KARA

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Danvers!-escucho a Snapper Carr gritar su nombre-Mueve tu cola de caballo hacia aquí ahora mismo.

De mala gana, Kara bajo desde donde estaba, unos cientos de metros de la azotea del edificio en donde trabajaba. Al helipuerto. Acomodo su ropa y sus lentes falsos y bajo por las escaleras.

-¿Dónde demonios estabas? Hace horas te pedí las fotos de la ganadora del concurso de belleza, y donde esta?

Kara se rasco la cabeza en confusión. Estaba segura de que ya lo había enviado a su jefe para que lo revisara. Confusa, avanzo hacia el escritorio de Snapper a revisar la pila de papeles que tenía allí.

-…no…

-No, Cola de Caballo. Las imágenes no están.-Snapper resoplo molesto, se quito los lentes con gesto cansado-Mira, se que esto puede ser algo frívolo para ti pero debe hacerse.

-Si, señor.-Kara bajo la vista avergonzada-Es mi culpa,

-Mira Danvers, si necesitas más tiempo para ponerte al día después de lo de Li…

-No señor. Mi vida personal no debe ser impedimento para hacer mi trabajo. Si me permite un par de horas, tendré su foto lista.

Carr pareció pensarlo un minuto, luego asintió en silencio.

-Largo de aquí, y no regreses sin esa maldita imagen.

-Si, señor.

Fiel a su palabra, Kara entrego su trabajo una hora después.

Regresaba a su escritorio cuando recibió una llamada de su hermana, Alexandra.

-Así que finalmente decidiste no hacer caso.

-Lo siento, Al. No lo hice adrede, pero si continuaba en casa un minuto más, lo iba a quemar todo.

-Está bien, Kar. No te estoy dando un sermón, Kenny también era mi amigo. Oye, si no estás muy ocupada, te interesaría venir al estadio y darme una mano? Necesito esos ojos tuyos.

-Claro. Iré de inmediato.

Ordeno sus cosas. Recogió su mochila y su cámara y se metió en el ascensor. Pulso el lobby. Abandono CatCo Magazine y continuo caminando hasta la parada del autobús, en su camino vio en un puesto de revistas el rostro de una mujer en la portada de Forbes. Siguió caminando hasta la parada, espero diez minutos y tomo el bus.

Una vez en su parada, descendió. Camino las tres manzanas hasta el estadio, donde vio los móviles de la policía, los cordones de seguridad a medida que se acercaba al área del estacionamiento. Su mano se cerró instintivamente alrededor de su vieja mochila hasta que sintió la tela rasgarse.

-Lo siento, pero no puede pasar.-un policía la detuvo en la entrada-

-Hola, soy Kara Danvers, hermana de la detective Danvers.

-Ah, disculpe.-el muchacho se toco la gorra en señal de saludo-Puede pasar, le avisare que está aquí. Dijo que vendrías.

-Gracias.

Continuó caminando, internándose en el oscuro edificio ignorando el malestar que le provocaba regresar a ese lugar horrible. Se calmo un poco al escuchar la voz de su hermana, que  siempre tenía un efecto relajante en ella. Se detuvo a unos metros del cordón que delimitaba el área de investigación. Desde donde estaba podía ver el desorden, los autos parcialmente destrozados, lo que llamo su atención, ya que no había visto tal daño a menos que ella misma lo causara. Kara realmente nunca supo que tan fuerte era, o que grado de daño era capaz de provocar si se lo proponía. Continuaba mirando a su alrededor con atención, la última vez que estuvo fue cuando supo que algo andaba mal con Kenny y vino a buscarlo lo más aprisa que pudo. Sin embargo llego tarde. Su mejor amigo de la infancia yacía muerto sobre el piso de un estacionamiento atravesado de lado a lado por algo filoso y largo. Miraba hacia las columnas cerca de donde sucedió, donde el cuerpo del otro hombre fue hallado. Decapitado. Luego miro el piso. Y algo en el llamo su atención, más que todo lo demás.

OJOS IRLANDESES QUE MATANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora