Minghao sostuvo la paloma entre sus manos caminando en la larga fila de personas con sus animales, ellos entraban a una carpa montada por un lado y salían por el otro con las manos vacías. La pequeña explanada se alzaba en varios escalones, no se podía ver el interior donde se suponía que estaba el sacerdote y aun cuando los otros pueblerinos salían ellos alegaban haber sido bendecidos por él y después tener que irse. Minghao escuchó poco, se concentró en sus manos reteniendo las alas del animal.
Ni siquiera hizo caso a las miradas curiosas de los demás sobre él. Aunque su "primo" le aconsejó quitarse el adorno Minghao lo dejó en su lugar, aun guardando el luto por su prima, y al parecer algunas de las personas lo entendieron, otras lo miraban como si fuera un objeto extraño. Había mejores cosas que pensar en lugar de un hombre con un adorno para el cabello, los ancianos estaban de acuerdo con eso.
—¿será una estafa?— Escuchó la pregunta de una mujer a su esposo.
—Esperemos que no.
—El sacerdote parece...
La mujer calló al pasar a lado de Minghao, sus ojos de sorpresa siendo evidentes.
Era su turno de pasar.
Minghao corrió las telas antes de entrar, el oscuro interior olía a flores frestas y las velas apenas emitían luz, cuando la tela cayó detrás de él sus ojos tardaron en acostumbrarse, pero cuando lo hicieron sus ojos enfocaron el asiento principal con la persona cubierta en telas caras, sentada y mirandolo como si Minghao fuera cualquier cosa. El sacerdote.
Él tenía entre sus dedos un pequeño bastón con un circulo en la punta, similar al que el sacerdote pasado bendijo su casa. Minghao cerró los ojos. Tomaron la paloma de sus manos y dio un paso enfrente.
El sacerdote se inclinó sobre su asiento y Minghao por fin pudo ver... él era pequeño, no de edad o estatura, era pequeño en complexión, más pequeño que Minghao, más que pequeño delgado y fragil, y los ojos redondos parecían de un conejo asustado. El cabello largo era del color del sol.
—¿eres huerfano?— Preguntó el sacerdote y Minghao negó con la cabeza. —¿sabes quienes son tus padres?
—Si. Xu Xian y Lu Feng.
El sacerdote regresó a su asiento como si estuviera decepcionado.
—Imagine que podríamos ser hermanos.
¿hermanos? Ellos no se parecían en nada fisicamente, el sacerdote era hermoso, como su madre lo describiría, pero no hermoso como consuelo para Minghao, sino que hermoso, como había visto a Jun esa noche.
—¿porque pensó eso?
—Porque nuestras almas son similares.— El sacerdote alzó el bastón y lo agitó una vez con desgana haciendo que cayera ceniza sobre Minghao. —Bendecido.
Estornudó y el cascabel tintineó en su cabeza. El sacerdote se recostó de nuevo en su silla.
Una persona lo empujó a la salida y Minghao trató de regresar.
—¡¿solo eso?!— Rodeó a quien lo empujaba para volver a encarar al sacerdote que abrió los ojos con sorpresa. —Lo que está en el pueblo...
—Ya fuiste bendecido, lo que sea que este en el pueblo no podrá lastimarte a ti o a tu familia.— El hombre se encogió en hombros, la ropa le caía suave como seda. Lo hacia lucir más frágil. —No me hagas cambiar de parecer y retirar mi bendición.
—Lo que está acosando al pueblo...
Recibió un golpe en la cabeza con el bastón y el cascabel tintineó varias veces. Llevó su mano hasta la zona y miró confundido al sacerdote ¿en serio era uno? Parecía un estafador.
—Ten cuidado, Minghao, una vez que lo dejas entrar no hay salida. Recibe mi bendición y deja que se vaya.
¿que? La mirada del sacerdote... era aterrador.
—Yo...
—Vete.
Bien. Se fue.

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PSYCHO [JunHao]
FanfictionUna maldición cayó en un pueblo, asi que se entregó un alma en sacrificio. El alma quiso vengarse. *JunHao *Advertencias dentro de la historia.