{14} Nuestra Promesa

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Narrador Omnisciente

La noche estaba por caer en el santuario, y sólo faltaba tres templos para poder llegar con el gran Patriarca.

A la salida del templo de Sagitario, los cinco chicos se pararon en seco para admirar el sol ocultándose. Cada uno con una expresión diferente, pero con los mismo pensamientos.

La femenina, tenía una hermosa sonrisa en su cara. Muestra de que ella sabía lo que le esperaba, si lograban pasar, por ahora su objetivo era salvar a Athena, no importaba nada más.

-Hagamos una promesa.- Sugirió el caballero Pegaso.

-¿Que?- Pregunto la chica.

- Si uno logra pasar, pero otro se queda. No miraremos atrás, pase lo que pase, no miraremos atrás.

Los chicos se quedaron pensando, ¿enserio querían eso?
Claro que no, lo que menos querían era ver a sus amigos morir. Pero ese era su deber. Como un avez dijo Seiya, cada uno nace bajo una estrella, pero ellos aún no sabían bajo que estralla habían nacido.

- Estoy de acuerdo.- Dragón puso una mano en el centro, mirando a los demás para que lo hagan. Todos le siguieron, pero faltaba la femenina.

- No creo ser capaz.- Murmuró alejándose de ellos.

Seiya, quién sentía la desconfianza en el cosmos de su amiga decidió hablar:

- Tienes que ser capaz, de lo contrario no salvaremos de la muerte a Saori.

Por una vez en su vida quiso ser egoísta, quiso pensar solo en ella y olvidar su deber. Dejar aquella misión y volver a casa, olvidarse de ayudar a Athena, salvarse asi misma. Quería dejarlo todo.

- No, no pienses en eso.- Hyoga la saco de su trance.- Tu eras la más honesta del grupo, no te conviertas en una basura. Porque no tendré piedad de ti.

Sus palabras se clavaron como dagas en su pecho, tenía razón, lo que pensaba era una locura. Algo imposible.

No lo pensó mucho, y puso su mano arriba de la Cisne que era el último, y guardo todos sus sentimientos bajo llave.

[•••]

Tigre había sido la primera en llegar a la entrada del templo, seguida por sus demás compañeros. Quienes miraban la entrada con curiosidad.

-Este es la Casa de Capricornio.- Comento Shiryu.

- Entremos de una vez.- La femenina fue la primera en dar un paso dentro.- No hay tiempo que perder.

Los demás se limitaron a seguirla, examinando todo. El tempoobera como los demás, sólo que este tenía una gran estatua, un joven arrodilla frente a Athena quien le daba un espada.

-¿Que es esto?- Escupió el Cisne, como si le diera asco pensar solo en eso.

- Ahora que me acuerdo...- Empezó mencionando el de pelo largo.- Mi maestro me habló sobre una espada, esa que es capaz de cortar hasta un diamante, y que solo se le daba a aquel caballero que fuera fiel a Athena. Es una espada Sagra, Excalibur.

-Pero...¿porque está aquí la estatua de la mitología?- Cuestionó el caballero de Pegaso.

- Eso significa que Capricornio es el guardián más fiel a Athena.- Dijo el de pelos negros.

¿Es una broma? ¿El caballero más fiel? Ese son duda es Aiorios, quién dio su vida por Athena, por defenderla y la paz en el santuario. En cambio el guardián de esta Casa no había hecho nada, nada más que traer problemas y destruccion de la paz.

La chica apretó los puños con impotencia, sino fuera por él, su...su...amigo estaría vivo, él los estaria ayudando, los estaria guiando.

—No perdamos el tiempo aquí.— Bramo Hyoga, arto de la conversación.— Vamos ya.

—Tienes razón, vámonos.— Concordó Pegaso.

Los jóvenes corrieron hacia la salida del templo, sin darse cuenta de que alguien los estaba viendo.

