Prólogo: Shira

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Era una noche lluviosa en las calles de las praderas, capital de las tierras del reino y hogar del rey Simba.

Pero no les voy a contar la típica historia romántica y feliz que suele haber en este tipo de libros.

Esta historia comienza en uno de los mejores hospitales de las praderas, muy lujoso y caro, dónde solo los más ricos y poderosos podían ser atendidos.

Incluso aquí era donde la familia real y sus amigos iban para sanar sus enfermedades, heridas y demás.

Pero lo curioso de hoy es que había una leona en pleno parto, ella no era como las demás pacientes, de hecho ni siquiera merecía estar ahí por su estatus social tan bajo pero aún así se le permitió la estadía con todo pagado y los mejores servicios.

Especialmente la mejor doctora estaba ahí. las enfermeras y la doctora hacían su trabajo y pronto nace un hermoso bebé, el trabajo fue duro pero el bebé nació sin ninguna dificultad y estaba totalmente sano.

Si piel era dorada, ojos marrón claro, casi naranja y manchas en muñecas y tobillos, lo normal en un león bebé.

La doctora le había preguntado por el padre aunque ya sabía quien era, al igual que todo el personal presente pero por desgracia no se había dignado en ir al parto y acompañar a la madre del pequeño en este momento tan difícil.

La joven leona de unos diecinueve años de edad le informó a la doctora con mucha tristeza que el padre no había podido venir, incluso inventó una excusa del porque no había llegado el león.

Y aunque la doctora ya sabía el nombre del padre del niño, le preguntó de igual forma pero ella le respondió que ni siquiera sabía su número de celular, a lo que la doctora sintió mucho enojo por ese león pero tuvo que contenerse, después de todo había pagado una fortuna para que ella y su hijo tuvieran los mejores servicios.

la doctora concluyo que la joven le toco la mala suerte de ser madre soltera, lo cual era una desgracia sabiendo que el padre era muy adinerado.

también le pregunto por los padres o algún familiar cercano pero la joven no tuvo que decir nada para hacerle saber que estaba completamente sola y sin nadie en qué apoyarse.

_ ¿puedo ver a mi hijo?_ una de las enfermeras fue a donde ponían a los recién nacidos pero lo que vio fue perturbador, había un hombre de capucha negra clasificando a los niños.

_Señor_ dijo la enfermera y cuando el hombre voltea ella palidece, esta criatura jamás la había visto y su mirada era realmente aterradora, capaz de congelarle la sangre a cualquiera.

Él sin preocuparse seguían clasificando a los bebés pero no los miraba con odio sino con una son despreocupada.

_no se preocupen no vengo a llevármelos, solo quería verlos, tengo planes para cada uno de ellos en un futuro._

Dijo él dándoles una sonrisa digna de un psicópata una palmada saca a la enfermera del trance y al voltearse ve a la doctora.

_ ¿Por qué tardas tanto? La paciente está esperando a su hijo_ la doctora entro en la sala y cargo al bebé, y para la sorpresa de la enfermera ya no había nada.

Así que regresaron con la madre y entre lagrimas abrazo a su bebé _ ¿Cómo se  llamará el pequeño?_
pregunto de repente la doctora y ella permaneció en silencio pensando en un nombre para el niño.

Hasta que algo le dijo al oído y ella habló _se llamará Kion, mi dulce Kion._

La doctora y la enfermera sonrieron por un momento, porque estaban un poco tristes por el futuro de esta joven y su hijo, abandonados en una tierra donde los débiles sufren sin piedad.
Unos días más tarde cuando ella y su bebé fueron dados de alta, un par de guardaespaldas fueron a buscarlos.

Entre ellos un tucán azul bastante bajito _¿Dónde está él?_

Preguntó ella cargando a su hijo y siendo acompañada hasta la salida.
_No vendrá, me envió para llevarla a casa y decirle que desde ahora no puedes mencionar nada relacionado con él, nadie debe saber lo que pasó entre ustedes, ni siquiera el bebé._

La joven sintió una daga apuñalar su corazón y un intenso dolor cubrir su pecho.

