TU MUERTE

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La gala a beneficio del hospital de niños fue un rotundo éxito.

Sin embargo, para Lena no fue así. Había esperado que Kara apareciera, aceptando la invitación que había enviado a su casa, o al menos hubiera ido por trabajo. Pero no sucedió. Le pareció ver en cambio a su hermana, la detective, merodeando por ahí. Había intentado localizarla por todos los medios pero era como si la tierra se la hubiera tragado. Subió a dar su discurso de agradecimiento por las generosas donaciones, ella misma incluso realizo una (anónimamente claro), comió y bebió, hasta disfruto de un par de rondas de baile con potenciales socios. Todo parte de su acto de mujer de negocios. Cuando casi al final de la gala la vio.

Kara estaba parada en un sector apartado del salón, con un vestido de color verde que destacaba todas y cada una de sus perfectas curvas. Su cabello salvaje recogido en un apretado moño. Sin perder tiempo y con temor de que volviera a marcharse, Lena cruzo la pista yendo a su encuentro. No supo como reaccionar ante la actitud de Kara, que se irguió en toda su estatura y salió del salón con pasos rápidos. Sin perder paso Lena fue tras ella, ignorando a su secretaria que la llamaba. Siguió a Kara a través de los pasillos traseros del salón hacia la salida de emergencia. La llamo un par de veces sin resultado.

-Kara, por favor!-grito casi sin aire-

Kara se detuvo, pero no se volvió a mirarla.

-Por favor, no te vayas.-Lena también se detuvo a unos metros, por temor a que escapara-

Lena avanzo unos pasos más al ver que Kara no se movía. Se detuvo cuando se volvió a enfrentarla.

-¿Fuiste tú?-pregunto con la voz tomada por la rabia y el llanto-

Lena se irguió ante la violencia de la pregunta. Desde que Kara se había llevado el sable, vivía con la incertidumbre de que la entregara con su policía. Cerro un poco más la distancia entre ambas mientras veía las lágrimas correr con libertad en el hermoso rostro de la mujer frente a ella. Busco sus ojos y vio en ellos una tormenta de emociones.

-No.-dijo al cabo-

-Pero estuviste ahí.-Kara estaba decidida a saber-

-Si.

Kara se llevo la mano a los ojos para cubrirlos y contuvo un sollozo. Su pecho subía y bajaba como un fuelle. Toda ella parecía a punto de estallar. Por un momento Lena temió por su salud. Dio un paso dudoso en un intento por acercarse y tocarla. Pero Kara se aparto de nuevo.

-No te acerques.-ordenó con dureza-

-Kara, necesitamos…necesito que me escuches.-intentó un nuevo acercamiento-

-No entiendo,-dijo y la miro a la cara-que paso. ¿Luchabas con ese hombre cuando Kenny los vio? Ese sable de quien es, tuyo o de ese hombre, Kieran?

Lena trago saliva.

-¿Cómo…? ¿Qué tanto sabes… de lo que paso?-pregunto inquieta-

-Quien fue Lena. ¿Tu o ese hombre?.¿Acaso Lena es tu verdadero nombre?-respondió Kara con amargura-

Lena asintió en silencio. Lloraba también.

-El muchacho, Kenny, nos vio cuando estábamos a punto de luchar.-comenzó Lena, ya no tenía objeto mentir ante la luz de los hechos-Alexei lo descubrió detrás del coche y fue por el. Yo llegue demasiado tarde.

-El-el era mi mejor amigo, sabes?-sonrió a pesar de las lagrimas-Cuando llegue por primera vez a la ciudad, y no conocía a nadie, Kenny me ofreció su amistad…

-Lo siento. Si pudiera hacerlo, yo…

-¡Eso no me sirve, Lena!

Lena se detuvo ante el estallido. No tenía palabras para expresar como lo sentía. Por semanas no había podido sacarse de la memoria la muerte de ese pobre desdichado, y que fuera cercano a Kara lo hacía aún peor de soportar. A lo largo de su vida, había matado a centenares de personas, muchas de ellas tenían vidas hechas. Esposas. Esposos. Hermanos. Que habían formado vínculos con otras personas. Ella misma había tratado de hacer una vida normal una vez. Hace mucho, mucho tiempo. Hasta Jack, nunca se había detenido a pensar a cuanta gente había lastimado con solo conocerla. Después de su muerte, no volvió a intentar involucrarse con nadie más hasta que conoció a la fotógrafa.

OJOS IRLANDESES QUE MATANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora