Llegaron al elegante edificio minutos después. Mostraron su placa al hombre de seguridad de la entrada y este las puso en contacto con la asistente de la CEO. Luego las condujo hasta el elevador privado.
-La señora Luthor las recibirá ahora.-anuncio su secretaria Jessica-
Ambas observaron las sofisticadas medidas de seguridad del piso. Fueron escoltadas por la mujer hasta las puertas esmeriladas que se abrieron automáticamente y las dejó allí.
-Eso será todo, Jess. Gracias.
La empresaria se levanto de su silla para recibir a las dos, que acercándose mostraron sus placas.
-Detectives Sawyer y Danvers.-Alex noto la reacción de la mujer Luthor a su apellido, no duro mucho en realidad, solo un ligero parpadeo de reconocimiento tal vez?-
-Lena Luthor.-respondió la mujer-¿En qué puedo serles útil señoras?
Señalo las sillas frente a su escritorio.
-Gracias por recibirnos sin cita previa. Pero nos gustaría hacerle unas preguntas acerca de la noche del jueves último.
Lena se recostó en su sillón, pensando en la fecha.
-Tuve una cena con potenciales inversores.-dijo tranquilamente-
-¿Puede decirnos donde y con quién?
-Fue en el restorán de la calle Octava. Gente de Latinoamérica.
-¿Puede recordar cuanto duro la cena?-indago Alex-
-No lo se. Dos, tal vez tres horas.
-¿Después que hizo?-Maggie pregunto-
-No comprendo su interés en mi cita, detective.
-Vera usted señora Luthor, no se si está enterada pero en el estadio de la ciudad hubo un doble asesinato la noche en cuestión.
Lena tuvo la decencia de parecer sorprendida.
-Algo escuche en las noticias. No tenía idea.
-Dos hombres fueron asesinados de un modo peculiar.
-¿Peculiar? Hay algo más sorprendente que un asesinato en si mismo?
-Solo estamos tratando de reunir las piezas, señora Luthor.
-Entiendo, pero yo no tengo que ver.
Del bolsillo de su chaqueta saco también el sobre manila y procedió a sacar las fotos que contenía, colocándolas en abanico sobre los papeles esparcidos en el escritorio de cristal. Lena los fue mirando uno por uno sin inmutarse. Después, fijo sus ojos especulativos en ambas.
-Sigo sin comprender el motivo de su visita detectives.
-Estas imágenes la ubican en la posible escena de un crimen. Los asesinatos se llevaron a cabo en el estacionamiento.
-Hasta donde se, no hice nada malo.-dijo recostándose en su sillón-
-Nadie la esta acusando.
-No, pero está haciendo un estupendo trabajo insinuando que yo estuve ahí. Le diré la verdad detective. Si, estuve ahí, recogí mi coche y me fui. Después de esperar a una persona que nunca se presento. Conocí a alguien en una aplicación de citas, y me invito a ver el partido.
-Claro.-asintió Alex-Entonces no sabe que dos personas fueron prácticamente cortadas a la mitad con un objeto filoso y largo.
-Lo siento, pero es verdad.-la CEO ni siquiera pestañeo ante las palabras-
-Señorita Luthor, sus tres quince está aquí.-anuncio la secretaria por el interfón-
-Gracias, Jess.-Lena las miro con lastima-Si he respondido a sus preguntas detectives, temo que mi tiempo es escaso.
Maggie recogió las fotos una por una. Mientras ambas se ponían de pie.
-Gracias por su tiempo, señorita Luthor. Por favor, no abandone la cuidad en los próximos días.
-¿Estoy bajo investigación detective Sawyer?
-Como dije, estamos reuniendo las piezas. Gracias por su tiempo.
Una vez que se aseguro de que las policías se hubieron marchado, Lena recogió sus cosas y abandono la oficina. Necesitaba encontrar y hablar con Kara, no quería pensar en lo que podría estar pensando. Ya suficiente tenía con esas malditas fotos. Dejo su coche a unas calles de CatCo y subió a buscarla. Información le dijo que estaba en el tercer piso y fue hasta allí. Pregunto si estaba, pero alguien dijo que se había reportado enferma. Sin perder tiempo se fue directo a su departamento. No le costó mucho averiguar en que piso vivía, la casera era una mujer muy conversadora.
Se detuvo frente a la puerta de Kara y dudo. No estaba muy segura de que diría para justificar la presencia de esas armas en su casa. Estaba la verdad desde luego, pero eso era algo inaceptable. Levanto el puño un par de veces para llamar y se detuvo. Luego intento una tercera vez, pero no había nadie en casa. Llamo una vez más sin resultado. Entonces saco una tarjeta de su bolso y garabateo su número personal junto a un único pedido: por favor, llámame.
Y se fue.