—Esto es buena señal.— Señaló Andrómeda.— Podimos salir sin ningún problema de Capricornio.

— Seguro está de vacaciones.— Bromeó el castaño.— Hablando de eso, yo también necesito unas.

—¿Deque hablas?— Regaño la madre del grupo.— Primero nuestro deber, luego las vacaciones.

Seiya sólo rodo los ojos con burla, le encantaba hacerla enfadar. Su hobby favorito era ese, hacerla enfadar.

El cosmos malvado de alguien inquieto a dos personas en particular, quienes se miraron entendiendo lo que tenían que hacer.

—¡Cuidado!¡Salten!— Grito el Dragón, viendo cómo una luz partía por la mitad el suelo. Empujó a sus amigos con la ayuda de Tigre.

Quién por ayudar a Hyoga a pasar al otro lado casi cae hacia el barranco.

Los tres amigos restantes estaban al otro lado del barranco, ayudando a Shun, que anteriormente se había caído.

Al darse vuelta vieron a sus dos amigos quietos al otro lado del precipicio.

—¡Shiryu!— Hyoga fue quién reaccionó primero diciendo el nombre de su amigo.

—¡(T/N)! — Seiya quiso volver a saltar aquel precipicio para salvar a sus amigos, no quería irse.

—Ellos aún siguen ahí, no han pasado.— La desesperación de Seiya era evidente.

—Hicieron que los demás saltarán, pero ustedes no lo hicieron. Eso significa que no tienen confianza en saltar o están asustados de ver las grietas que hice.— Hablo una sombra que se iba acercando, y burlando con un tono que por sorpresa era reconocible para la mujer.

— Si nosotros hubieramos saltado, todos estaríamos en el infierno con tu segundo ataque.— Explico la castaña con seriedad.

—¡Impresionante!— Felicito con burla.— Para dejar que sus amigos escapen prefirieron quedarse aquí, pues se arrepentirán.

—Dime una cosa.— Abrió los ojos Shiryu.—¿Por qué no nos atacaste en la casa de Libra?

Los pasos del guardián del templo eran cada vez más cercanos, así como también su gruesa voz.

—Vieron la figura de Athena, ¿verdad?— Cuestionó Capricornio.—Como podría haber ensuciado el lugar enfrente de ella con su vulgar y asquerosa sangre.

Shiryu dio la vuelta, así como también su acompañante. Los dos enfrentando a su enemigo.

—Deben saber que mi nombre es Shura de Capricornio.— El aludido se puso a la defensiva, queriendo acabar con esos dos de una vez.

—Te mataré con todo el cosmos que me queda.— Pronuncio la femenina, dando un paso adelante.— Si eso me cuesta la muerte no me importa, te mataré.

—¿Como?

—¡Shiryu!¡(T/N)!— Gritaban los caballeros, intentando llamar la atención de sus dos amigos.

Hyoga que era en ese momento el más razonable, se dio vuelta y habló:

—Vamonos de aquí.

Los otros dos restantes se dieron vuelta, mirando atónitos a su amigo.

— Ellos prefirieron quedarse en Capricornio arriesgando su vida, si perdemos el tiempo en este lugar hará que ellos se pongan tristes y melancólicos.

—Entiendo.— Seiya se puso a lado de Hyoga.— Vámonos Shun

Salieron corriendo, con la esperanza de ver de nuevo a sus compañeros de armas.

— Chicos, no les diré adiós, porque se que los veré más tarde.— Hablo el Pegaso.

Al otro lado, los tres combatientes se preparaban para dar inicio a un combate donde no todos sobrevivirían, todo por la paz en el mundo y la vida de Athena.















Hola, cómo recompensa de haberme esperado por mucho tiempo decidí escribir un capítulo más. Espero y esté recuperando lo que deje.

Les pregunté con quien les gustaría que se quedara, pero hubo muchas opciones.

Así que vuelvo a preguntar...

¿Con quien se quedara nuestra rayis?

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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