ɢɪʀʟꜱ' ʙʀᴇᴀᴋꜰᴀꜱᴛ

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ᴘᴏᴠ ᴏʟɪᴠɪᴀ:

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ᴘᴏᴠ ᴏʟɪᴠɪᴀ:

El sol se filtraba a través de las cortinas del cuarto de invitados cuando comencé a despertarme. Miré a mi alrededor y vi que mis amigas seguían dormidas, algunas de ellas con sus mascarillas aún a medio secar. La noche había sido increíble, y despertarme rodeada de mis amigas me hizo sentir feliz y segura.

Anna fue la primera en levantarse, y pronto la seguimos todas, bostezando y estirándonos mientras nos preparábamos para el día. Mikky se quejaba del sueño, y Dani intentaba peinarse sin mucho éxito.

—Buenos días, chicas —dijo Anna con una sonrisa—. ¿Qué les parece si vamos a desayunar a nuestro café favorito?

La idea fue recibida con entusiasmo. Nos vestimos rápidamente, poniéndonos ropa cómoda y fresca. Salimos de la casa de Anna con un aire de complicidad, listas para seguir disfrutando de nuestra compañía.

Caminamos hasta el café, que no estaba lejos, y el aire fresco de la mañana nos despertó por completo. El café era un lugar encantador, con mesas al aire libre y una decoración acogedora. Nos acomodamos en una mesa grande, riendo y hablando mientras esperábamos nuestros pedidos.

—Necesito un café enorme —dijo Mikky, frotándose los ojos.

—Yo quiero algo dulce —agregó Coral, mirando el menú—. ¿Qué tal unas tortitas?

Finalmente, todas hicimos nuestros pedidos: tortitas, tostadas, huevos revueltos, croissants, y, por supuesto, mucho café.

Mientras esperábamos, la conversación fluyó fácilmente, pasando de un tema a otro con la naturalidad que solo las amigas de toda la vida pueden tener. Hablamos de nuestros planes para el fin de semana, de los próximos proyectos en el trabajo, y, por supuesto, de mis aventuras con Pedri.

—Entonces, Olivia, ¿has escuchado algo de Pedri desde la cita? —preguntó Romarey, con una sonrisa traviesa.

—Sí, me envió un mensaje anoche, cuando ya estábamos aquí —dije, sintiendo cómo mis mejillas se sonrojaban ligeramente—. Solo para asegurarse de que había llegado bien a casa y para decirme que había pasado una noche increíble.

—¡Qué considerado! —exclamó Katrine—. Parece un buen chico.

—Lo es —asentí, sonriendo.

Nuestros desayunos llegaron y el ambiente se llenó del delicioso aroma del café y los platos recién preparados. El primer bocado de tortitas con jarabe de arce fue celestial, y pronto todas estábamos disfrutando de la comida y la conversación.

—Esto es justo lo que necesitábamos después de una noche tan divertida —dijo Dani, sirviéndose más café.

—Totalmente de acuerdo —asentí, saboreando un trozo de croissant—. No hay nada como una buena comida y la compañía de amigas para empezar bien el día.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora