Capítulo 24 *¡¿Cuántas Vidas Más?!*

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"es un collar especial... Si llegas a necesitar de mí, él brillará y me tendrás a tu lado"

.——.

Galia, jamás entendiste el verdadero significado de la fuerza del amor... La fuerza del amor siempre vence al final.

Palabras, que era más que seguro, Galia estaría estallado a carcajadas, mas estas, habían sido calladas al presenciarlo ella misma. Nunca lograría comprender por qué aquellos niñatos habían destruirla por completo.

No, ella nunca entendía nada. Y no lo haría.

Pero aquel poder, aquella fuerza, fue suficiente para que los caballeros Dorados predijeran que ya casi era el final. La batalla entre la diosa del Amor y la diosa de la Guerra se aproximaba.

La mirada de los dorados estaba cargado de Orgullo por la gran hazaña de los jóvenes, había crecido esperanza en todos, pues al parecer, ellos habían logrado alcanzar el nivel más alto. O, al menos, estaban a nada de hacerlo.

Lamentablemente tenían el tiempo contado como para seguir observando a los menores. Cada vez estaban cerca de Pallas, cada vez estaban tan cerca de su destino, aquel que definirá todo; siguieron su camino, sin ser conscientes que la gran espada de Cataclismo estaba siendo desbainada por su dueño, al igual que mostrando su armadura divina, esperando este ansioso por su encuentro con los caballeros.

Una pelea que no estaba dispuesto a perder. Para probar que los milagros no existen y nunca lo harán.

Sin embargo, aunque Pallas se mostraba contenta y dichosa, al ver a Hyperion dispuesto a acabar con los caballeros, su fidelidad no iba directamente a la Diosa del Amor, sino, a aquel que está a punto de despertar.

—— lo sé, estoy consciente de eso.

Pallas no se encogia o se intimidaba ante el tercer Rey celestial, a ella sólo le importaba ver a su hermana, a sabiendas que era una marioneta más de aquel Dios.

—— no te entiendo. —— expresó Hyperion, dejando de amenazarla con su gran espada sagrada. Volteó a ver a Titan, este ni siquiera expresaba nada. Al igual que Pallas, Hyperion lo señaló con la punta de su espada. —— un nuevo amanecer se aproxima para nosotros. Si continuas protegiendo a Pallas, sabes bien que podrías morir. Y yo mismo seré quien te arrebate la vida.

—— ya te lo dije: tomé mi decisión. Estoy dispuesto a dar mí vida por mí señora Pallas.

Una respuesta que no sorprendió al Rey Hyperion, en parte, sería tal vez un poco de lástima por el destino que le depararía a su querido compañero.

Decidió abandonar aquel salón, ya no iba a tratar de hacer entrar en razón a Titan. Sabía de lo decidido que era su compañero, sería una pérdida de tiempo si seguía insistiendo. Aquello ya era problema de Titan, porque de todas formas, él acabaría con su vida, tal como marcaba el plan.

Sus fuertes Pisadas resonaron en todo el salón, hasta desaparecer al momento de cerrar la gran puerta.

Llegó justo a tiempo. Athena y los caballeros dorados ya estaban frente a la enorme puerta que protegía el pequeño palacio.








El polvo se fue dispersando, dejando a su paso un gran agujero que la técnica de Pegaso había ocasionado. Llevando la vida de Galia en el proceso.

Los chicos estaban cansados, pero más que eso, estaban satisfechos y agradecidos por acabar con la Reina Celestial. Fue una tarea dura para todos.

—— estoy impresionado. No sabía que sus armaduras contenían un poder tan maravilloso. —— Los jóvenes admiraban más tranquilos sus armaduras, observando los pequeños detalles que habían aparecido al momento de elevar su Cosmos.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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