No dormír era fácil cuando estaba en una incomoda posición fuera de la habitación de sus prima, antes ella dormía con sus demás hermanos, pero desde que alcanzó la madurez le dieron su propia habitación, y sería suya hasta que ella consiguiera un esposo, solo allí cambiaría de lugar. Minghao tenía una habitación propia, dormía solo porque no tenía hermanos con los cuales compartir. No es como si los necesitara. O quizás sí, necesitaba hermanos que fueran buenos descendientes de sus padres y pudieran darle una buena descendencia.
Suspiró mirando el techo oscuro. Debía ser aterrador, pero Minghao solo podía ver figuras hechas de tinta negra, figuras que dibujaría sobre el lienzo una vez pudiera entrar al taller cuando amaneciera. Su abuelo había elogiado su técnica diciendole que mejoró, tambien dijo que había adquirido un tono sombrío, algo aterrador quizás derivado de la cruel realidad.
La cruel realidad de ver a una mujer y un bebé morir al mismo tiempo.
Con un dedo dibujó sobre su brazo lo que imaginaba en su cabeza, el suave deslizar de su dedo como si fuera el pincel mientras que su piel palida servía de lienzo. Las venas eran surcos interesantes que delineó y pasó sobre ellas sintiendo el abultamiento como si la piel delgada no le impidiera sentir el flujo de la sangre.
Cuando era más joven y hacia esto sus primos lo miraban con extrañeza, su tia solía regañarlo por no jugar como los demás niños, pero Minghao estaba más entretenido con los trazos suaves e imaginarios sobre su piel. Su abuelo solía sorprenderse y le decía que si podía imaginar el flujo de la tinta entonces no desperdiciara su tiempo pintando sobre su brazo y tomara un lienzo.
Minghao antes fue un niño como cualquiera. Jugaba como todos los niños, corría como todos los niños, se ensuciaba y era regañado, pero de pronto, un día... un día él vio a su abuelo pintar en su taller, y Minghao deseó hacer lo mismo. De pronto ya no estaba corriendo en el jardín, sino que trazaba con el pincel lineas desordenadas que poco a poco tomaron formas.
Su propia forma.
—¡Minghao!
El grito de su prima lo hizo reaccionar, la luna estaba en lo alto, pronto al amanecer. Se giró sin siquiera ponerse de pie y empujó la puerta corrediza adentrándose en la habitación. Fue solo segundos, pero los hermanos de su prima ya habían entrado por la puerta adyacente.
Los niños se arremolinaron alrededor de su hermana mayor, ellos curiosos mientras señalaban la sangre en el suelo. Su prima gritaba entre jadeos y quejas. Ella seguía recostada pero se doblaba del dolor.
Su estomago estaba tan abultado que alzaba las sabanas.
—¡Ve por el abuelo!— Empujó a uno de sus primos que se apresuró a correr. —¡Tranquila, prima!
Ella lloraba, y tomó la mano de Minghao con fuerza mientras que él no sabía que hacer, buscó los amuletos que le había dado su abuelo pero sus manos temblaban tanto que el amuleto simplemente se resvaló de sus dedos y uno de los niños lo pateó. Minghao sostuvo su mano mientras la descubría de las sabanas. Su ropa estaba empapada de sangre en la parte inferior.
—¡Tengo miedo!— Ella lloró entre gritos. —¡Duele mucho! ¡No quiero morir, Minghao!
Ella no solía llamarlo por su nombre, y eso le causaba escalofríos. Su prima comenzó a pujar como si estuviera pariendo, y el corazón de Minghao se aceleró. Ella iba a morir si daba a luz a ese demonio.
¿Que hacer? Colocó una mano en su rostro quitándole las lagrimas. No sabía como protegerla de esto, de pronto ella solo...
—¡Primo!— Su prima embarazada apareció detrás suyo y lo empujó para abrirse espacio. —¡Hermana, no tengas miedo, estoy aqui!— Ella intentó tomar su mano, pero su prima no soltó a Minghao, y Minghao no la soltó a ella. —Oh, deidad... Si ella no da a luz va a morir...
—Si ella lo hace morirá.— La corrigió Minghao colocando una mano sobre el vientre abultado. Se sentía helado, diferente al cuerpo de su prima que se sentía caliente como el infierno. —Está...
Su prima gritó adolorida.
—Tenemos que ayudarla a parir.
—¡No!
Su prima alzó su cuerpo y abrazó a Minghao, su estomago aun abultado le pesaba asi que Minghao la sostuvo mientras que la mujer embarazada abría las piernas ensangrentadas de la mujer menor. Minghao la abrazó con fuerza queriendo protegerla, pero no sabía que hacer. Comenzó a rezar. Rezar por su prima y por su alma.
Colocó la mano de su prima cerca de su corazón y la sostuvo con fuerza. Respiró profundo intentando calmarse a si mismo. Ella había dejado de gritar, solo lloraba, al parecer el dolor se había calmado y comenzaba a amanecer. Minghao miró el brazo delgado de su prima y dibujó con el dedo sobre él con afán de calmarla. Ella estaba tan asustada que quizás no podía escuchar o ver, pero podría sentir.
Ella abrió los ojos llorosos y lo miró, Minghao no iba a soltarla, no iba a dejar que ella muriera, la abrazó y por fin hubo calma.
La calma duró apenas unos segundos.
—¡Está cosa tiene que salir de ella!— gritó su prima y se lanzó sobre la chica menor apretando el estomago abultado. Ella gritó, un grito tan doloroso que desgarró su garganta. —¡Ese demonio...!
Minghao intentó detenerla, pero ella se apartó tan pronto hizo el daño y se concentró entre las piernas de su hermana, sus ojos se abrieron consternada.
Su prima comenzó a pujar entre gritos.
Minghao intentó evitar que ella lo hiciera, pero era tarde. La pulpa roja salió de ella viéndose como un bebé oscuro y pequeño, más como un órgano que como un humano, y su prima embarazada lo tuvo entre sus manos. Ni siquiera tenía rostro, las partes donde deberían estar su nariz y su boca solo eran piel delgada al igual que las bolas moradas de sus ojos. Latía, latía como si todo el cuerpo del bebé fuera un corazón.
No había cordón umbilical.
Después de eso la cabeza de su prima cayó sobre su pecho. Y ella ya no respiraba.
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PSYCHO [JunHao]
FanfictionUna maldición cayó en un pueblo, asi que se entregó un alma en sacrificio. El alma quiso vengarse. *JunHao *Advertencias dentro de la historia.