{13} Les encomiendo a Athena

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Narrador Omnisciente

Dentro todos miraban con curiosidad el lugar, caminaban sigilosamente, guardando la guardia por si alguien decidía atacar. La femenina iba en la cabecera del grupo, y cuando era necesario hacia señas para avisar si era seguro.

El lugar era un tanto estrecho, y era muy bajo para la altura de los jóvenes. Todos tenían preguntas, pero nadie pronuncio palabras por el momento.

— Hay que ir con cuidado.— Rompió el hielo (T/N), cuidando muy bien las palabras en un tenso ambiente.— No sabemos lo que nos espera.

Sólo asintieron con la cabeza, sin ser capaces de pronunciar una palabra más. Siguieron caminando por un largo tiempo más, cada uno pensando en una cosa diferente pero casi iguales.

La caballero de tigre soltó un leve gemido de dolor al encorvar su espalda por el tamaño, sus amigos la miraron, unos queriendo ayudar y otros dejándolo pasar, pero nadie hizo nada. Por lo que recibieron una severa mirada.

Después de unos segundos la chica se paró en seco.

—¿Que fue eso?— Pregunto el dragón.

—Se escucho un ruido.— Respondió Seiya.

Todos miraron donde "provenía aquel ruido", cada uno mirando el punto donde se escuchó ese curioso ruido.

Pero poco les duró, una gran capa de polvo cayó del bajo techo, haciendo que todos se taparán la boca para no toser. El techo se empezó a mover, haciendo que los jóvenes se vieran en apuros, el techo bajaba y no tendrían salida sino actuaban rápido.

—¿Que es eso?— Pronuncio Cisne, pero nadie respondió.

La parte superior de aquel extraño sitio, se desprendió del lugar que lo sostenía. Obligando a los cinco jóvenes levanten las manos sosteniendo el pesado techo, soltaron un jadeo desesperado con la intención de ganar más fuerza. El resultado fue nulo. Cada uno aportaba la poca fuerza que tenía, pero de poco servía, el peso del techo iba ganando cada vez más a los jóvenes, quienes sudaban del esfuerzo.

—Ustedes salgan, salven sus vidas.— Sugirió el caballero de Dragon.

—No podemos dejarte aquí, Shiryu.

—No tenemos tiempo.— Contradijo.— Tienen que salir de esto, y llegar con el maestro.

En todo momento Tigre se mantuvo en silencio, escuchando la conversación que estaban disputando aquellos chicos. Por dentro estaba deseando ser ella quien ocupará el lugar de su amigo, porque sabía que le esperaba cuando lo dejaran sólo.

Sólo siguió a sus demás amigos cuando ellos echaron a correr, alcanzando les con una gran facilidad. Decidió no hacer caso a las voces de su cabeza, diciéndole que volviera y ayudará a su amigo, quien se encontraba sosteniendo ese pesado techo.

Shiryu sostuvo con fuerza lo que sostenía, ayudando a sus amigos a salir a aquel laberinto que los iba a matar en cualquier momento. Y así sucedió, al salir la fuerza del techo pudo con Dragón, haciendo que cayera encima de este.

Los cuatro restantes miraron el lugar donde su amigo había sido tumbado.

—Hay que confiar en él.— Comento Tigre mirando el lugar derrumbado.— Lo importante ahora es sacarle la flecha del pecho a Athena.

— Tienes razón.— Andrómeda apoyo a la chica.— Él va a estar bien, lo mejor es que sigamos con el recorrido.

Todos siguieron a Andrómeda, que por primera vez encabezó el grupo y guío por donde ir. Otra vez se hizo un silencio tenso, que fácilmente se podía cortar con un cuchillo.

LOS CABALLEROS DEL ZODIACO Y TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora