La llegada de los santos dorados y la diosa Athena, fueron aumentando más el número de soldados Pallasites, en varios rincones de la ciudad.
—— lo siento pero, no podrán pasar.
—— ¡Ichi de hidra acabará con todos ustedes!
Shaina de Ofiucus, junto a los caballeros de bronce, Ban, Ichi y Nachi, protegían la entrada a la base principal. En donde se resguardaban a los caballeros heridos.
Los Pallasites intentaban penetrar al refugio para acabar con los caballeros, sin embargo, los cuatro caballeros no hicieron movimiento alguno, debido a que un veloz y fuerte ataque arremetió a todos los Pallasites, dejándolos ya fuera de combate.
—— amigos, disculpen la tardanza.
—— ¿Kiki?
Un encuentro así era mejor recibirlo en otras circunstancias, pero casi siempre se reunían en guerras y no en alguna convivencia que fuera feliz y llena de paz en el santuario. Era algo que los caballeros deseaban hacer.
A pesar de haber recibido una sonrisa, por respuesta a su presencia, ninguno lo notó, salvo la amazona de Plata: Kiki no estaba bien, al menos no emocionalmente, si se podría decir. Porque a pesar de haber sonreido, sus ojos no reflejaban nada, no había ningún brillo en ellos. Nada, su chispa se había borrado desde la muerte de Genbu.
Ahora se podría decir que los sobrevivientes caballeros de las ochenta y ocho constelaciones ya estaban reunidos en Pallas Belda. Aunque aún hacían falta dos de los grandes guerreros de Athena, la cual varios rezaba para que acudieran a la guerra.
La base principal estaba llena de varios caballeros de acero, sanando sus heridas y tratando de recaudar energía para enfrentarse a los Pallasites. Los murmullos no era lo único que se escuchaba, en lo profundo de aquel abandonado edificio, se escuchaba el sonido del choque del oro y el bronce, con Kiki ahora reparando las armaduras.
Aries suspiró algo cansado después de haber reparado la armadura de Hidra, el cual su dueño se alegró y vistió con demasiado gusto, saliendo del refugio para continuar con su riña a los Pallasites.
—— que molesto. ¿No me digas que todos reaccionan igual? —— la voz femenina observaba a su compañero correr como niño fuera de la base, pero ahora desviando su vista al joven frente a ella. Habían veces en que shaina se sentía demasiado "mayor", para no decir vieja, debido a que ella había visto crecer a aquel escurridizo duende, para ver lo mucho que había madurado como para portar ya la primera armadura del zodiaco. —— veo que todos te tienen fe, Kiki.
El mencionado volteó a verla por encima del hombro. —— no. —— respondió. —— ahora es momento de poner a prueba mis capacidades, como reparador de armaduras.
Definitivamente ya no era aquel niño molesto de antes. —— haz madurado mucho, Kiki. Estoy segura que tu maestro, Mu de aries, esta orgulloso de ti.
Pero a pesar de ya ser todo un joven, aquella simple mención de su maestro le hizo brillar los ojos como pequeño. Viéndolo en sus recuerdos al verlo por primera vez con la armadura de Aries. Sin embargo, aquella luz nuevamente se fue. Tenía miedo.
Gracias a aquel tratado de paz, entre Athena y Hades, zeus le había devuelto a su maestro, que era más como un padre para él. Ya no lo había vuelto a ver desde el vencimiento del dios Apsu. ¿Cuánto ya había pasado? ¿Seis meses? ¿O era un año? Aunque sabía que la batalla contra la diosa Pallas, no le aseguraba salir con vida. A comparación de las otras batallas que fue testigo, esta era una diosa mucho más cruel que la diosa Eris.
Borrando sus miedos, e intentando mostrarse tranquilo, salió fuera del "taller" para encontrarse con los caballeros de acero, estos ante su presencia, se fueron levantando y poniendo firmes en respeto a la presencia del caballero dorado.
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Problemas Familiares.
Fanfiction> Seiya el caballero de pegaso, el más leal a su Diosa Athena, decide abrir las puertas de su corazón al amor. La vida le bendijo dándole dos hermosos mellizos. Pero su felicidad se fue turbada gracias a una guerra que lo dejó encerrado en lo más p...