●Nota: 3 capítulos nuevos, en disculpas por el tiempo que paso sin una actualización.
Kara se dejo conducir hasta el loft de la mujer Luthor. Todo su propósito al ir a ese lugar se multiplico por mil cuando tuvo a Lena Luthor frente a ella. A su lado, Lena ensayaba una elaborada excusa que justificara su presencia en un sitio de esas características, pero Kara no la escuchaba ni parecía muy interesada en saber que hacia allí. Parecía más concentrada en observar a la mujer a su lado, la cadencia de su voz, su tono levemente grave y musical. Las líneas de su rostro, sus pómulos. Sus manos. Kara jamás había puesto atención a sus manos hasta ese momento, eran suaves y delicadas pero tenían callos, casi imperceptibles pero estaban allí. Lo había notado cuando la saludo al despedirse en L-Corp. y hace un momento cuando la ayudo a subir a su Mercedes. Callos de un guerrero. Los mismos relieves en su palma que Diana. Hipólita. Y las demás. Para evitarlos, las amazonas utilizaban bandas de cuero para proteger sus manos durante los entrenamientos. Kara jamás las necesito, si bien la reina Hipolita había hecho un conjuro con el propósito de menguar su fuerza lo suficiente como para no lastimar a nadie mientras aprendía a controlar sus habilidades, nunca recibió ningún tipo de herida. Ya sea con magia olímpica, o no, la piel de Kara Zor El era invulnerable.
-Llegamos.-su voz la saco de sus pensamientos-
Kara observo por la ventanilla que, en efecto, estaban en el estacionamiento del edificio de departamentos. Espero a que el coche se detuviera por completo antes de bajarse. Sin embargo no quería hacerlo. En los pocos días que llevaba de conocerla, Lena Luthor había despertado cosas en Kara, además de la curiosidad propia de alguien como ella. Que sabía muy poco sobre la raza humana. Sin embargo, una molesta vocecita en su cabeza le decía que se mantuviera lejos de Lena. Lena jugaba con su vestido, tal vez esperando a que Kara se decidiera a bajarse. Pero tampoco parecía muy apurada por moverse. Lena sonrió cuando la vio descender del Mercedes, apago el motor y ella después estaba conduciendo a la joven fotógrafa al elevador.
El piso era en verdad enorme. Kara tuvo que morderse para no soltar un silbido de impresión, camino detrás de la CEO mientras observaba los muebles, había una cierta mezcla de estilos. Y épocas. Escucho los pasos de Lena en la cocina, mientras ella se detenía en el living, donde encontró más cosas interesantes. Toda la pared a su derecha estaba repleta de esculturas, de todas las culturas mundiales y de casi todas las épocas, Kara reconoció unas cuantas provenientes de la antigua Grecia, Themyscira estaba poblada de ellas. Mascaras ceremoniales. Tocados de plumas de tribus de América del Sur. Asombroso seria la palabra que lo describía.
Sintió a la mujer tras ella, ahora que lo pensaba, Lena se movía con sigilo. Sus pasos casi no se detectaban a pesar de sus tacones, solo un suave roce de ropa.
-Lo siento, no quise asustarte.-se disculpo la morena y le entrego la copa de vino haciendo contacto visual por unos pocos segundos-
-No, para nada. Admiraba tu inmensa colección.-Kara sonrió y acepto la bebida-Mi madre adoptiva es restauradora de antigüedades, crecí rodeada de cosas hermosas. Pero esto, definitivamente lo supera. ¿Son originales?
-Todos y cada uno. Me tomo casi una vida recolectarlos. ¿Nos sentamos?
Ofreció, en su otra mano traía una pequeña bandeja con queso, aceitunas, manzanas verdes, y uvas. Señalo el amplísimo sofá ubicado a un costado de donde estaban, Lena dejo la bandeja sobre la mesa de café y tomo el mando a distancia para encender el televisor. Sintonizo un canal de solo música suave.
-Gracias por aceptar mi invitación.-comenzó a decir la CEO de L-Corp-
Kara bebió de su copa sin apartar la mirada de los enigmáticos ojos verdes de la inmortal.