"𝐅𝐨𝐥𝐥𝐚𝐀𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬" 𝐒𝐩𝐚𝐫𝐭𝐨𝐫.

16

Pov'Raptor.

—No paso nada Mike.—Respondí dándole una sonrisa a lo cual este devolvio.

—¿Tienes problemas con Flex? No es así verdad.—Preguntó mientras solo me quedé un poco sorprendido.

—No es eso, solo siento que me molesta a acada rato.—Dije sonriendo para acostarme al sofá.

—Es un buen chico, a su modo creo.—Comentó Mike con una sonrisa tímida.

—Esperemos sea así.—Mencioné con fastidio mientras me iba a mi cuarto.

Abrí la puerta y ni había nadie en el cuarto.
Solo suspire mientras me acostaba, estaba agotado y el repentino interés de Flex me sacaba de mis casillas.

—Deberías relajarte un poco, se te nota la amargura en el rostro.—Mencionó Mayo con un medicamento que le había encargado un dia anterior. Mientras dejaba la puerta entre abierta.

—¿Tanto así?—Mencioné a lo que este sonrió.

—Das hasta miedo. ¿Esta todo en orden?—Dijo mientras tomaba asiento en la cama.

—Estoy confundido.—Mencioné mientras este me miraba curioso.

—¿Por amor? Tu señor Raptor.—Me nombro con sarcasmos y sentarse en la cama.

—Algo así, pero no se si sea amor.—Mencioné un poco agotado.

Este se acercó y tocó mi mejilla.

Un leve cosquilleo por la sorpresa recorrió mi cuerpo.

—¿Estas enamorado?—Pregunto mientras sus ojos morados me miraba fijamente con curiosidad.

—No lo sé.—Conteste, ¿si saben que es Sparta, todo sería igual?

Este se acercó y rosó un poco nuestros labios. No pude reaccionar por la sorpresa, me quedé unos segundos así antes de dar el paso hacia atrás,  mis ojos no evitaban mirarlo con sorpresa, pero la expresión de tranquilidad seguía en ese pálido rostro.

—Si lo estas.—Mencionó para salir y cerrar la puerta atrás de él.

Mi corazón latía rápido por la sorpresa, que le pasaba, ¿Que quería probar con eso?

No estaba seguro pero simplemente apreté mi puño para recostarme en la cama. Me sentía agobiado, el tener que lidiar con Flex, Mis sentimientos con Sparta y lo anterior de mayo, hacían mi cerebro funcionar lentamente.

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Pov'Flex.

Observe a mayo salir de la habitación de Raptor, cosa que nunca pasaba porque este no salía del sótano.

—¿Y este milagro?—Pregunte a lo que este solo me miro de pies a cabeza y siguió avanzando.

Siempre traía una cara de pocos amigos, y muy apenas parecía nombrar palabra alguna, solo parecía hacerlo con Victor y Mike.

Entre a mi habitación y tome una cajeta de cigarrillos para dirigirme al patio.

Estaba por prender uno cuando observe por mi ventana a lo lejos a Sparta atrás de un árbol.

No estaba tan interesado en ir, pero los impulsos de mi corazón o lo que sea que allá sido me hicieron ir hasta allá.

Los sollozos de Sparta fue lo primero que logré escuchar.

—¿Sparta?—Lo vi sentando en el tronco de un árbol  mientras que rápido limpiaba sus lagrimas al escucharme.

—¿Que paso?—Mencioné agachadome hacia su altura y poniéndome en frente de él.

Mi corazón por primera vez en la vida se sintió apretado por ver esa expresión tan mal de Sparta.

Sus mejillas estaban rojas y humedecidas por el llanto de hace rato.

Solo movió levemente su cabeza, simulando un no. Me senté a su lado mientras tomaba su rostro y lo colocaba por mi hombro acostándolo.

Este empezó a llorar con todas sus fuerzas,mientras cubría su rostro con mi chaqueta. Así estuviera llena de mocos luego.

—Si no quieres contarme esta bien, Pero no me alejes.—Susurre recostando mi cabeza sobre la de él.

Pasamos así minutos cuando este se quito ki chaqueta de el rostro y se separo un poco para mirarme al rostro.

Una lágrima aún deslizaba su rostro.

Puse mi mano en su mejilla mientras quitaba esa lágrima con mi pulgar.

Sus ojos humedecidos por estar llorando hace unos minutos me miraban con curiosidad.

—Porque amar duele.—Dijo mirándome fijamente como si esperara una respuesta.

—No lo sé Sparta, Uno no elige a quien querer.—Mencioné a lo cual este solo me miro.

—¿A ti te gusta alguien?—Pregunto.

—Me gusta alguien.—Mencioné para sacar el cigarrillo para prenderlo.

—¿Esa persona te corresponde?—Pregunto.

—Esa persona esta enamorada.—Respondí para encender el cigarrillo y ponerlo en mi boca.

—Lo siento.—Dijo con tristeza.

—No te preocupes.