Se quejó una vez había caído al suelo, ahora le dolía todo el cuerpo, no queria moverse, pero tenía que hacerlo.

-Eres más necia de lo que creí-.El dorado se movio hacia su compañero de lucha.- Espera tu muerte en paz.

En un rápido movimiento alzó su mano para acabar con la vida de su amigo, pero la chica se movió tan rápido que le dio un dolor de cabeza, logro parar el poder del dorado con sus manos.

-Pero...¿Que...?

La mujer lanzó al León lo más lejos que su fuerza le permitió. Dándole una mirada preocupada a su amigo se dirigió donde el León. Golpeándolo en el abdomen.

-Aioria, yo se que algo malo que pasó cuando volviste al Santuario.- Empezó diciendo la chica.- ¿Que te hicieron Aioria?¿Por que no despiertas del sueño en el que estás?

Dicho esto empezó a golpear al dorado todo lo que puedo, hasta que esté se levantó e intento recuperarse, una vez lo logro, le propinó un golpe levemente fuerte en el abdomen a la mujer. Haciendo que se chocase en las escaleras de dicha casa. Ella sabía que eso le causaría un gran hematoma.

-No es de tu incumbencia que cosas o que no me hayan echo al llegar aquí.

Con un solo dedo le lanzó un gran rayo de luz que impacto contra el cuerpo de la amazona, haciendo que la herida de su abdomen empeorase.

LOS CABALLEROS DEL ZODIACO Y TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora