𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓𝐒 - 𝐅𝐎𝐔𝐑 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑𝐒

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MOMENTOS

NARRADOR OMNISCIENTE

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NARRADOR OMNISCIENTE

La misión había salido exitosa aunque la rubia casi perdió la mano, Madison no había dejado sola a su hermana por ningún motivo y mucho menos cuando Patrick se encontraba ocupado verificando la información del pendrive.

Vitto se sentía rara, últimamente tenía muchos sueños con Christopher y no en el sentido que le pasara algo malo, si no sueños húmedos.

Desde el momento del armario su mente no había parado de dejar pasar esos momentos que la sacaban de sus casillas porque solo tenía excitación y no ayudaba que Christopher verifique a diario que ella estuviera sana.

Habían pasado dos semanas de las cuales su mano se encontraba en un 80% de recuperación, un porcentaje muy alto que la hacía poder hacer sus cosas con normalidad.

Madison la había dejado esa tarde en su oficina para realizar sus pendientes.

— No hagas ninguna locura, Victoria — ordenó Madison.

Vitto solo sonrió antes de asentir.

— Ve tranquila.

Madison entrecerró los ojos para salir de su oficina y dirigirse a la de ella.

Vitto cerró los ojos y la escena de anoche se volvió a repetir.

Ella encima de las piernas de Christopher mientras que este besaba su cuello dejando besos húmedos junto a una de sus manos en su zona íntima masajeándola.

Sacudió su cabeza tratando de borra la imagen pero era casi imposible, se levantó de golpe y segura de sí misma de su asiento.

— Al diablo — susurró agotada.

Salió de la oficina, a paso seguro ignoró a todos los que pasaban por su lado a su objetivo.

La oficina del coronel.

Christopher se encontraba sentado frente a su laptop, terminando algunos de los informes que le correspondían.

Dejó de mirar el computador cuando su puerta fue abierta abruptamente, listo para gritarle a la secretaria lenta que tenía pero se detuvo al ver la cabellera rubia de su mujer.

Vitto se acercó a él sin darle la mínima oportunidad de hablar.

— Al carajo.

Lo beso.

Estampó los labios con los del coronel, aún desconcentrado Christopher la sentó en sus piernas profundizando el beso.

Victoria estaba en su gloria absoluta, su maldito sueño húmedo se estaba haciendo realidad y su excitación junto a su falta de sexo estaba en el tope máximo.

Sus rostros fueron separados y ambos trataban de controlar su respiración.

— ¿Qué? — trató de hablar el coronel.

— No digas nada y solo bésame.

La orden de Victoria fue cumplida porque Christopher la acomodó en sus piernas para empezar a besarla, los besos bajaron a su cuello donde los besos húmedos dejaban marcas.

La camisa negra de Vitto fue tirada a algún lugar de la habitación que realmente no importaba en esos momentos.

Los besos descendieron por todo el torso de la rubia mientras esta tiraba su cabeza hacia atrás y sus manos masajeaban la cabeza del pelinegro que sonrió ante el atrevimiento.

La rubia quedó completamente desnuda a los ojos de Christopher mientras este miraba la cámara con una señal de advertencia.

Si Patrick se atreviera a verla sería hombre muerto, claramente él lo mataría.

— Mía, solo mía.

Victoria no respondió porque estaba muy ocupada dejando marcas en el cuello del pelinegro.

La apoyo sobre el escritorio abriendo sus piernas, la separo de su cuello para bajar a su zona, Vitto no pudo negarse cuando su feminidad se vio invadida por la lengua del coronel, tiró su cabeza hacia atrás disfrutando como su punto g era devorado.

El orgasmo la abarcó a tal punto que Christopher pudo sentir como su lengua se veía presa de las paredes de la rubia y como sus piernas tenían un leve temblor.

Victoria sacó el miembro de Christopher empezando a masajearlo aunque pudo ver el líquido preseminal que había ocasionado.

Christopher sonrió ladeadamente antes de apresar los brazos de la rubia y entrar en una estocada en su zona.

Los ojos de Vitto se blanquearon dejando una escena excitante para Christopher, que se encargaba de dar las estocadas fuertes y rápidas.

— ¡Carajo! — susurró en un gemido la rubia.

La puerta tuvo leves toques que poco les importó.

— Largo — ordenó como pudo el coronel.

Los toques cesaron pero la pelinegra tras la puerta podía escuchar las respiración agitadas.

— Mierda, solo eres mía, rubia — hablo Christopher cuando el orgasmo de Vitto la abarcó nuevamente.

Unas estocadas más y el coronel llegó a su orgasmo.

Las piernas de Vitto eran un lío, no se atrevía a pararse porque sabía que caería de bruces al piso.

Esperó a que su respiración se tranquilizara para levantarse sujetándose del escritorio.

— Bien, gracias coronel — habló Vitto recuperando la compostura.

Christopher la tomó de la cintura antes de dejarla ir.

— ¿A dónde vas? ¿Crees que solo me puedes utilizar e irte?

— Cariño, solo es sexo.

Las palabras de Vitto fueron suficientes para que Christopher la soltara.

— Solo sexo.

El asentimiento de ambos fue suficiente para que la rubia saliera de la oficina sin ser retenida.

Lo bien que la había atendido Christopher fue suficiente para que una sonrisa se posara en su rostro.

Bendito gen Morgan.

Bendito gen Morgan

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⏰ Última actualización: Aug 19 ⏰

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