05. Inténtalo Al Menos

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Al final, su mayor temor se hizo realidad.

Aquel enfrentamiento era prueba de ello. Sabía que no volvería a ver a Seiya en una larga temporada, porque sabía que Sagitario, al ser ahora el nuevo santo de la novena casa del zodiaco, no regresaría de nuevo a la isla.

Y mientras que el anochecer cayó y Koga admiraba su nueva armadura, llegó a una decisión.

Obviamente tenía que actuar y acudir al llamado de Athena. Pero lo haría a su modo.

Eso sí, no dejaría que el mocoso se quedara solo en la isla y, al igual que él, debía de acudir al llamado. Así que después de la cena le avisó su tarea.

—— ¿ir al santuario?

El mayor asintió. —— después de tu enfrentamiento con el Pallasite es necesario que vayas al Santuario por respuestas.

Un pequeño brillo surcó los ojos del menor. —— ¿me viste?

—— claro. Haz mejorado, pero eso no significa que bajes la guardia y subestimes a tu alterno.

Así finalizó su charla esa noche; con ikki tratando de mantenerse tranquilo y no quebrarse en la oscuridad de su habitación, y con Koga emocionado por volver a ver a la señorita Saori. Mucho tiempo sin ella y ya la extrañaba demasiado.

Dos personas con diferente razones que no los dejó dormir.

Al siguiente día Koga partió temprano, se despedía de su padre y Tatzumi.

—— si sabes que él estará allá ¿verdad?

Aquel cuestionamiento lo puso tenzo, aun así intentó sonreír. Ambos mayores querían amenazarlo si hacía de menos a Seiya en el Santuario, sabían que el mocoso sería capaz; ahora estando Saori era demasiado obvio de lo que haría.

—— no quiero que Seiya vuelva a tener otra recaída, con una guerra de por medio.

—— saludalo al menos.

No quería demostrarlo pero, Tatzumi estaba preocupado por el castaño debido a su enfermedad.

Los problemas que tuvo con Koga, fueron los indicios de que Seiya se enfermara. Lo malo que no sabía exactamente lo que era, y ese era el problema porque no sabían cual sería el tratamiento correcto. Esperaba que la presencia de Koga en el Santuario no lo afectara gravemente, y más si el ingrato lo menosprecie.

—— le daré sus saludos. —— prometió.

Antes de subir por completo a la lancha la mano de Ikki lo detuvo.

—— dale esto, de mi parte. —— entregando delicadamente en su mando un pequeño relicario, con el Pegaso y Fénix grabado, en forma de corazón. Koga vio extrañado aquello. Ikki no era de ese tipo de cosas, era demasiado cursi y extraño de su parte. —— al menos dime que vas a intentar ser más comprensivo con él... Por favor... No quiero perderlo.

La mirada suplicante y preocupada de ikki lo dejó sin habla. Sin duda alguna el Fénix amaba a Seiya, tanto que él era el único que apareció aquel lado vulnerable del poderoso e invencible Ikki.

Asintio lentamente, intentaría recuperar la confianza en ellos, si es que su orgullo lo permitiese.

Se despidió de ambos adultos y trató de adentrarse en el interior del bote, su nuevo dolor de cabeza fue al ver al curioso chico, del día anterior, tratar de atacarlo de nuevo. Sería un viaje interesante con aquel caballero que quería ser un dios.

—— ¿entonces te vas? —— habló el mayor, al ver la lancha lo suficiente alejada de la isla.

—— así es. No tengo más que hacer aquí.

Problemas Familiares. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora