ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ

𝘾𝙡𝙖𝙨𝙞𝙘𝙤

Pov de Pedri:
Desperté temprano, con la sensación de que este día sería diferente. El día del Clásico siempre traía consigo una mezcla de emociones. Había ansiedad, sí, pero también una gran expectación. Este partido lo era todo, no solo para nosotros como jugadores, sino para la afición y para la ciudad. El Barcelona y el Real Madrid no eran solo rivales en el campo; era una batalla de orgullo y tradición.

Me levanté de la cama y caminé hacia la ventana de mi habitación. Desde ahí, podía ver la ciudad aún tranquila, como si también esperara el gran momento. El entrenamiento de ayer había ido bien, pero hoy necesitaba estar enfocado como nunca.

"Hoy es el día", pensé, intentando contener los nervios que se acumulaban en mi pecho.

Me preparé rápido, tomé un desayuno ligero y me dirigí al estadio. Mientras caminaba hacia el coche, mi móvil vibró. Era un mensaje de Olivia.

Olivia: "Vas a hacerlo increíble hoy. No importa lo que pase, siempre estaré contigo. Nos vemos en el estadio. ❤️"

Sonreí al leerlo. Tener a Olivia ahí, sabiendo que estaría en las gradas apoyándome, me daba una tranquilidad indescriptible. Ella siempre había sido mi mayor apoyo, tanto en los buenos como en los malos momentos, y hoy no sería la excepción.

Al llegar al estadio, me encontré con mis compañeros en el vestuario. Todos estábamos concentrados, pero también se sentía la energía de la ocasión. Frenkie estaba sentado a mi lado, atándose las botas, mientras Ter Stegen repasaba algunas jugadas en su cabeza. Cada uno tenía su manera de prepararse, pero todos sabíamos lo que estaba en juego.

El míster dio su charla táctica, recordándonos la importancia de mantener la calma y seguir el plan. "No hay espacio para errores hoy, chicos. Hacemos nuestro juego y salimos de aquí con la victoria", dijo con esa convicción que siempre transmitía.

Nos vestimos con la camiseta azulgrana, cada uno asumiendo su rol. Sentí el peso de la responsabilidad sobre mis hombros, pero también la emoción de estar a punto de jugar el partido más importante del año.

Cuando salimos al túnel, el rugido del estadio era ensordecedor. Los cánticos de los aficionados nos envolvían como una ola de energía que nos impulsaba hacia el campo. Miré hacia las gradas y, aunque no podía ver a Olivia entre la multitud, sabía que estaba ahí, alentando como siempre.

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