_¿Que? ¡no! Él me ama y yo lo amo, se supone que íbamos a estar juntos cuando naciera Kion._

El tucán la miró confundido y luego al bebé _así se llama nuestro hijo, Kion, ese es su nombre._

_Es un nombre bastante ridículo, pero no sé puede esperar más de una ramera de las lejanías._

Era degradante ver cómo ridiculizaban a esa joven pero nadie podía hacer nada al respecto.

_Sasu por favor, llévame con él para poder hablar y decirle que lo necesito, que Kion lo necesita, es su hijo._

Uno de los guardaespaldas abre la puerta del vehículo y la meten de un fuerte empujón.

_Mira niña, el rey ya tiene una familia y una esposa a la cual ama ¿Por qué creíste que iba a dejar todo eso por alguien tan insignificante como tú?_

Ella no logró decir ni una palabra que le diera la razón, es más solo bajó la mirada y se resignó a dejar que él se burlara de ella.

_Aquí tienes una buena suma de dinero, suficiente para mantener al niño sin problemas durante sus primeros años de vida, lo que pase después de eso ya es tú problema, la corona ya no se hará cargo de ti y de tú hijo bastardo._

Le lanzó el paquete en la cara y se rio de ella _había mucho más pero mis amigos acá y yo tomamos la mitad, ese dinero no lo mereces puta._

El resto del viaje a las lejanías fue silencioso y muy incómodo pero ella solo podía pensar en lo que iba a pasar con ella y su bebé.

Tenía mucho miedo de lo que les deparaba el futuro y sus padres la odiaban.

Pronto llegaron a la entrada a las lejanías y los guardias verificaron que su collar funcionará.

El collar es una medida de seguridad que implementó el rey Simba luego de tomar el poder y decretar que los habitantes de las lejanías eran una amenaza para toda la población del país.

Después de eso se crearon unos collares solo para los habitantes de las lejanías.

Estos collares “eléctricos” debían ser usados cada vez que salieran de las lejanías, todo habitante que no lo usará seria arrestado y castigado brutalmente con poderosas descargas eléctricas.

_Este lugar es realmente horrible, parece el infierno, no puedo creer que el rey haya tenido un amorío con una perra de este lugar._

Ella tuvo que aguantar cada insulto y despreció, todo habitante de las lejanías estaba obligado soportar el maltrato de la sociedad.

_Si él rey se preocupara mas por este lugar y su gente, no sería tan horrible._

Dijo ella con desgana, justo ahora su única luz era su hijo.

_El rey no le debe nada a este lugar, todos se ganaron esto por ayudar a Scar._

_Solo fue un pequeño grupo el responsable, no todos nosotros…_
Por fin llegan al edificio donde ella vivía, era tan horrible como los demás edificios del sector, incluso parecía abandonado.

_Ya puedes irte, hasta nunca escoria, no vuelvas a intentar contactar al rey, no quiero regresar acá para recordarte lo que le pasa a aquellos que no siguen órdenes._

Ella asiente con miedo y se baja del vehículo y sin decir otra palabra ellos van de ahí dejándola completamente sola.

Tres semanas más tarde en su pequeño departamento, la joven leona de nombre Shira peleaba por teléfono con el padre del niño el mismo rey Simba.

_ ¿Por qué no puedes venir? ya han pasado tres semanas desde que nació el niño ¡y aun no conoce a su padre!_

El rey Simba suspiro cansado, ya no aguantaba está discusión, ni siquiera sabía cómo ella consiguió su número privado.

_Lo siento Shira pero desde que Nala supo de ti y tu embarazo se ha puesto muy agresiva y los niños están muy afectados, lo nuestro ya no puede seguir, ese niño ya no es mi problema._

Shira temblaba de ira y derramaba lágrimas de impotencia ¿cómo era posible qué él no sintiera nada por su hijo? Su hijo más pequeño.

_Cuando quedé embarazada me prometiste que te divorciarías, que huirías del trono y nos haríamos los tres juntos a un lugar seguro… ¿aun me amas?_

Simba luchaba por no sentir lastima por ella, aun la amaba pero sus pensamientos le decían que esto era simplemente un error, algo que jamás debió pasar o existir.

Nala le había amenazado con irse y llevarse a los niños, incluso de llevar a la luz su aventura, si no dejaba a su amante la cual era Shira.

_Yo… jamás te amé Shira, solo fuiste un sentimiento de paso, algo temporal, incluso te dije que abortaras a ese niño,  amo a mi esposa, a mis hijos y no los dejaré por tí, alguien de las lejanías..._

Simba trancó la llamada y esa fue la última vez que supo de él.

La soledad le había dado un golpe demasiado fuerte, Shira trabajaba incansablemente por un mísero sueldo que a duras penas les alcanzaba para comer.

Intentó contactar a sus padres pero cuando habló con ellos le hicieron saber que ya no eran sus padres y que para ellos estaba muerta, que no los volviera a llamar o a ir a verlos porque esa ya no era su casa.

Después de eso ellos  nunca respondieron, si no fuera por el bebé que tanto amaba se hubiera suicidado hace mucho.

El sufrimiento era demasiado para ella y no veía ningún futuro, estaba sola y desamparada, nadie quería ayudarla.

Los años pasaron rápido, Shira veía crecer a su hijo dándole toda la felicidad y el amor que merecía y con mucho esfuerzo pudo cubrir todas sus necesidades y pudo pagar una buena escuela.

Por fin podía ver algo de luz en su mundo tan oscuro, incluso se había hecho amiga de aquella doctora y le había conseguido un trabajo como ayudante en el hospital y le consiguió una beca en la escuela de medicina donde ella estudió.

El único problema era que no tenía con quien dejar a Kion mientras ella trabajaba y estudiaba.

Sin embargo la doctora consiguió a la persona adecuada _es mi hermana y también tiene un hijo jejeje, su esposo es un poco gruñón pero si le caes bien no debes preocuparte._

Shira estaba muy nerviosa, jamás se había separado de su hijo antes y tan solo la idea de dejarlos horas enteras con unos desconocidos le aterraba.
_¿Y que pasa si no le caigo bien? no quiero que maltraten a mi hijo._

_No te preocupes por eso Shira, Grase y Raúl son excelentes personas, los vas a amar, ellos jamás intentarían hacerle daño a un niño, especialmente a Kion, los mataría si les hicieran algo jejeje._

Shira sonrió muy aliviada _gracias por toda tú ayuda Vanessa, no sé que hubiera hecho sin ti, yo prometo pagarte lo algún día._

Vanessa se ríe y abraza a su amiga _no tienes que pagarme nada, es más hoy no vamos a trabajar, vamos a empacar todas tus cosas y las del bebé por qué te vienes a vivir conmigo._

Shira se detuvo y la miró atónita _¿E-estas hablando enserio?_

Dijo sin poder creer una palabra _por supuesto tonta, mi departamento es grande, hay suficiente espacio para los tres, además no pueden seguir viviendo en ese nido de ratas, es demasiado caro y está en muy mal estado, van a conseguir una enfermedad, lo mejor será que se vengan conmigo._

Shira no tuvo tiempo de decir nada porque ya habían llegado al hogar de la hermana mayor de Vanessa.
_Mi hermana y su esposo son unos años mayores que yo por lo que ya están casi en sus cuarenta años, pero eso no te preocupes, como te dije son muy buenos con los niños._

Vanessa tocó la puerta de la casa y un pequeño niño abrió la puerta _¡Tía Vanessa!_

El pequeño de seis años se lanzó a los brazos de su tía y ella lo cargó en un abrazo.

_¡Pequeño Janja! Hola que gusto verte, haz crecido mucho jejeje ¿Tu mamá está en casa?_

El pequeño Janja asiente muy feliz _ya la llamo, ven pasa._

El pequeño sale corriendo Vanessa invita a Shira a pasar _lamento si al principio son un poco desconfiados, no es muy común ver leones por este sector y desde que Scar y Simba tuvieron el poder de las praderas, los leones no han tenido buena fama desde entonces.

