10

39 8 0
                                    

Narra Jungkook

Sin duda alguna, el frescor de la noche es una maravilla. Las calles están iluminadas gracias a los postes de luz en las esquinas. Algunas que otras personas transitan por la calle, dándole un ambiente vivo y solitario a la ves. Simplemente perfecto para alguien como yo que odia la multitud.

Hace unos minutos, NamJoon y yo salimos de casa, dejando aún a seokJin y Taehyung con mis padres. Agradezco que Nam haya llegado por mí como mi salvación para sacarme de ese tenso lugar. No es una cita en sí, pero es algo parecido.

No hemos dicho palabra en lo que llevábamos andando, pero no es que se sienta incomodidad por no hacerlo, para nada. Está bien así.

Nam me había mencionado con anterioridad la idea de ir al parque de diversiones que está a unas cuantas cuadras de nuestras casas para comer un helado y platicar. Él ama el helado de chocolate y se a convertido en una costumbre ir en sus descansos al parque meramente a comer helado en la heladería de enfrente.

Una pareja va pasando por el otro lado de calle y ambos la quedamos viendo. El chico lleva el bolso de la chica en su mano y a ella la está tomando de la mano con su otra libre. Se ven felices, disfrutando de una plática amena y risas de por medio.

Me es inevitable no sentir envidia de la buena al ver la escena.

Siento como NamJoon posa una mano en mi hombro, para llamar mi atención.

—Lucen felices y van sin complicaciones por la calle riendo y hablando. Es lindo, ¿No lo creés?

Lo miro y la sonrisa que me brinda me hace sentir un revoltijo extraño en el estómago. No sé si tomar eso como una buena señal, o una muy mala, porque una sensación parecida, pero más intensa, es la que siento con Taehyung.

—Si…se ven felices.

Vuelvo a ver a la pareja que ahora se encuentra en la otra esquina más arriba, parecen esperar el bus.

Es increíble como una pareja luce tan feliz y cómoda, que parece que no presentan dificultades y diferencias entre sí. La sensación que estoy sintiendo al ver esta pareja me hace pensar que los cuentos de hadas con finales felices, solo los viven unos cuantos. Los que verdaderamente han elegido para eso.

A mí no sé que me ha tocado vivir. Quizá quien está escribiendo mi historia es un hombre frustrado, despechado y desgraciado, que solo hace que sufra y sufra como él lo hace, desquintando sus penas conmigo. Me la pone difícil, carajo.

—Estan siendo ellos mismo, es eso. —La voz de Nam me hace salir de mis pensamientos.

—Si, eso veo. Se ven tan felices que hasta los envidio un poco. —Digo soltando una risa floja ante mis propias palabras. No es mentira, últimamente la envidia ha estado siendo el sentimiento que más invade mi ser. Que frustrante, yo no era así.

—La vida de pareja no es fácil, kookie. Las relaciones que se ven más felices y estables a veces son las que más tienen dificultades y daños. —Tiene las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones, con la vista a la calle, pero aveces siento que me mira de reojo.

—Lo sé. Conozco un claro ejemplo de eso. —a mi mente llega el matrimonio Kim.

Los padres de seokJin y Taehyung parecen ser una pareja llena de amor, respeto y unión, pero si los llegas a conocer más, te das cuenta que tan dañado está ese matrimonio y la vida de ambos. Son infelices.

—Sé a quienes te refieres. —Me dice Nam, parece que adivinó mi pensamiento. —Aveces todo se vuelve un martirio cuando uno de los dos ya no siente lo mismo, pero tiene temor de herir los sentimientos del otro y ¡Pum! Ese sentimiento termina dañando a ambos.

Estoy sin palabras, NamJoon parece todo un experto en el tema. Solo logro asentir y veo como sonríe sin llegar a mostrar sus dientes, pero de sus mejillas sobresalen sus hoyuelos.

Amo los hoyuelos de Kim NamJoon.

NamJoon es la clase de persona con la que puedes tocar temas muy profundo y algunas veces, los temas más extraños y a mí parecer más bobos que existan. Pero si es con él, se siente bien.

—También está el amor no correspondido o ese casi algo que nos deja mucho peor. —escucharlo decir eso es como una pulla incrustada en el trasero. Me mira, con algo de ¿Nostalgia? No sé que sea en realidad.

—Si…esos amores no correspondidos…

¿En qué momento sacamos plática sobre las relaciones amorosas?

Suelta una risa y volteo a verlo. —¿Cómo vas en la escuela? —Dice para cambiar de tema.

—Muy bien, ya están haciendo los preparativos para la fiesta de grado. —Sonrio en grande cuando él también lo hace.

—Felicidades, kookie. Te has esforzado mucho.

Nam siempre ha tenido las palabras correctas en el momento correcto.

Caminamos una cuadra más hasta llegar a nuestro destino. La heladería. Me siento cansado y eso que apenas he caminado unas cuadras desde casa hasta acá. Tomamos asiento y esperamos que nos traigan nuestro pedido.

Por ser fin de semana el ambiente en el parque de diversiones está muy bueno, vivo. Los niños se ven felices disfrutando de los juegos y las atracciones. ¿Por qué tuve que crecer? Estaría jugando en el resbaladero o en los columpios si no fuera porque ya tengo dieciocho años y estoy muy grande.

—Aquí estan sus helados. Uno de chocolate y otro de vainilla con chispas… —El canturreo de jisoo, la chica que atiende la heladeria, ne hace despegar la vista de las atracciones del parque.

—Gracias. —Le agradece Nam, a lo que me sumo al agradecimiento a los segundos. Ella sonríe y se retira.

Llevo la primera cucharada de helado de chispas a mi boca y mi ceño se frunce al saborearlo, está delicioso.

—¿Qué tal van las prácticas?

—Bien, algo agotador. —Se encoge de hombros. —Pero cuando te gusta lo que estudias y le pones mucho empeño, el cansancio no puede más que eso.

—Si…

Hace dos semanas le entregué a la maestra la carpeta que ella anteriormente me había entregado. Estuve días debatiendo en qué hacer, pero a la final acepté ir a la exposición de arte y aspirar a la beca completa de la que la maestra me había comentado. YoonGi tuvo mucho que ver con mi decisión, al hablar con él un día antes me ayudó mucho.

—Falta poco para que termines la carrera. Pronto podré decir que tengo como amigo al mejor medico de corea. 

—No exageres, kookie.  —Suelta una risa y lleva una mano a su boca para cubrirla. Sus mejillas están teñidas de un rojo carmesí que lo hace ver tierno.

—No exagero. Serás el mejor. —Levanto mis cejas varias veces y el vuelve a reír.

—Gracias, kookie.

Le sonrio y veo como mordisquea la cuchara plástica con la que ha estado comiendo helado. Por alguna razón lo imito y me echo a reír al percatarme que él me mira divertido.

Estoy más que seguro que salir con Nam fue lo mejor que pude hacer.












Nota de autor:

Holi  moscos 😽
Estoy por acá de nuevo, espero y les guste el NamKook porque habrá mucho de ellos aquí de ahora en adelante 🙃

Mirame a mí, solo a mí (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora