FIRE | PERDIENDO EL CONTROL POR LA BOYBAND QUE ODIO. (TERMINADA)

Capítulo 25

Pov Alison:

Mis ojos se encuentran con los de Luke en el momento en que abro la puerta de la habitación, y un segundo después, mi cuerpo está contra el suyo y sus brazos rodean mi cintura. Una mirada llena de envidia y resentimiento, me atraviesa haciéndome sentir una sensación casi física, desde el otro lado del pasillo. Le he dado el permiso a Tyler de contarle todo lo que he compartido con él, para así no tener que volver a pronunciar esos momentos nunca más. Me aparto de su cuerpo y escucho sus pasos entrar a la habitación de la que he salido, mientras camino en dirección al baño para ducharme. Elizabeth está sentada en el sofá, con su móvil en las manos, balanceando las piernas, y ninguna le dirige la palabra a la otra cuando paso por su lado. 

Después de una larga ducha, mi calma se ve interrumpida por unos golpes en la puerta, y la voz de Ashton reclamando que ya llevo mucho tiempo dentro, y que tiene que ducharse porque está empapado en sudor. Por primera vez, obedezco, y cierro el grifo. Envuelvo una toalla en mi cuerpo, otra en mi pelo, y abro la puerta. Nuestros ojos chocan, y el silencio nos invade durante unos segundos, antes de que dé un paso más para salir afuera. Escucho el resoplido de Elizabeth cuando ve como abro la puerta de la habitación de Luke.
Me meto dentro, cerrando detrás de mí mientras escucho a Tyler decir: "Y por eso nos odiaba. "

En cuanto me ve, se apresura a levantarse y a abrazarme con fuerza, agarrando mi cabeza con su mano. Tyler se levanta unos segundos después, y siento sus brazos envolverme desde atrás. Me quedo acurrucada en ellos, antes de que la puerta se abra de golpe, dejando ver a Elizabeth. 

—¿Podemos hablar, Alison? —Pregunta con un tono seco, que me hace pensar que no tiene ningún interés en arreglar las cosas, y solo quiere separarme de ellos. Sus ojos se ven diferentes. Ya no brillan como de costumbre. El color es más oscuro, y parecen mostrar la rabia que siente.

—Supongo. —Respondo, apartándome de ellos en un movimiento lento. 

—Os dejamos solas, entonces. —Dice Luke, y ambos abandonan la habitación, no sin antes mirarme para saber que todo va bien y que estoy de acuerdo con ello.

—¿Estás saliendo con Luke y Tyler? —Es lo primero que pregunta, apoyándose en la puerta cerrada, con los brazos cruzados. —¿Son tus novios?

—No. No exactamente. Somos, amigos con derechos. 

—Ya. —Se queda en silencio, y el aire se vuelve más denso, pesado, y difícil de respirar. —Mira, no quería acabar así antes. Me he dejado llevar por el enfado. Pero sabías perfectamente lo que sentía por ellos y no pensaste en mí en ningún momento. Joder, es que ni siquiera lo hablaste conmigo.

—Elizabeth, claro que sabía lo que sentías por ellos. Pero también sabía que tu favorito era Ashton. Y no he hecho nada con él. Aunque tampoco se ha dado la ocasión de pensarlo siquiera, porque nos llevamos fatal.

—Vale. Muy bien. Mi favorito es Ashton. Pero, ¿te crees que si hubiera podido tener algo con Tyler, o con Luke, no lo habría aceptado? Aunque tenga un favorito, los quiero a los tres. Desde hace años. Desde que eran solo unos críos con un sueño tocando en el garaje de Luke. Y tú... Tú dijiste tanta mierda de ellos, que... —Su mandíbula se tensa y veo como sus uñas se clavan ligeramente en sus brazos.

—Que te parece injusto. Que no crees que me los merezca. Y que crees que tú te los mereces más por el hecho de llevar enamorada de ellos una buena parte de tu vida. —Termino por ella, y me acerco un poco, dándole un toquecito con los dedos para que se dé cuenta de que se está clavando las uñas.

—Sí. Pero es que joder, es más que eso. —Afloja el agarre en sus brazos, pero poco después vuelve a clavarse las uñas. —No has pensado ni un momento en la posibilidad de presentármelos. De invitarme aquí. De ver si alguno podía interesarse en mí. Diste por hecho que ninguno de ellos se fijaría en mí. Que no estoy a la altura. Por ser solo una fan. —Me quedo en silencio, mirándola con pena, sintiendo que este momento es clave para saber si nuestra amistad puede salvarse, o se destruirá para siempre. Ella levanta la cabeza. —Es cierto, ¿verdad?