Shira se ríe un poco nerviosa _ni me lo recuerdes, casa vez que salgo todos me insultan y me amenazan por ser un león, a veces me da miedo salir.

Cuando llegaron a la sala Vanessa le dijo a Shira que se sentará en el sofá junto a su hijo.

_¿Te gusta la casa pequeño?_ le preguntó a Kion, un pequeño león de tres años de edad, bastante tímido e inseguro como su madre que ahora contaba con veintiún años de edad.
El pequeño solo asiente y se apega al costado de su madre, solo decía una palabra cuando Shira le hablaba o se lo pedía.

Pero Vanessa estaba encantada con él, adoraba a ese niño _me alegra mucho saberlo, mi hermana y yo crecimos aquí, ahora que nuestros padres ya no están ella se encarga de cuidar de este lugar._

_Vanessa pero que agradable sorpresa._

Grase abrazó a su hermana con mucho cariño mientras Raúl miraba a Shira con desconfianza.

_¿A quien trajiste Vanessa? Sabes que los leones son de mal presagio.
_No digas tonterías Raúl, ella es mi amiga, Grase ella es Shira y ese pequeño es su hijo, se llama Kion y es el niño más dulce del mundo. Después de ti Janja jejeje._

El pequeño sonríe satisfecho, Shira los salida con timidez y Kion solo toma el brazo de su madre.

_Hola Shira, es un placer conocerte pero te vez muy joven ¿Qué edad tienes?_

Ella bajó la mirada con vergüenza y en voz baja le dijo veintiuno.

_Es apenas una niña ¿por qué tiene un hijo?_

Dijo Raúl algo incómodo _esa es una historia que no les contaremos aún Raúl, vine porque Shira empezará a estudiar en la escuela de medicina donde me gradué y necesita que alguien la ayude con el bebé mientras ella estudia y trabaja._

Raúl miró a ambas muy molesto _de ninguna manera, un león es una responsabilidad muy riesgosa además ¿Dónde está el padre de ese niño o los de ella?_

Con mucha tristeza en los ojos Shira les dijo que estaba sola y que solo tenía el apoyo de Vanessa.

_Calma Raúl solo mírala, no tiene a nadie, por supuesto que te ayudaremos con el pequeño querida, será muy lindo cuidar de alguien tan tierno como este pequeño._

_Por cierto ¿Cómo te llamas?_ el pequeño no dijo una palabra y oculto rostro en su madre que río con ternura.

_Anda diles tú nombre_ el pequeño mira a su madre y luego a Grase.
_Y-yo… mi nombre es… Kion_ Grase queda encantada y se acerca al pequeño para darle un abrazo ganándose su confianza.

_Es un hermoso nombre ¿Cómo se te ocurrió?_

Preguntó Grase _es en honor al príncipe Kion, el primer líder de la guardia del león en formar una guardia dónde él era el único león.

Han pasado mucho siglos desde que ese león vivió pero su influencia en el mundo fue tan grande que hoy en día se considera el mayor héroe en la historia de las tierras del reino.

_Sabes que cuando cumpla los nueve años, los desterrados van a reclutarlo verdad Shira._

Dijo de pronto Raúl con severidad, los desterrados son una organización secreta creada por la corona para proteger a la familia real y cumplir todas sus órdenes.

Son un grupo de exterminio muy bien entrenado y temido por los pocos que lo conocen.

Ni siquiera la guardia del león sería capaz de hacerles frente, su especialidad es el asesinato sigiloso y el terrorismo.

Incluso los grupos criminales organizados les tienen miedo _Lo sé… solo espero que Kion sea fuerte y resista, yo sé qué él es fuerte y único._

Información: este es un libro que ya escribí hace muchos años, por desgracia tuve problemas con la cuenta en la que estaba publicado y no pude terminarlo, está nueva versión es un remake que haré, espero les guste y lo disfruten mucho.

La guardia del león: Soy Un DesterradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora